A un día del accidente que se cobró once vidas, las tareas de reparación continúan en la estación Flores del Ferrocarril Sarmiento. Los trenes ya funcionan aunque no se detienen allí.
A más de 24 horas de la tragedia, la zona aún no ha recuperado su paisaje habitual. Las consecuencias del hecho todavía están a la vista.
La calle Artigas continúa cerrada al tránsito vehicular desde la Avenida Rivadavia. No obstante la zona se encuentra sumamente circulada por transeúntes que no pueden evitar la curiosidad y quedarse unos segundos a contemplar el panorama.
Los trenes ya circulan y lo hacen de manera muy lenta cuando pasan por allí mientras que los pasajeros se asoman por la ventanilla. En la estación un grupo de personas espera hasta que por el altoparlante se anuncia que las formaciones no se detienen en Flores.
La chicharra suena, la barrera se baja y empleados de TBA hacen sonar el silbato para anunciar que se acerca la formación. Los peatones esperan para cruzar las vías. Algunos, impacientes, intentan pasar igual pero un policía los detiene. «No se puede pasar», les dice.
Alrededor de veinte operarios con mameluco azul trabajan a lo largo de las vías y realizan tareas de reparación. A un costado se ubica una montaña de escombros que quedaron tras remover los restos de colectivo y los trenes que protagonizaron el accidente. Aún no se sabe cuando culminarán con el trabajo y todo vuelva a la normalidad.
La tragedia tuvo lugar en la calle Artigas, a metros de la estación, el martes a las 6:23. El tren que chocó contra el colectivo de la línea 92, descarriló y dio de lleno en una unidad que en ese momento se encontraba detenida y que se dirigía rumbo a Once.
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