Ser campeón es lo máximo, lo saben todos los que están en el fútbol. Esto es la gloria… Y no tiene precio”. Alejandro Sabella respiró hondo, cerró sus ojos aún mojados por la emoción y pensó en silencio. Y entonces, como si tuviera la necesidad de insistir sobre su futuro inmediato, disparó con hartazgo y vehemencia: ”Tengo contrato y quiero respetarlo”.
Sabella está entre los apellidos que le gustan a Passarella para el 2011. Sin embargo, con contrato en Estudiantes hasta junio del año próximo, y la idea de los dirigentes de renovarle, Pachorra aseguró con énfasis que no tiene decidido irse de La Plata, y se zambulló en las mieles de su segundo título al frente del Pincha: “¿Qué es la mística? Mística es analizar todos los problemas que tuvimos y salir campeón, casi sin delanteros”, subrayó el DT, quien agregó: “Esta vez la presión era mayor que en el torneo pasado, porque dependía de nosotros. Hubiese sido muy doloroso no poder ganar el título. Siempre es bueno ser campeón. Pero si no lo hubiésemos logrado, el equipo habría sumado igual 82 puntos. Parece que el segundo hace las cosas mal y no es así”.
Escuchó los gritos de los hinchas y agradeció cada muestra de afecto. Intentó guardar la compostura pero no ocultó su mirada conmovida y su garganta inflamada. Y con su mesura habitual, envió un reconocimiento genuino hacia Liniers: “Los felicito y les mando mis saludos a Gareca, a Bassedas y a todos los jugadores de Vélez. Ellos son campeones a su manera”, cerró. Orgulloso. Y sin Pachorra para irse.
Fuente: Olé
