La foto de los sonrientes Amado Boudou y Florencio Randazzo junto a Capitanich en los festejos por su reelección, acaso induzcan a un error, los ministros están muy lejos de compartir una alegre camaradería. Randazzo habría sido el motor de la última denuncia de la oposición contra el ministro de Economía por su presunta vinculación con Ciccone Calcográfica. La guerra de los documentos detrás de la maniobra.
En su edición del domingo el diario Clarín publicó una foto de dos simpáticos jóvenes argentinos posando frente a las pantallas lumínicas de Times Square. Pero lejos de ser uno más de los retratos que se sienten obligados a sacarse los turistas que visitan Nueva York, la imagen mostraba al ministro Amado Boudou junto a José María Nuñez Carmona, un empresario cercano al funcionario.
El artículo abunda en una temática que hace rato circula en el mercado y que vincula a los protagonistas de la foto, la presunta vinculación del ministro y su amigo con los sucesivos pases de mano de la moderna planta de papeles de alta seguridad de Ciccone Calcográfica, a la que no sería ajeno el banquero kirchnerista Jorge Brito.
Esta planta, que alquilaba la firma Boldt, fue la que realizó el Censo y está en condiciones de imprimir cheques, documentos de identidad, pasaportes, acciones, bonos y papel moneda. Luego que el gobierno a través de la Afip la mandara a la quiebra y –una vez que cambió de dueños- la rescatara, las versiones sobre la presunta injerencia del kirchnerismo en la empresa se dispararon.
Como Boldt –la otra firma fuerte del mercado en papeles de seguridad- pretendía quedarse la planta que había logrado alquilar gracias a una medida del juez de la quiebra, se desató una durísima interna, en la que el ministro del interior Florencio Randazzo apareció enfrentando al ministro de Economía.
En los papeles la plata ahora forma parte de una nueva empresa llamada Compañía de Valores Sudamericana –que incluye de manera minoritaria a los Ciccone- y fue adquirida por un fondo de inversión denominado The Old Fund SA, que tiene como fronting al abogado belga Alejandro Paul Vandenbroele, quien al concretarse la operación se reunió con los representantes de los empleados en el histórico sindicato de
los gráficos que lidera Raimundo Ongaro, como anticipó en ese momento LPO.
La vinculación con el dueño del Banco Macro aparece porque quien lleva adelante el día a día de la flamante compañía es Máximo Lanusse, ex empleado de Jorge Brito.
El tema resurgió luego que la diputada opositora Margarita Stolbizer enviara un pedido de informes al Poder Ejecutivo para indagar sobre las extraños movimientos del gobierno en torno a Ciccone Calcográfica.
Rápidamente el conflicto escaló a lo más alto del gobierno y acentuó las sospechas que ya existían sobre el rol del ministro del Interior, Florencio Randazzo, a quien le atribuyen la reaparición del escándalo.
Es que Randazzo tiene muy bien aceitado con sus proveedores de siempre la realización de los DNI y los Pasaportes -que promociona con su foto en revista Gente y otras publicaciones amigas-, y teme ser desplazado del negocio por una Ciccone repotenciada, que muy bien podría realizar esa documentación con superiores normas de seguridad.
Randazzo ya en sus épocas de ministro de Felipe Solá en la provincia de Buenos Aires le encontró el filón a la confección de documentos –por aquel entonces licencias de conducir y otras documentaciones vinculadas-. Y también de aquellos años conserva una buena relación con Stolbizer.
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