La actriz protagoniza junto con Daniel Hendler “Fase 7”, ópera prima de Nicolás Goldbart. “Mezcla entre ficción y acción”, el film se basa en la paranoia mundial desatada hace un par de años por la gripe porcina
Hace dos años, cuando un tipo estornudaba en el subte, las miradas de resquemor lo invadían: no se había puesto el brazo en la boca como recomendaban los especialistas para hacerle frente a la pandemia porcina. Ahora, si ese mismo tipo estornuda en el subte y se pone el quiebre del brazo como bozal, nadie se entera. “Me doy cuenta de que el tema estaba exagerado, que había informaciones contradictorias”, opina Jazmín Stuart en diálogo con La Razón. Es que ella y Daniel Hendler son los protagonistas de “Fase 7”, ópera prima de Nicolás Goldbart, que se estrena mañana en los cines y que está basada en el tiempo del barbijo y el alcohol en gel.
En el film, la actriz que se iniciara en la televisión con “Verano del ‘98” interpreta a Pipi, una mujer embarazada de 7 meses, tal como lo estaba Jazmín durante el rodaje. Con su marido, Coco (Hendler), acaba de mudarse a su nuevo departamento, y sin muchas vueltas el edificio es puesto en cuarentena por la repentina aparición de un virus letal.
Momento: ¡esa sinópsis tiene algo de parecido a la de “Rec”!
_No la vi y el director tampoco. Escuché que las compararon, pero no tienen nada que ver. “Fase 7” es la historia de Coco y Pipi, embarazados cuando estalla una pandemia, y la batalla que desatan los vecinos por paranoicos.
¿Por qué te atrajo una película que está entre el terror y la fantasía, géneros que en la Argentina no son de los más producidos por el cine comercial?
_La película recupera el cine de género, esa mezcla entre ficción y acción, con una vuelta de tuerca de humor que le aporta fundamentalmente Yayo (Guridi). Pero en realidad, a Nicolás (el director) lo conozco hace muchos años porque fuimos compañeros en la FUC. Sé qué tipo de cine le gusta, lo cinéfilo que es y lo que puede contar. De movida, él como director era garantía de querer estar. Y después leí el guión y me encantó. Es un género que disfruto sobre todo cuando el director se puede reír de los clichés del cine. Incluso, cuando es crítico del mundo: acá, en cuanto a la reacción del hombre frente a la falta de seguridades.
En Buenos Aires, todo el mundo le entró como loco al alcohol en gel. ¿Cómo te lo tomaste?
_Para mí fue horrible porque estaba embarazada. Sufrí mucho, sobre todo por el tratamiento que se le dio a la gripe en los medios. La pasé muy mal porque estaba en un grupo de riesgo, las embarazadas. Lo divertido es que Pipi se lo toma de otra manera, desconectada de todo.
En “Los Paranoicos” (2008) también trabajaste con Hendler. ¿Cómo lo describís?
_Me encanta trabajar con Dani. Haría un millón de películas más con él, pero espero que no se aburran de nosotros. Aprendo de su oficio y de verlo actuar. Como compañero, es muy bueno.
Para haber arrancado en “Verano del ‘98”, no te han hecho muchas notas. ¿Huís de la popularidad?
_No pienso mi oficio en esos términos. Estoy más concentrada en hacer cosas que me gusten, proyectos de los que pueda aprender. Estoy conectada con el hacer.
Fuente: La Razón