Legislatura Hoy

Leyes y políticas

América Latina: ¿Presidentes en problemas?

Las dificultades por las que atraviesan los gobiernos de Sebastián Piñera en Chile y José Mujica en Uruguay son solo la punta del iceberg de una situación muy extendida en América latina donde el desgaste por los muchos años de gobierno o cierta insatisfacción generalizada de la población han situado a varios ejecutivos frente a una alta desaprobación popular.
América Latina: ¿Presidentes en problemas?
Las dificultades por las que atraviesan los gobiernos de Sebastián Piñera en Chile y José Mujica en Uruguay son solo la punta del iceberg de una situación muy extendida en América latina donde el desgaste por los muchos años de gobierno o cierta insatisfacción generalizada de la población han situado a varios ejecutivos frente a una alta desaprobación popular
Publicada Hoy 10:29 | Imprimir | Enviar | + – Tamaño
De todas formas, no todos los presidentes latinoamericanos se encuentran en esa tesitura. Unos (Sebastián Piñera o José Mujica) acusan una fuerte caída en el respaldo ciudadano, otros (Felipe Calderón o Alan García) atraviesan por el síndrome del “pato cojo” y los menos viven en plena luna de miel con la ciudadanía (Juan Manuel Santos).

No se trata, en ningún caso, de una crisis de régimen o que ponga en peligro la gobernabilidad pero sí de una seria erosión que desgasta la gestión de varios presidentes. El caso chileno y uruguayo son los más significativos pues ambos países viven en plena bonanza económica, pero las dos sociedades se muestran insatisfechas con sus respectivos gobiernos.

Sebastian Piñera

La muestra más palpable la ofrece el presidente chileno, Sebastián Piñera, que padece un rechazo del 65 por ciento. La popularidad presidencial ha caído desde octubre pasado del 63 por ciento al actual 35%, debido, entre otras causas, a las recientes protestas estudiantiles, justo cuando la economía se muestra más sana.

El líder opositor del PS, diputado Osvaldo Andrade, incluso llegó a decir que los niveles de desaprobación del Presidente Sebastián Piñera son más altos que los de Augusto Pinochet: “no se sostiene un país en que el Gobierno tiene dos tercios de reprobación. El Presidente Piñera tiene niveles de desaprobación más alta que el propio Pinochet, si hemos llegado a un nivel brutal. O sea, Pinochet era más popular que Piñera”.

Desde las filas oficialistas, aunque habitualmente críticos con Piñera, se ha adelantado algún diagnóstico de la situación.

El senador UDI Pablo Longueira por ejemplo ha dicho: “el Gobierno está atravesando esta situación porque tres de sus proyectos más emblemáticos, ofrecidos en la campaña presidencial, se presentaron al Congreso en forma completamente diferente a las expectativas que tenía la ciudadanía. Y el nivel de credibilidad de un gobierno está completamente ligado a las expectativas que generó cuando ganó…Existe una falta de liderazgo enorme en la política chilena. Afortunadamente, estas encuestas nos han llegado en un momento oportuno para enmendar, y si no corregimos el rumbo, creo que las consecuencias políticas van a ser enormes. Para la democracia chilena es vital que haya un gobierno de centroderecha exitoso”.

Sebastián Piñera, por su parte, ha sido crítico con la propia sociedad chilena: ”la historia que tenemos que cambiar es que América Latina tiene que aprovechar este siglo de oportunidades que se presenta frente a nuestros ojos, para dar ese gran salto adelante que nos permita dejar atrás la pobreza y todas sus secuelas, el subdesarrollo y todas sus limitaciones y crear un continente que les dé verdaderas oportunidades de realización plena a todos sus hijos…todavía tenemos que hacer muchos esfuerzos y muchos sacrificios…no hemos llegado a la cumbre…Estamos recién a mitad de camino y siento de repente, especialmente en Chile, que algunos quieren vivir como si fuésemos un país desarrollado, sin darse cuenta de que para lograrlo hay que también tener una cuota de esfuerzo, de aporte y de sacrificio”.

Roberto Méndez, presidente de la consultora Adimark, explica la situación que vive Chile en una entrevista en el diario La Tercera: “esto se enmarca en un malestar más generalizado que tiene que ver con la etapa de desarrollo en la que está Chile y que le podría haber tocado a cualquier Presidente. Estamos llegando a los 15 mil dólares de ingreso per cápita y empiezan a surgir demandas inéditas; ya nadie protesta por el salario mínimo ni por el precio del pan. Las exigencias de los chilenos son propias de países desarrollados. Más que crecimiento, hoy la gente espera igualdad de oportunidades. Los sociólogos hablan de la “trampa del ingreso medio”, es decir, que cuando los países llegan a estos niveles de ingresos, aparecen temáticas nuevas que tensionan a la sociedad. Y lo más significativo es que ni el tema estudiantil ni el ambiental ni las demandas de las minorías sexuales surgen de los partidos políticos, sino que de los movimientos ciudadanos y de las redes sociales”.

José Mujica

Tras cinco años de gobierno del Frente Amplio en Uruguay, José Mujica inició en 2010 su actual gestión, pero en estos meses se ha enfrentado a fuertes polémicas dentro de su coalición e incluso dentro de su propio gobierno. Ha tenido desavenencias con fuerzas políticas aliadas como el Partido Comunista e incluso con su propio vicepresidente, Danilo Astori.

El presidente del Frente Amplio, Jorge Brovetto, ha confesado que “la situación está muy difícil, muy complicada la decisión tomada por un sector de la fuerza política pone en peligro la propia gobernabilidad”. Lanzó estas palabras tras la decisión del senador comunista Eduardo Lorier de no respaldar la votación del proyecto de ley de Participación Público-Privada en el Senado el martes pasado.

Pero ha habido otras desavenencias. Por ejemplo, la anulación el pasado abril en el Senado de la ley de caducidad, que garantiza la amnistía a militares y policías involucrados en la represión durante la dictadura (1973-1985).

Mujica se opuso a la anulación de la ley por haber sido ratificada en dos plebiscitos, desatando así las críticas internas en la coalición.

Luego, Mujica impulsó un impuesto a las extensiones de tierras mayores de 2000 hectáreas, con el fin de atacar la concentración excesiva de la propiedad y recaudar fondos para financiar obras públicas. El impuesto fue criticado por el vicepresidente, Danilo Astori.

Mujica admite que se están abordando “los problemas que notoriamente tiene la fuerza política y que por tanto también tiene el gobierno, por lo que estamos hondamente preocupados”. Astori, por su parte, opinó que la situación es “grave y crítica”.

Hugo Chávez

Hugo Chávez, que en 2012 enfrenta un proceso electoral con su presidencia en juego, afrontaba hasta hace un mes una difícil situación marcada por la espiral inflacionaria del 25%, el aumento de los índices de inseguridad, dos años de recesión económica, crisis energética y una insatisfacción popular generalizada por la carencia de vivienda.

Esto ha provocado que en junio pasado el 53% de los venezolanos rechazara la gestión del gobierno de Chávez. Un estudio de la empresa Consultores 21 reveló que entre 1999, cuando Chávez llegó al poder y diciembre del 2010 la aceptación pasó de 80% a 38%.

Ahora, a estos temas, se une el de su salud tras haber anunciado que padece cáncer, lo cual ha desatado las especulaciones sobre su futuro político.

Chávez ha admitido que la enfermedad ha alterado su situación política: “aquí estoy, en mi condición de paciente convaleciente, en la retaguardia pero mirando al campo de batalla, con Dios, el pueblo, la revolución y la patria (..) El comandante por doctrina se ubica en cualquier parte”.

De todas formas, por el momento, asegura que no abandona la dirección del país ni sus planes de futuro (la reelección en 2012): “Es como un renacimiento. He comenzado la etapa de retorno (…) Iremos saliendo poco a poco de la retaguardia, al cuerpo principal y después a la vanguardia”.

La situación es difícil, como admite el propio gobierno chavista. “El presidente va en su proceso. Es un proceso delicado. Hay un tratamiento riguroso, y todo el pueblo tiene que acompañarlo a cumplir su tratamiento”, dijo el vicepresidente Elías Jaua.

Como apunta Luis Vicente León en el diario El Universal, “más allá de los temas emocionales o perceptuales generados por la ida y el regreso de Chávez, la incertidumbre de fondo, que definirá los escenarios políticos electorales del país, queda viva: ¿cuán grave es la enfermedad del Presidente? ¿Podrá enfrentar la campaña del 2012 con la energía suficiente que requiere un candidato?”.

Dilma Rousseff

Dilma Rousseff se ha visto atrapada en estos sus primeros siete meses de gobierno en varios escándalos de corrupción que han golpeado fuertemente a su gestión. Primero fue la dimisión de su mano derecha el jefe de la Casa Civil, Antonio Palocci.

Luego, la caída del ministro de Transporte, Alfredo Nascimento —acusado de cobrar sobornos a empresas constructoras para el Mundial de Futbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016, y de beneficiar a una empresa de su hijo que en los últimos dos años llegó a crecer el 86 mil 500%, gracias a los contratos con el Estado.

El secretario general de la presidencia, Gilberto Carvalho, confesó que la decisión del Gobierno fue con el fin de abreviar la crisis en la cartera de Transportes, pues un largo “proceso de agonía” iba a causar “desgaste”.

El analista político Clovis Rossi ha señalado que “tanto ahora con lo de Nascimento como cuando dudaba de expulsar a Palocci, Dilma Rousseff da muestras de que no se siente cómoda como directora de orquesta y menos en la interlocución con los políticos”.

Ollanta Humala

No ha asumido aún y se teme que Ollanta Humala llegue debilitado al debut de su gobierno. El diario peruano La República señala incluso que “se maneja la hipótesis de que Humala será hostilizado por un conjunto de poderes, económicos y políticos ligados al fujimorismo, que harán una campaña contra el nuevo gobierno, desnaturalizándolo y exigiendo resultados inmediatos, como ocurre ahora con Susana Villarán”.

Ha sufrido fuertes presiones para que indique, sin más dilación, quien va a ser su ministro de economía para tranquilizar a los mercados. Ante esta situación, ha tenido que salir a responder que tiene “una propuesta que la vamos a hacer pública en el momento oportuno. Creemos que no es el momento. No he recibido siquiera las credenciales de Presidente de la República y creo que hay que esperar que se den los plazos…el perfil, es una persona que tenga probada honestidad, que tenga capacidad profesional, experiencia en el campo, en el sector y que esté comprometido con el proyecto (…) que siga la ‘hoja de ruta’ que hemos planteado en el Compromiso al Pueblo Peruano”.

Todos los que buscan seguridades en el nuevo gobierno cifran sus esperanzas en la alianza entre Humala y Alejandro Toledo, quien ha asegurado que “más allá de mi reacción personal, que podrá entender es humana, ahora la reflexión es el país. No podemos tirar todo por la borda. Perú es el décimo país del mundo en crecimiento y lo hemos conseguido en democracia, con todas sus debilidades. Yo ya no soy presidente, no me dejaron ser presidente, pero eso no quiere decir que he perdido mis valores democráticos y mi amor por mi país. Espero que el presidente electo lo haga bien como lo ha hecho Lula. Aunque, evidentemente, Humala no es Lula”.

Evo Morales

El presidente de Bolivia, Evo Morales, ha enfrentado un año 2011 lleno de protestas. La crisis se inició en 2010 cuando tuvo que echar marcha atrás un decreto por el que subía el precio de la gasolina debido a las fuertes protestas que esta acción desencadenó: ”el pueblo me escuchó y me enseñó y saluda la decisión que tomé en defensa de las familias más pobres”, dijo Morales al retirar su decreto.

En abril, miles de manifestantes bloquearon gran parte de La Paz y otras ciudades bolivianas con huelgas, marchas y disturbios de los trabajadores que demandaban un incremento salarial del 10%. Finalmente, el sindicato COB decidió aceptar la oferta del Gobierno que planteó el 11% de incremento salarial

Fernando Molina aseguró en su día en Infolatam que “la lucha social, una constante histórica que remitió sustancialmente bajo el mandato de Evo Morales, ha retornado, y probablemente para quedarse”.

El analista Jorge Lazarte indicó en el diario La Razón que “la ingobernabilidad ha retornado al país y ha puesto al Gobierno en situaciones extremadamente difíciles, porque no entiende lo que está pasando al no responder a lo que pasa”.

Laura Chinchilla

Costa Rica es otro ejemplo de derrumbe de la popularidad presidencial. El respaldo a la presidenta costarricense, Laura Chinchilla, descendió 11 puntos entre marzo y junio.

Un sondeo de la firma Unimer publicado por el diario La Nación reveló además que las opiniones desfavorables se incrementaron seis.

Según la encuesta en marzo pasado el 37 % de los costarricenses calificaba la labor de la mandataria como buena o muy buena, sin embargo en el estudio de junio la cifra cayó hasta alcanzar apenas un 26 %.

La imagen de los costarricenses sobre las calidades de liderazgo de la presidenta Laura Chinchilla para conducir el país se desinfló en los últimos meses, según determinó esa encuesta.

El estudio reveló que ocho de cada diez costarricenses considera que la presidenta, la primera mujer en alcanzar la presidencia en Costa Rica, no tiene control del país un año después de haber asumido el mando.

De acuerdo a la encuesta, apenas un 14 por ciento de la población está convencida de que la mandataria conduce al país, un 67 por ciento cree que no resuelve los problemas de la nación y un 61 por ciento de los encuestados dijo que la mandataria no define prioridades.

El síndrome del “pato cojo”

Felipe Calderón afronta el último año de gobierno por lo que se puede decir que ha entrado en pleno síndrome del “pato cojo”, periodo en el cual los presidentes encaran el final de sus mandatos. Llega mermado de poder pero con una alta popularidad pese a que cayó en febrero al nivel más bajo de su gestión.

De hecho, de acuerdo a la encuesta, realizada por Consulta Mitofsky, la aprobación a la gestión de Calderón fue de un 52% en febrero, frente a un 54% de una encuesta similar publicada en noviembre del 2010.

Alan García

Aún más “pato cojo” es Alan García que abandoa la presidencia a finales de este mes de julio. Según una encuesta nacional de El Comercio elaborada por Ipsos, el 36% respalda la gestión presidencial.

Si se compara con la encuesta nacional de mayo, significa que la popularidad de García aumentó 3 puntos. El más bajo porcentaje de aprobación presidencial desde el 2006 hasta ahora se registró en octubre del 2008 y junio del 2009, fechas en las que ocurrieron el caso de los petroaudios y los sucesos de Bagua.

Es una tradición en Perú desde el fin del fujimorato donde los presidentes, tanto Alejandro Toledo como Alan García, ha gozado de un bajísimo nivel de aprobación que a penas superaba el 30%.

Fernando Lugo

Fernando Lugo logró romper con más de 60 años de gobiernos del partido colorado en 2008 pero sus primeros años de gobierno estuvieron llenos de problemas. De hecho, entre 209 2010 la popularidad del Presidente bajó su de un 64% a 32%

Sondeos de opinión divulgados recientemente revelaron un cambio, gracias, sobre todo, al buen momento económico del país. Ahora goza de una alta popularidad que ronda el 50%. Incluso, sus partidarios promueven una reforma electoral que permita su reelección aunque más del 65% de los consultados se oponen.

Luna de miel

No todos los presidentes de la región se encuentran en las situaciones descritas anteriormente. Así, por ejemplo, Daniel Ortega va por delante en las encuestas para su reelección en las elecciones del próximo 6 de Noviembre del 2011. Cuenta con una intención de voto de un 50.8 por ciento que supera en un 33 por ciento a su contrincante Fabio Gadea de la alianza PLI-UNE.

En una situación parecida se encuentra Cristina Kirchner. Su intención de voto creció casi cinco puntos porcentuales tras el anuncio de que buscará ser reelecta en los comicios de octubre. La última encuesta de la consultora Management & Fit mostró que un 38,3 por ciento de las personas interrogadas votaría por la actual presidenta, frente al 33,4 por ciento en el sondeo que la misma empresa divulgó hace tres semanas.

La intención de voto a su principal rival, según la encuesta, Ricardo Alfonsín creció casi 8 puntos porcentuales a 23,2 por ciento, pero apenas logrando recortar la amplia diferencia que lo separa de la presidenta.

Con niveles de aprobación cercanos al 50 por ciento, la imagen de Cristina Kirchner se ha beneficiado del fuerte crecimiento de la economía.

Otro caso llamativo es el de la popularidad del mandatario colombiano, Juan Manuel Santos, quien continúa subiendo y se ubica en 83 por ciento. La encuesta del Centro Nacional de Consultoría reveló además un aumento significativo en el optimismo de los colombianos: el 78 por ciento –cuatro puntos más que el sondeo de junio– cree que la situación en esa nación sudamericana podría mejorar en el futuro.

En Centroamérica existen dos casos también llamativos. La opinión favorable a la labor del presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, sigue alta pese a que cayó 4,7 puntos a fines de junio pasado, cuando faltaban pocos días para cumplir su segundo año de gestión, el 1 de julio, y se situó en 64,1 %.

Por su parte, el presidente de El Salvador, Mauricio Funes, goza de un 65 por ciento de opiniones favorables, publicó hoy la casa encuestadora JBS Opinión Pública. De acuerdo al sondeo, realizado del 14 al 18 de mayo, el 57,70 por ciento de los salvadoreños califica la gestión de Funes como buena, mientras que el 7,30 por ciento la percibe como muy buena. Sin embargo, un 27,20 por ciento ve su gestión como mala y un 5,20 como muy mala.

Por último, en la zona andina es destacable el caso de Rafael Correa a quien el 77,3% de los ecuatorianos aprueba la gestión, según una encuesta efectuada por la empresa Perfiles de Opinión, tras el referéndum y consulta popular del pasado 7 de mayo.

El 59,5% de los consultados calificó de muy bueno el desempeño de Correa, mientras que 17,8% lo consideró bueno, según el sondeo realizado entre el 12 y el 22 de mayo. El 22% juzgó negativamente la gestión del presidente quien es consciente de que su popularidad explica sus éxitos electorales: “ellos están planteando esto como una consulta contra el Gobierno y van a perder porque el Gobierno es popular, es una estrategia equivocada”.

Autor de Nota: Infolatam

Debes estar conectado para publicar un comentario.