La mandataria brasileña, Dilma Rousseff, anunció en las últimas horas un recorte de 55.000 millones de reales, lo que comprendería alrededor de 32.000 millones de dólares, en los gastos previstos en el Presupuesto 2012. La Ley de Gastos de ese país sufriría una baja de casi el 10%
El gobierno brasileño de Dilma Rousseff anunció un recorte de 55.000 millones de reales (unos 32.000 millones de dólares) en los gastos previstos en el presupuesto de 2012, que caerán de 866.000 millones a 811.000 millones de reales (de 515.000 millones a 417.500 millones de dólares).
El ahorro afectará principalmente a los Ministerios de Salud -que sufrirá un diez por ciento de los recortes-, de las Ciudades (responsable de las obras de movilidad urbana con miras al Mundial de fútbol de Brasil 2014) y de Defensa.
Según el ministro de Hacienda, Guido Mantega, el ahorro se destina a cumplir la meta de lograr un superávit primario de 140.000 millones de reales (unos 81.400 millones de dólares) -equivalentes al 3,1 por ciento del Producto Interno Bruto- fijada por el gobierno para pagar intereses de la deuda pública y reducir su peso en relación PIB.
Mantega aseguró sin embargo que los recortes no afectarán a las obras de infraestructura previstas en el Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC) ni tampoco los programas sociales, como el Beca Familia y Brasil Sin Miseria, que concede ayuda financiera a los brasileños más pobres.
«La consolidación fiscal de Brasil es diferente del ajuste que vemos hoy en países europeos, donde se recortan inversiones, programas sociales y se quitan derechos a los trabajadores. Queremos alcanzar una tasa de crecimiento del 4,5 por ciento en 2012, lo que permitirá generar empleos formales», expresó el ministro.
Este recorte significa que el Presupuesto 2012 sufrirá una reducción de casi el 10 por ciento con respecto al 2011.
En un comunicado reciente, la autoridad monetaria dejó en claro que planea mantener la política de reducción gradual de la tasa básica de interés -actualmente del 10,5 por ciento al año-, pero dejó en claro que para ello espera una limitación de los gastos del gobierno federal para generar «superávits primarios compatibles» con el proyecto de bajar la inflación, que superó al seis por ciento en 2011.
«Cada año, el Gobierno anuncia ese tipo de congelamiento presupuestario a comienzos de año, es una medida de cautela», dijo el ministro de Comercio e Industria, Fernando Pimentel en una entrevista durante una visita oficial a Dubái.
«Mantenemos nuestra deuda pública bajo un control muy estricto para evitar lo que ha pasado en Europa. Es por ello que hay un congelamiento presupuestario preventivo», explicó.
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Imagen: Reuters