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Ante el escándalo, EE.UU. dice que sus diplomáticos no son “espías”

Es por la difusión de secretos oficiales que muestran el proceder de funcionarios de representaciones en el extranjero. Wikileaks reveló 250.000 cables de embajadas en los que dejan al descubierto tareas de espionaje y críticas a líderes mundiales.
WikiLeaks, Estados Unidos, filtración de documentos En medio del escándalo desatado por Wikileaks y la filtración de documentos diplomáticos que causaron conmoción en el mundo entero, Estados Unidos salió a defender hoy a sus diplomáticos al afirmar que ellos no son “espías”.

“Nuestros diplomáticos saben exactamente lo que son: diplomáticos”, dijo el portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Philip Crowley.

Entre el gran número de notificaciones confidenciales publicadas ayer por Wikileaks hay también indicaciones del Departamento de Estado para que se recojan informaciones sobre líderes extranjeros. Las instrucciones, en parte firmadas por la titular de la cartera, Hillary Clinton, fueron enviadas a embajadas en Medio Oriente,
Europa del Este y América Latina, así como a la misión de Estados Unidos ante la ONU, señaló el diario The New York Times.

Según las filtraciones, a algunos representantes estadounidenses, por ejemplo, se les pidió que recojan números de tarjetas de crédito, así como de planes de trabajo y detalles sobre redes de telecomunicación utilizadas. Instrucciones de ese tipo iban a menudo vinculadas con las clásicas indicaciones a un diplomático.

Los diplomáticos “representan a nuestro país en todas partes del mundo y tienen una relación abierta y transparente con representantes de gobiernos extranjeros y de la sociedad civil. En el marco de ese proceso recogen informaciones que dan forma a nuestra política”, apuntó Crowley.

Estados Unidos condenó «enérgicamente» ayer la revelación de más de 250.000 documentos diplomáticos por parte de Wikileaks, al considerar que no sólo perjudica a su seguridad nacional, sino también a las relaciones del país con sus aliados internacionales.

«Condenamos enérgicamente la divulgación no autorizada de los documentos clasificados y de información sensible para la seguridad nacional», informó el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, a través de un comunicado.

Los más de 250.000 cables clasificados de sus embajadas se filtraron a The Guardian y otros medios internacionales. En el inicio de una serie de extractos diarios de los cables de las embajadas estadounidenses –muchos de los cuales llevaban el rótulo de “secreto”–, se puede revelar que los líderes árabes en privado instan a un ataque aéreo contra Irán y que se ha dado instrucciones a los funcionarios de EE.UU. de espiar a la conducción de la ONU .

Estas dos revelaciones por sí solas probablemente tengan repercusiones en todo el mundo. Pero los despachos secretos que fueron obtenidos por WikiLeaks también revelan la evaluación que hace Washington de muchos otros asuntos internacionales sumamente sensibles.

Entre ellos, se cuentan un cambio fundamental en las relaciones entre China y Corea del Norte, la creciente inestabilidad de Pakistán y detalles de esfuerzos clandestinos de los EE.UU. para combatir a Al Qaeda en Yemen.

Entre docenas de otras revelaciones que seguramente causarán conmoción, los cables detallan:

–Graves temores de Washington y Londres por la seguridad del programa de armas nucleares de Pakistán

–Presuntos lazos entre el gobierno ruso y el crimen organizado.

–Críticas devastadoras a las operaciones militares de Gran Bretaña en Pakistán.

–Afirmaciones respecto del comportamiento inapropiado de un miembro de la familia real británica.

Algunos despachos de la embajada en Londres dejarán a EE.UU. en una situación muy incómoda. Abarcan desde graves críticas políticas al premier David Cameron hasta pedidos de inteligencia sobre miembros del Parlamento.

Los cables además contienen acusaciones específicas de corrupción contra líderes extranjeros. Incluye referencias al ruso Vladimir Putin, al que se califica de “macho alfa”; al afgano Hamid Karzai, alguien “a quien impulsa la paranoia” ; y a Angela Merkel, quien “evita el riesgo y rara vez es creativa” . También hay una comparación entre el iraní Mahmoud Ahmadinejad y Adolf Hitler.

Los cables hablan de que casi ocurre un “desastre ambiental” el año pasado por un embarque ilegal de uranio enriquecido. Dan a conocer detalles técnicos de negociaciones secretas sobre misiles nucleares entre EE.UU. y Rusia en Ginebra e incluyen un perfil del líder libio Muammar Kaddafi, de quien se afirma que viaja acompañado a todas partes por una “voluptuosa enfermera ucraniana rubia ”.

Los cables cubren las actividades de la secretaria de Estado Hillary Clinton bajo el gobierno de Obama y también miles de archivos de la presidencia de George Bush. Clinton este fin de semana emprendió frenéticas acciones de limitación de daños, mientras Washington preparaba a los gobiernos extranjeros para las revelaciones.

El asesor legal del Departamento de Estado escribió al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, advirtiendo que los cables se obtuvieron de manera ilegal y que su publicación pondría en peligro “las vidas de innumerables personas inocentes, operaciones militares en curso y la cooperación entre los países”.

El archivo electrónico de los despachos de las embajadas de todo el mundo habría sido descargado por un soldado estadounidense este año y entregado a WikiLeaks. Assange se lo pasó a The Guardian y otros cuatro diarios: The New York Times, Der Spiegel de Alemania, Le Monde de Francia y El País de España. Los cinco planean publicar los cables más significativos pero han decidido no lanzar el archivo completo al dominio público ni publicar nombres que pongan en peligro a individuos inocentes.

Fuente: clarin

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