Sesenta países, entre ellos las potencias implicadas en la coalición anti Kaddafi, celebrarán hoy en París una cumbre para «coordinar la transición» en Libia y evitar «errores» como los cometidos en Irak, dijo el palacio presidencial del Elíseo en un comunicado.
Por Hernán Campaniello
La denominada «reunión de amigos de la Libia libre», convocada por Francia y el Reino Unido, contará con la participación de 13 jefes de Estado, una veintena de ministros y del secretario general de la ONU, el surcoreano Ban Ki-moon.
Los dirigentes se reunirán con Mustafá Abdeljalil y Mahmoud Yibril, las dos principales figuras del Consejo Nacional de Transición (CNT), el órgano político de los insurgentes libios.
“La partida está terminada”, aseguró un portavoz del Elíseo a Télam, incluso si los combates continúan en varias localidades libias pro Kaddafi, donde los alzados cuentan con el apoyo de la OTAN e intentan localizar al dictador libio.
París y Londres pretenden que la conferencia marque lineamientos para la reconstrucción del país norafricano, especialmente en infraestructura.
Para ello, ambos gobiernos bregan por un desbloqueo de los activos libios congelados en los últimos meses por la ONU para asfixiar al gobierno de Kaddafi.
«Es una fase delicada, pero es fundamental lograr que la transición que se abre sea igual de brillante que las operaciones militares», indicó la Presidencia de Francia, la potencia mundial más implicada en la intervención militar dirigida por la OTAN.
La conferencia tiene un triple objetivo: unir a la comunidad internacional detrás de las nuevas autoridades libias, determinar la ayuda que se va a aportar y favorecer la reconciliación nacional libia, incluídos los sectores moderados que apoyaban a Kaddafi.
La ayuda deberá ser política y económica para que Libia pueda relanzar rápidamente la producción y explotación de petróleo.
Una ayuda que no es del todo desinteresada, puesto que Francia, como otros grandes países europeos, espera que sus empresas de la industria petrolera puedan aprovechar la reconstrucción de Libia.
El diario Libération afirmó hoy que Francia logró un acuerdo con el CNT para hacerse con el 35% de las explotación del petróleo libio, versión que fue desmentida por el canciller galo, Alain Juppé.
Asimismo, la cuestión del desbloqueo de los activos libios ocupará el centro de las discusiones.
En ese marco, Francia solicitó a la ONU el desbloqueo de 2.200 millones de dólares de activos libios antes del fin de semana, de los 10.900 millones congelados por los bancos galos, según informó hoy el Elíseo.
La ONU podría desplegar una fuerza policial internacional para formar a las fuerzas de seguridad libias, así como brindar la ayuda necesaria para planificar las elecciones que, según la CNT, se realizarán dentro de ocho meses.
«No hay una maquinaria electoral, ni comisión electoral, ni historia de partidos políticos. La sociedad civil, los medios independientes, comienzan apenas a emerger en el Este del país», señaló Ian Martin, consejero especial para la planificación pos conflicto de la ONU.
Añadió que «el objetivo de la comunidad internacional es lograr que Libia cree una constitución y desarrolle elecciones presidenciales en los próximos 18 meses”.
Además de los países que intervinieron en las operaciones militares, la reunión contará con la participación, entre otros, de tres grandes potencias que se negaron a formar parte de la incursión bélica: Rusia, China y Alemania.
Moscú, aliado tradicional de Kaddafi, reconoció hoy al CNT como «única autoridad del país».
Por su parte, China, que sigue sin reconocer al CNT, estará en la conferencia de París como «observador».
China y Rusia se abstuvieron durante la votación del Consejo de Seguridad que derivó en la resolución 1973, la que permitió a la OTAN iniciar los bombardeos alegando la protección de los civiles libios.
«Hay que evitar los fiascos en la transición», consideró la Presidencia francesa en su comunicado de hoy, citando como ejemplos el fin de la ocupación soviética en Afganistán y la intervención estadounidense en Irak.
Además, sostuvo que «hay que saber rescatar las enseñanzas de esas experiencias y estar al lado del nuevo poder, pero sin imponer nada, pues son ellos quienes saben lo que es bueno para el pueblo libio».
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