Los «indignados» de Estados Unidos tienen previsto profundizar este miércoles sus acciones contra la inequidad social y el sistema financiero con nuevas marchas y campamentos desde Nueva Orleáns a Nueva York, la ciudad donde comenzó el movimiento de protesta, hace casi 20 días.
En la Gran Manzana, los sindicatos se sumarán este miércoles a manifestantes acampados en el distrito financiero de Manhattan para marchar juntos contra la «gran injusticia» del desempleo, las ejecuciones hipotecarias y los salvatajes de bancos de 2008, según la página web del movimiento Occupy Wall Street (Ocupar Wall Street).
Algo similar pasará en Boston, donde la filial del estado de Massachussets de la Asociación de Enfermeras y Enfermeros se manifestará este miércoles junto a los ciudadanos autoconvocados del Occupy Boston, que días atrás levantaron su propio campamento de protesta con unas 20 carpas en la «City» local.
Por primera vez, los «indignados» llevarán este jueves su protesta a Washington, donde realizarán una sentada en una plaza entre la Casa Blanca y el Capitolio con la intención de hacer llegar su mensaje al presidente Barack Obama, a quienes muchos acusan de haber incumplido promesas de un cambio económico de raíz.
«Así como el reclutamiento para la guerra de Vietnam alentó a la gente a tomar las calles, la inseguridad económica está forzando un mayor involucramiento personal respecto de las políticas económicas», dijo Kevin Zeese, uno de los organizadores de la manifestación en Washington, citado por la cadena CNN.
Las protestas, que recién esta semana se extendieron a decenas de ciudades desde Los Ángeles a Boston, llegarán este miércoles también por primera vez a la multicultural y sureña Nueva Orléans, donde manifestantes marcharán por la ciudad del jazz y el carnaval e instalarán un campamento frente a la Municipalidad.
«Al final se están haciendo notar, y no sólo en Nueva York, sino en Luisiana, Alabama y en casi todos los estados de Estados Unidos ya hay una filial de (el movimiento) Ocupar Wall Street», dijo David Ortiz, profesor de la Universidad de Tulane de Nueva Orleáns al Canal 4 de TV de la ciudad turística.
Los «indignados» recibieron este martes una inesperada muestra de comprensión -no de apoyo- del presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, quien dijo que es entendible que la gente salga a protestar en un país «con un desempleo del 9% y con un crecimiento económico muy débil» y que esté «descontenta con lo ocurre».
El multimillonario de origen húngaro George Soros fue un poco más allá y dijo simpatizar con los indignados y comprender su enojo porque mientras cientos de pequeños emprendimientos quedaron truncos por el colapso del crédito, los bancos salvados volvieron a tener beneficios y a pagar «primas extraordinarias».
Los manifestantes de Nueva York, que se identifican con el lema «Somos el 99%» de los afectados por la crisis -en contraposición al 1% de ricos eximidos de impuestos-, carecen de liderazgo pero tiene una creciente organización.
Aunque sus protestas fueron mayormente pacíficas -a excepción de escaramuzas ocasionales-, en algunas ocasiones desafiaron a la policía.
El sábado, más de 700 personas fueron detenidas cuando los «indignados» bloquearon el tránsito en el puente de Brooklyn.
En el conservador estado de Florida, unas 100 personas marcharon el fin de semana por Miami con carteles que decían «Basta de Asistencia Social a las Corporaciones» y «Es tiempo de una Revolución».
Otra protesta está convocada este jueves en la ciudad de Tampa. Los sindicatos se están sumando paulatinamente al reclamo.
Más de 15 gremios anunciaron su participación en la marcha de hoy a las 16.30 (las 17.30 en Argentina) en Nueva York, entre ellos el de trabajadores públicos AFSCME, el segundo mayor sindicato del país, y el más grande que nuclea a trabajadores de la Salud, Enfermeros Nacionales Unidos (NNU).
«Es muy simple: estos jóvenes de Wall Street le están dando voz a muchos de los problemas que desde hace varios años enfrentan los trabajadores de Estados Unidos», dijo Larry Hanley, presidente del Amalgamated Transit Union, el sindicato de trabajadores del transporte más grande de Estados Unidos y Canadá.
En el oeste del país, «indignados» levantaron esta semana un campamento en Los Angeles (California) y Seattle (Washington).
También hubo protestas esta semana en Chicago, donde entre 50 y 100 personas se reúnen los mediodías en el distrito financiero con pancartas y redoblantes.
Télam