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Leyes y políticas

Obama instó al Congreso a avalar su nuevo plan de empleo

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, envió hoy al Congreso su ley de empleo y exhortó a los legisladores a adoptar pronto su nuevo plan porque que hay millones de norteamericanos sin trabajo «que no pueden esperar».

«Nada de juegos, nada de política, nada de demoras», dijo Obama blandiendo una copia del proyecto de ley de empleo durante un acto en los jardines de la Casa Blanca rodeado de trabajadores, entre ellos oficiales de policías, bomberos, maestros y obreros de la construcción.

Horas después del acto, por la noche, Obama envió su proyecto al Congreso, días después de presentarlo en un discurso ante ambas cámaras y de haber iniciado una gira nacional para promocionarlo que lo llevará mañana a Ohio y el miércoles a Carolina del Norte.

Al mismo tiempo, el Comité Nacional Demócrata lanzó hoy una campaña publicitaria para fomentar la inciativa con avisos por los principales medios en estados políticamente trascendentes, desde Nevada, en el Oeste, a New Hampshire, en el Este.

Después de más de dos años de la peor recesión en casi ocho décadas, el índice de desempleo en Estados Eunidos se mantiene por encima del 9% de la fuerza laboral, y un 43% de las personas desocupadas estuvieron sin un empleo por más de seis meses.

Bautizada Ley de Empleo de Estados Unidos (American Jobs Act, por su nombre en inglés), la legislación combina estímulos fiscales e impositivos por 447.000 millones de dólares para estimular a las empresas a que contraten nuevos empleados.

«Este plan pondrá a la gente a trabajar nuevamente en todo el país», señaló Obama en el acto en el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca, informó la cadena CNN.

«Faltan catorce meses para las próximas elecciones, y millones de estadounidenses sin trabajo no pueden esperar hasta entonces», sostuvo el presidente, quien recordó que su propuesta toma ideas de republicanos y demócratas, por lo que puede ser apoyada por ambos partidos y no añadirá «ningún centavo» al déficit.

«Hay más de 35.000 escuelas que necesitan reparaciones», agregó Obama, quien además indicó que su plan ofrece «reducciones de impuestos a las pequeñas empresas que contraten a personas que hayan estado desempleadas por más de seis meses».

El presidente se limitó a subrayar que todas las medidas previstas tendrán la financiación garantizada e insistió en que los «millonarios y multimillonarios» del país tendrán que contribuir con su «justa parte» a los esfuerzos para sacar la economía a flote.

El proyecto incluye también beneficios fiscales para los trabajadores. También destina nuevos fondos para la educación y la construcción de escuelas.

El director de presupuesto de la Casa Blanca, Jack Lew, develó hoy los primeros detalles de cómo se financiaría la propuesta de Obama para impulsar el empleo.

La mayor parte del dinero, unos 400.000 millones de dólares, provendrá los próximos diez años de la limitación a las deducciones impositivas para individuos que ganan más de 200.000 dólares por año y familias que ganen más de 250.000 dólares anuales.

Además, se obtendrán ingresos de nuevos impuestos a las industrias del petróleo y el gas, junto con medidas para aumentar impuestos para capitales de riesgo y reducir las deducciones impositivas corporativas a los jets privados.

Las oposición republicana, que controla la cámara baja del Congreso, prometió una rápida revisión de la ley y se muestra abierta al tema de las exenciones impositivas, pero algunos de sus miembros, sobre todo los del sector ultraconservador Tea Party, rechazan cualquier aumento del gasto.

El presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, se msotró cauto ante las palabras de Obama aunque prometió una pronta evaluación del proyecto.

«Los antecedentes de las propuestas económicas sancionadas durante el último Congreso exigen un examen cuidadoso del plan del presidente así como una consideración de medidas alternativas que puedan apoyar de manera más efectiva la creación de empleo en el sector privado», dijo Boehner en un comunicado.

«Es mi deseo que seamos capaces de trabajar juntos para poner en funcionamiento las mejores ideas de ambos partidos y ayudar a los estadounidenses a ponerse de vuelta a trabajar», agregó el líder opositor.

En la Casa Blanca, Obama pidió acción y menos palabras, en una aparante indirecta a Boehner y los republicanos.

«En vez de sólo hablar de los creadores de empleo, hagamos realmente algo por los creadores de empleo de Estados Unidos.

Podemos hacerlo aprobando esta ley», señaló el presidente.

Pese a las acusaciones veladas de que los republicanos quieren sacar rédito político del debate por la ley, Obama también tiene mucho en juego respecto del éxito o fracaso del proyecto.

La campaña para las elecciones presidenciales del año próximo va tomando cada vez más vuelo, los republicanos no desaprovechan ninguna ocasión para atacar a Obama por la crisis económica y los sondeos muestran una gran insatisfacción del electorado con la gestión del presidente en esta materia.

El propio Obama reconoció en una entrevista difundida hoy que su baja popularidad obedece al alto desempleo, así como a la campaña en su contra del ultraderechista Tea Party.

«Lo cierto es que los estadounidenses han atravesado una de las peores crisis económicas que hemos padecido desde la Gran Depresión y están comprensiblemente impacientes», dijo Obama a la cadena NBC.

«Únicamente puedo decirles: `Miren, todas las medidas que hemos tomado van por buen camino. Si no las hubiéramos tomado, las cosas irían mucho peor`», subrayó.

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