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“Lo único que quiero es divertir”

Mike Amigorena es uno de los protagonistas de la tira Vecinos en guerra, que se estrena mañana en Telefe. «Estuve 12 años para decir bien ‘La mesa está servida'», asegura.

Por: INFOnews
Fuente: TODO SHOW

Es un excéntrico o la va de. Un extravagante, soberbio o un pibe buena onda caprichoso y grotesco. Un talento natural o un facherito bien vestido y nada más. Depende para quién. Mike Amigorena es un personaje difícil de describir. En medio de la nota le grita a uno, le hace señas a otro. Es un niño. De 41 años, pero un niño. Y no le importa el qué dirán. «Yo apelo a mi niño, lo cuido. No hice tal o cual cosa para crear este personaje, no, soy yo cagándome de risa. Estoy rompiendo las pelotas todo el tiempo. Lo único que quiero hacer yo es divertir», dice.

–¿La tele es tu hábitat natural?
–La tele me permite ser yo. No tenés tiempo de elaborar, pasás de una escena a la otra, no hay continuidad. Si te rompés la cabeza, la pasás mal. Entonces, saco mi niño mágico que soluciona todo; no hay tanta preparación, voy y lo hago. Me gusta la televisión no estando dos años, me gusta un tiempo y además, cuando estas acá, casi no podés hacer otra cosa, son muchas horas de grabación, que vení, que andá, que foto, que nota. Ahora querés nota, te doy nota, querés foto, te doy foto, si no estoy haciendo nada, ¿qué te voy a contar? No da contarte cómo pinto en mi casa, algo me guardo. Si estoy todo el tiempo, no me das tiempo a que te olvides de mi engaño. El manejo de mis tiempos es deliberado.
–¿Qué le decís a lo que te dicen excéntrico?
–No me importa. Soy inmune. Cuestiono su sensibilidad y su inteligencia para comprender mi visión del mundo. Es una desinteligencia suya no poder apreciar lo que yo soy. Para vos soy eso, para vos soy gay, para vos soy de madera, pero a mí me resbala porque creo tener personalidad. Y creo que eso es mi mayor fortaleza, eso y moverme con la libertad que yo mismo me doy.
–¿Tenés alguna veleidad de estrella?
–¿Cómo? ¿Qué me decís?
–Digo que si el glamour y el charme no te llevan a tener algún capricho de estrella, onda «Traéme agua Evian o no te tomo el agua.»
–Tengo cosas que me dan y acepto, pero no las pido. Me las he ganado con el tiempo, la paciencia. Nunca voy a decir «Quiero Evian». Yo tomo de la canilla, de la manguera mientras riego, soy ciruja, para nada estrellita caprichosa. No tengo cosas así de «Ay, me la doy de…», creo no tenerlas. Me gusta la ropa, la estética. Sí, me encanta. Presto atención. Pero después, soy común.
–¿Cómo te definirías?
–Soy un creador. Me gusta crear, no sé hacer otra cosa; no destruyo. En base al error, creo. Siempre me pregunto «¿Qué hago con el error?» Yo no soy actor, soy un artista entretenedor y, entre otras cosas, actuó. Canto, no soy cantante. Actúo, pero no tengo el pulso del actor en la búsqueda. Es una limitación, no es comparativo, ni lo mío es mejor o peor. Sólo que yo no siento como veo que sienten los actores. Tengo el comportamiento adquirido pero me chupa un huevo lo que dice la escena o lo que hay que transmitir. No soy solemne. Me cago en todo, bien entendido. Tengo irreverencia natural. No camino de otra manera. No me va mal, soy feliz, o intento. Pero no estoy bien del bocho, entonces tengo que hacer lo que quiero, es difícil pero hay que tratar de ser así. Bah… al menos es mi fórmula.
–Si no hicieras lo que querés, ¿qué harías?
–Me pego un tiro. La libertad es la única convicción que prolifera. «Vos porque haces lo que querés», me podés decir. ¿Vos no?, pegate un tiro. Y sí. ¿Para qué sostener algo que no va? Buscá con toda la tenacidad que tengas poder hacer lo que querés. No es fácil. Pero hay que intentar buscarla constantemente. Yo esta filosofía la tuve toda la vida. No la voy a dejar ahora. No me amargué cuando no me salía una, imaginate ahora que estoy en el sueño del pibe. Podría irme de viaje, a lavar copas, o tirarme en una playa fumado todo el día pasándola bien, lo puedo hacer si quiero, me voy a la mierda ya. Pero bueno, pero ahora me quedo acá. Creo que estoy bien.
–¿Pero en algún momento te vas a cansar de esto y vas a disparar para otro lado?
–Sí, claro. No me planifico pero sabiendo cómo funciona mi cabeza, creo que puede llegar a pasar. Me canso de mí, ¿por qué no me cansaría de la televisión? No es que no haría más tele, pero quizás un tiempo largo deje de interesarme. De hecho, creo que va a ser así. Imagino vivir en el campo con animales. Pero con animales: un chancho en el living, un pato en la bañadera, pájaros revoloteando entre los muebles, perros, gallinas, caballos, gatos. Pero no me planifico. Todo puede pasar.
–¿Cómo asimilas el éxito?
–Me quiero ganar un Oscar, pero el éxito no me interesa. Si veo que lo puedo hacer, lo hago. Si tengo éxito, mejor. En mi experiencia siempre fue todo paulatino y no fue buscando el éxito, se me dio así. No fue un cimbronazo. Para el que no me conoce, quizás cree que el tsunami me llevó hasta Los Pells. Pero fue una consecuencia de estar toda la vida haciendo cosas. Pero no me obnubila el éxito. Después de estar en la cresta de la ola no hice mas televisión, no busqué surfear la ola, o me dije «hay que aprovechar porque si no…», a mí no me importa que le toque al otro. Pero eso es así, le va a tocar a otro. No es un mérito, es a pesar mío, pero no me preocupa el éxito.
–¿Solo querés fama?
–No. No me interesa. Me encanta el cariño de la gente o la reacción de la gente, cualquiera sea, cuando me ve en esos momentos en que estoy hasta en la sopa. Cuando aparezco en tele poca gente sale como yo. Voy en subte, voy al súper. No me encierro. Así comprobrás cómo te siente la calle. Hay algunos que no lo sienten así, pero, en ese sentido, creo que soy más popular en el éxito, soy de la calle. Una vez iba caminando y pasé por una obra en construcción, me gritaron «Eh, trolo, ¿qué hacé?», me mandé para adentro y le di un trago a una birra que estaban tomando los pibes. Los sorprendí. La gente no me ve así en la tele. Si quiero que me saluden, salgo. Si no, me quedo en mi casa.
–¿Querés que te saluden seguido?
–No, lo que quiero decir es: no quiero guardarme. Quiero hacer mi vida normal, sé que si salgo me expongo. Entiendo las reglas del juego moderno. No tengo ambición. Todo lo que quise lo hice. La convicción está intacta. Es sagrada. Lo hago porque me sale. Estuve 12 años para vivir de la actuación, estuve 12 años para decir bien «la mesa está servida». Entonces me desapego de la gloria, la fama o esas boludeces. Vivo. «

El pacto: «no pretendo que entiendan mis razones»
«Fue hace dos años, ya fue», dice Mike Amigorena cuando se le pregunta sobre El pacto, la miniserie de ficción que estaba inspirada en la venta de Papel Prensa durante la última dictadura militar.
Al actor no le convenció el tono y la repercusión que iba generando ese proyecto antes de salir al aire y decidió dar un paso al costado antes de que concluyeran las grabaciones. Por esto recibió todo tipo de comentarios mediáticos: a favor y en contra. «Yo me tengo que bancar que pase esto, que me pregunten y que me puteen. No hay culpables, es el precio que pago por ser como soy», dice Mike.

–¿Qué te pasaba frente a las críticas por haberte bajado de ese barco?
–No tengo rencor, entiendo que pueda producir molestias en algunas personas. Puedo llegar a entender que puedan llegar a creer que yo soy un cobarde, así como entiendo que no entiendan que me gusten las chicas. Puedo entender que hay cabezas que funcionan distinto a la mía. Pero bancame mi crítica, porque yo también te puedo marcar cosas que para mí son molestas en vos. Bancate porque me la banco, y quizás menosprecia tu capacidad de interpretación. Si me preguntan que pasó con El pacto digo lo mismo: no pasó nada en El pacto. No puedo pretender que me entiendan las razones por las que me fui. Huí por el revuelo y todo eso que se armó; no era un lugar que a mí me interesaba. Me metí en un lugar donde dije «Uy, ¿así era?», y salí así como me metí. Y, bueno, yo me banco que me digan que me cagué, que me apretaron o cualquier otra pavada.
–¿No te apretaron?, ¿no sentiste presión de nadie?
–No, ¿quién me va a apretar? Presiones de nadie; y no nos detengamos acá, porque no me interesa hablar de algo que ya pasó. ¿Adónde me querés llevar? ¿Querés saber qué pasó? Nadie sabe. Me fui y listo, y todo legal, si no, me hubieran hecho juicio si hacía algo que no correspondía, pero no metí la gamba, ergo, nada. Me fui porque no me convencía. ¿Cuál es?

La música, otra pasión de mike
Ambulancia murió. La sirena de ese híbrido entre teatro y música ya no se escucha en el mundo Amigorena. «Ahora mi banda es Mox», dice el multifacético Mike. «Es lo que soy. Esto», y muestra en su Smartphone el único video que grabó junto con sus compañeros: Oliverio, como productor musical; Alejandro Lacroix, como DJ, y la taiwanesa Mei Ying Chiu, que despliega sus encantos desde los confines del Oriente, cantando en chino. «En Ambulancia tocaba alguna cosita, acá no, sólo canto», dice Mike. Estudió Bel canto, un estilo vocal que se desarrolló en Italia desde finales del siglo XVII hasta mediados del XIX y que se usaba –se usa– mucho en óperas. Siempre le gustó la música, de hecho, las primeras palabras del pequeño Mike fueron los nombres de los cuatro de Liverpool: Paul, John, Ringo y George. «Fueron lo primero que escuché pero terminé siendo fanático de Kraftwerk, de New Order, de Peter Gabriel, de Bowie.»

–¿Es una propuesta musical distinta, más madura y con menos inseguridad?
–Hacemos indie dance, somos una banda que hace canciones sobre la «buena vida». Siento que Mox no tiene nada que ver con Ambulancia, tiene otra búsqueda estética. El enfoque está puesto en el concepto, en las pistas, en las letras. Hago lo que siento, si tengo ganas de pintarme las uñas, me las pinto; si me quiero poner un corpiño, me lo pongo. Como me canso de mí, voy probando.
–Pero estás vos como frontman. Algo se repite, ¿no?
–Sí. Hay una esencia, pero es más musical. Las letras son mías y de Ale, que es DJ. Todas en inglés. Oliverio es el cerebro musical. Y esta Mei, que la conocí cuando cantaba en los festivales del Barrio Chino y fue una epifanía que tuve: tengo que hacer algo con ella. Es una genia y una hermosura.

Programa de humor en puerta
«Voy a tener un programa de humor: grabé un piloto con Érica Rivas que es una locura, no sabes lo que es», dice y hace gestos grandilocuentes. Mike Amigorena y Érica Rivas están trabajando juntos desde hace tiempo para un proyecto en común que presentaron para Telefe y se haría en el segundo semestre del año, aunque todavía nada está confirmado. Mientras tanto, Amigorena asegura: «Va a ser una locura y creo que va a ser una muestra plena de mi sentido del humor.»

Vecinos que luchan por su gran amor
Vecinos en Guerra se prepara para debutar en la pantalla de Telefe mañana a las 21:30 hs. La nueva apuesta de Underground saldrá a buscar el éxito que supo tener Graduados en ese horario. En la ficción habrá una disputa amorosa entre los personajes de Diego Torres y Mike Amigorena por el que interpreta Eleonora Wexler, que se sentirá atraída por el recién llegado al barrio –un viejo conocido– y todo cambiará.
Estarán también Candela Vetrano, Gastón Soffritti, Mirta Busnelli, Hugo Arana, Mónica Antonópulos, Carlos Portaluppi, Lola Berthet, Juan Pablo Geretto. El ciclo contará con la participación especial de Antonio Gasalla en algunos capítulos, entre otros.
«Mi personaje es un ladrón, un escolacero, un bon vivant, que vuelve a cuidar al amor de su vida que es el personaje de Eleonora. Es un héroe, no un villano», dice Mike.

Nota de Tiempo Argentino

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