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Nuevas explosiones cerca de la isla atacada elevan la tensión en Corea

Una cadena de explosiones ha elevado hoy la tensión en la isla surcoreana de Yeonpyeong, donde el martes murieron cuatro personas y otras 18 resultaron heridas tras ser bombardeada por el régimen estalinista de Corea del Norte.

Este corresponsal, que se encuentra en la isla, pudo oír las detonaciones pasadas las tres de la tarde (siete de la mañana, hora española), que sonaban un tanto lejanas pero lo suficientemente potentes como para ser percibidas desde Yeonpyeong.

Su eco volvió a hacer saltar las alarmas en la isla, donde solo quedan 30 de sus 1.700 habitantes, en su mayoría pescadores de cangrejos. Aterrorizados, los vecinos de Yeonpyeong han huido en masa tras el fuego cruzado entre las dos Coreas que los pilló justo en medio el martes. La lluvia de obuses disparados por Pyongyang afectó especialmente a uno de los callejones de casas bajas del centro, donde una veintena de viviendas han quedado reducidas a escombros calcinados.
Las nuevas detonaciones llevaron a los pocos residentes que aún quedan en el pueblo a los refugios antiaéreos, poniendo en alerta también a los 200 periodistas que han tomado la isla, enclavada en el Mar Amarillo a solo once kilómetros de Corea del Norte.
Maniobras militares en el Norte
El Ministerio de Defensa surcoreano confirmó que se habían escuchado varias explosiones – hasta 20 según la televisión por cable YTN – y las atribuyó a unas maniobras militares en el Norte. De hecho, desde la colina de la isla se contemplaban el humo y los proyectiles lanzados a lo lejos, al parecer en propio terreno norcoreano.
Con dichos disparos, el régimen pilotado por Kim Jong-il estaría protestando contra los ejercicios navales conjuntos que Corea del Sur y Estados Unidos comenzarán el domingo, y en los que participarán el portaaviones USS George Washington y cuatro barcos más de la VII Flota.
Poco antes de las detonaciones, y a través de su agencia estatal, Pyongyang había advertido de que “la situación en la Península Coreana se acerca al estallido de una guerra por la conducta temeraria de llevar de nuevo a cabo juegos de guerra directamente dirigidos contra el Norte”.
“No tenemos miedo y estamos preparados para luchar”, explicó a ABC un mayor surcoreano en el ferry de pasajeros que comunica la isla con la ciudad portuaria de Incheon, una travesía de 80 kilómetros y casi tres horas de duración.
La antes idílica Yeonpyeong, famosa por sus cangrejos , es hoy una localidad fantasma y en estado de máxima alarma. Casi todas sus casas han sido abandonadas y por las calles desiertas y alfombradas de cristales rotos sólo desfilan los hambrientos perros abandonados por los evacuados, camiones militares, patrullas de soldados y legiones de periodistas cámaras y micrófonos en ristre esperando el estallido de una nueva guerra en Corea.

Fuente: ABC

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