Cristina Kirchner deberá reemplazar a Aníbal Fernández, Amado Boudou y Julián Domínguez en su próximo mandato. También estaría con ganas de renunciar Carlos Tomada. Los nombres en juego y la idea de replicar el modelo brasileño.
En el gobierno sigue la discusión interna sobre cómo encarar el inevitable cambio de gabinete que deberá enfrentar Cristina Kirchner en un casi seguro próximo mandato. Es que Amado Boudou deberá asumir la vicepresidencia, Aníbal Fernández iría al Senado a reemplazar a José Pampuro en la presidencia provisional y Julián Domínguez tiene grandes chances de presidir la Cámara de Diputados.
A esta lista se suma Carlos Tomada que ya no disimula sus ganas de renunciar al ministerio de Trabajo, muy desgastado por los interminables conflictos laborales en los que debe terciar su área. “Cuando arrega los problemas nadie lo fecilicita y cada vez que un conflicto llega a los diarios lo insultan, ya no aguanta más”, reconocieron a LPO fuentes de su entorno.
En ese marco, algunos proponen el simple remplazo de hombres y otros una reestructuración profunda de la estructura del gabinete que incluya el cambio de nombres. En ese sentido, hay sectores que están analizando la estructura ministerial de Dilma Rouseff.
En Brasil la Presidenta trabaja asistida por una súper plataforma de 24 ministros, 10 secretarios de Estado y 22 consejos, que no sólo tienen funciones consultivas, sino también ejecutivas. Entre los ministerios se combinan los clásicos de Hacienda, Defensa, Relaciones Exteriores, Trabajo, Justicia, Agricultura, Turismo, Previsión Social, con particularidades como las carteras de “Ciudades”, “Integración nacional”, “Lucha contra el Hambre”, “Desarrollo Agrario”, entre otros.
Es verdad que el gabinete de Brasil se articuló sobre una base política distinta a la Argentina, allí los gobiernos suelen incluir coaliciones políticas y a los socios menores se les entregan carteras de las «no importantes». Mientras que en la Argentina funciona más un esquema de «el ganador se lleva todo» por la hegemonía peronista.
Pero salvando esas distancias, el organigrama ministerial brasileño avanza sobre una súper especialización de las áreas de gobierno que ya insinuó Cristina al crear los ministerios de Ciencia y Tecnología, Agricultura y Turismo. Esto podría ampliarse si se procede a jibarizar la interminable cartera de Planificación que conduce Julio de Vido.
De hecho, el propio ministro de Planificación comenta por estas horas que está muy cansado y que le gustaría desprenderse, por ejemplo, de Energía. Siguiendo la lógica brasileña también podrían convertirse en ministerios las áreas de Transporte –un viejo reclamo de Hugo Moyano- y Comunicaciones.
La intención de Julio de Vido de desprenderse de Energía no es casual. Se trata acaso de una de las áreas más conflictivas de la próxima etapa ya que allí anida el corazón del problema del gasto, que se está disparando, con una factura anual que según especialistas ya oscila entre los u$s 10 mil y u$s 15 mil millones. Gasto además que se ramifica en una madeja de subsidios cruzados y negocios de 9 cifras que nadie se anima a tocar.
Sin embargo, en principio Cristina se inclinaría por darle jerarquía ministerial a la Secretaría de Transporte que dirige Juan Pablo Schiavi, no así a energía, tema en el que ya se sumergió el economista de La Cámpora Iván Heyn.
Sin embargo, en los úlimos días en el gobierno nacional se ha comenzado a relativizar el supuesto protagonismo que tendría La Cámpora en un futuro gobierno. «A nivel de ministros Cristina estaría inclinándose por poner gente grande, con experiencia, que se retiren con ella», comentó a LPO un funcionario del Gobierno, que de cualquier manera no descartó que la Presidente cumpla la promesa de Kirchner y le entrega a la agrupación de Máximo Kirchner «un» ministerio.
Por otro lado, no esta claro quien será el nuevo ministro de Economía ni si Mercedes Marcó del Pont continuará en el Banco Central. Las versiones son que Boudou quisiera que lo suceda su secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino. Pero en el gobierno se comenta mucho la fascinación de Cristina con el economista Axel Kiciloff, con quien suele debatir de temas económicos.
Otro favorito del próximo presidente es el presidente del Banco Nación Juan Carlos Fábrega, un compañero de la escuela de Néstor Kirchner. Se lo menciona para el Banco Central, pero Cristina tuvo hace poco un gesto público amigable hacia Marcó del Pont que alimentó especulaciones sobre su continuidad en el organismo monetario.
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