Muchos disfrutaron la humillación del hombre que gobernó con incuestionable poder durante 29 años, en los cuales los opositores fueron torturados, la corrupción era endémica, la pobreza generalizada y la vida política restringida
MANIFESTACIÓN. Familiares enfurecidos de víctimas de la represión a las marchas contra el ex jefe de Estado egipcio celebran frente a la corte en la academia policial (Foto: MOHAMED ABD EL-GHANY/REUTERS )
EL CAIRO (Agencias).Tendido en una cama de hospital dentro de la jaula de acusados, y acompañado de sus dos hijos, el anciano ex presidente de Egipto, Hosni Mubarak, negó el miércoles cargos de corrupción y complicidad con el asesinato de manifestantes, al inicio del histórico juicio en su contra en El Cairo.
El espectáculo, transmitido en vivo por la televisión estatal, fue un momento sensacional para los egipcios. Muchos disfrutaron la humillación del hombre que gobernó con incuestionable poder durante 29 años, en los cuales los opositores fueron torturados, la corrupción era endémica, la pobreza generalizada y la vida política restringida. “Me siento complacida de verlo en una jaula. Siento que el alma de mi hijo finalmente descansará”, destacó Saeeda Hassan Abdel-Raouf, madre de un manifestante de 22 años que falleció junto con otros en la revuelta. La señora habló fuera de la academia de policía, donde se realiza el juicio.
Luego de un amplio escepticismo con respecto a si los gobernantes militares de Egipto iban a permitir que uno de los suyos —ex jefe de la fuerza aérea— fuese enjuiciado frente al mundo, la escena representa la satisfacción de una de las demandas claves que han unido a los manifestantes desde el 11 de febrero, cuando Mubarak cayó luego de una sublevación popular de 18 días.
Es la primera vez que los egipcios ven a Mubarak desde el 10 de febrero, cuando pronunció un desafiante discurso televisivo en el que se negó a renunciar. En el tribunal, un fiscal leyó los cargos contra Mubarak, de 83 años: complicidad junto con su ministro del interior Habib el-Adly en “el asesinato premeditado e intencional de manifestantes pacíficos” y que él y sus hijos recibieron regalos de un prominente empresario a cambio de garantías de que éste recibiría un precio más bajo en un acuerdo de tierras con el gobierno.
Alrededor de 850 personas murieron durante los disturbios. Si es declarado culpable, Mubarak podría ser condenado a la pena de muerte. La próxima audiencia será el día 15.
“Sí, estoy aquí”, dijo Mubarak desde su cama, alzando la mano ligeramente cuando el juez le pidió que se identificase y respondiese a los cargos. “Niego todas esas acusaciones completamente”, dijo. Sus hijos Gamal y Alaa también se declararon inocentes. Frente al tribunal se produjeron enfrentamientos entre centenares de simpatizantes y opositores del ex presidente. En un caótico escenario, cientos de policías con uniformes blancos separaban a los manifestantes que se peleaban y lanzaban piedras y botellas mutuamente.
El Partido Libertad y Justicia (PLJ), brazo político de los Hermanos Musulmanes en Egipto, dijo que el inicio del juicio al ex presidente es un “hecho único” en la historia egipcia que tranquiliza al pueblo. En un comunicado, el secretario general del PLJ, Mohamed Saad al Katatni, destacó que la comparecencia de Mubarak ante el tribunal responde a una de las principales reivindicaciones que surgieron con el estallido de la revolución, el pasado 25 de enero.
Funcionarios de seguridad dijeron que el avión de Mubarak aterrizó en el aeropuerto de El Cairo y que fue trasladado con su equipo médico en helicóptero hasta el lugar del juicio. Mubarak fue trasladado desde el balneario Sharm el-Sheikh en el Mar Rojo, donde ha vivido desde que fue derrocado. Las medidas de seguridad eran extremas. La corte se instaló en lo que fue alguna vez la Academia de Policía Mubarak.
Fuente: www.eluniversal.com.mx