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Leyes y políticas

Bolivia: Los indígenas y los extravíos del poder

¿Cómo entender que un gobierno haya sido atrapado en su peor momento, en el peor de sus conflictos, del que intentó salir de la peor manera, y con las peores consecuencias.?. ¿Hay alguna lógica que pueda hacer inteligible esta suerte de cadena suicida, que el gobierno intenta ahora disimular con las peores explicaciones? No es muy usual que tantos extravíos tengan lugar en tan poco tiempo

En el peor  de sus momentos, pues el 64% histórico de votos de hace menos de dos años, se ha reducido, según todas las encuestas, a menos de la mitad. La declinación del apoyo popular se constata   desde   el primer tercio de   pasado año,   se acrecienta con  dos siguientes conflictos sociales de relevancia nacional y política,    y se amplifica   con el “gasolinazo” de fin de año,  que lanzó a los “sectores populares”  a las calles, forzando al gobierno  a retroceder. Este descenso se había consolidado  esta año  hasta llegar a sus niveles más bajos en los últimos meses.  A  tres semanas   de una elección  “inédita” de los altos magistrados del poder judicial, y en vísperas del conflicto actual, esas mismas  encuestas coincidían en que  sus resultados podían ser un fiasco para el gobierno.

-Es el peor de sus conflictos porque  un gobierno “indígena” enfrenta   una movilización de indígenas que exigen el respeto a su territorio a un Presidente que se ha empeñado en ser reconocido como líder mundial de la “madre tierra”. La ruptura con los indígenas cuestiona la justificación histórica de Evo Morales y de su  “revolución democrática y  cultural”, en nombre de la cual los movilizó para vencer   y ser poder.

Este conflicto es tanto más difícil de manejar que el distanciamiento con los indígenas no es reciente, y  empezó hace más de un año  con otra movilización indígena   demandando el cumplimiento de la nueva Constitución Política “plurinacional” . La actual movilización   está vinculada con otra exigencia constitucional de respeto  al Territorio Indígena Parque Nacional  Isiboro Sécure(TIPNIS).

El TIPNIS  tiene una doble condición que lo hace más complejo. Es parque nacional, legalmente protegido en su biodiversidad; y es territorio indígena, protegido por la legislación internacional y nacional, que hace obligatoria la consulta previa a los puebles indígenas  antes de emprender cualquier programa que  afecte   los “recursos existentes en sus tierras”. La carretera aprobada por el gobierno afecta  tanto a la biodiversidad como  a los recursos y modo de vida  de los indígenas en su territorio declarado por la Constitución “dominio ancentral”.

-De este conflicto el gobierno intentó salir  de la peor manera después de haber suscrito   con una empresa brasileña, un contrato  “llave en mano”, sin cumplir el requisito de la consulta previa. El proyecto  ya estaba en ejecución cuando estalló el conflicto ante la denuncia de los indígenas de que la carretera atravesaría el TIPNIS  afectando  su modo de vida.  El gobierno en lugar de calmar las aguas las agitó   asegurando que  la carretera   pasará “si o sí” por ese territorio, y puso en marcha una estrategia de descalificación múltiple,  con acusaciones inverosímiles  e  intentos de dividirlos,  que hirió profundamente el sentimiento colectivo de los indígenas .  Con ello  sus ofertas simultáneas de   “diálogo” simplemente sonaban a distractivas y encubridoras de una política dura. Los desplazamientos de los ministros para “dialogar” no tuvieron ningún resultado, pues  las “alternativas” propuestas pasaban todas por el TIPNIS.

El gobierno se había metido en un callejón sin salida. Como  no podía convencer, y pero  tampoco quería retroceder, fue encaminándose  a una salida de fuerza. Primero promoviendo que sectores afines ( antes llamados “colonizadores” y  ahora eufemísticamente “interculturales”, en gran parte productores de coca en el  territorio “colonizado” del TIPNIS),  cierren ilegalmente  la ruta para impedir la continuación de la marcha.    Los contingentes de la policía enviados a la zona,  en lugar de desbloquear la ruta   arremetieron  con   brutalidad y la violencia contra   indígenas  que estaban en  descanso.  La represión fue tan “inédita” que no pocos le recordaron al gobierno  se  estaba haciendo uso de la misma  violencia “colonial y neocolonial” contra los colonizados de siempre.

-El conmoción  nacional de esta arredetida   fue  tan contundente  que dio lugar a las más grandes manifestaciones  de protestas colectivas y   simultáneas en todo el país  de los últimos tiempos.  Todo el descontente existente se  canalizó detrás del apoyo a los indígenas . La fuerza de la protesta  sorprendió tanto  al gobierno  que perdió su libreto inicial  de que se actuó para  evitar un enfrentamiento entre “hermanos”, e  improvisó    sobre la marcha otros relatos deshilvanados  y contradictorios   para justificarse, disculparse  y finalmente pedir “perdón”. Ante  las imágenes difundidas y lapidarias- que la policía no pudo impedir-   el gobierno   agradeció a los medios por la cobertura   antes de acusarlos  nuevamente de ser parte de un “complot”.

-La peor consecuencia   no es sólo que el “nuevo bloque de poder” se haya quebrado  por  su lado más simbólico; no es sólo las renuncias en cascada de ministros y altas autoridades de gobierno; ni  los acentuados conflictos  internos de poder para descargar sobre  otros la responsabilidad de los maltratos;  o el malestar en la policía que se siente sacrificada . La peor consecuencia   es  que  la crisis  de credibilidad   se convierte cada vez más en crisis de legitimidad. Al gobierno de manera generalizada ya no sólo  no le creen en lo que dice y hace (los indígenas han dejado de llamarlo “hermano” y  rechazado  su oferta de “suspender” la ejecución del proyecto, que además  de ser tardío  no  ha impedido que  los indígenas continúen su marcha ), sino que además , y esto es lo  más grave para él, por primera vez  han  emergido demandas colectivas de “renuncia”, de  “revocatorio”, de que  se “vaya” el gobierno. Es decir,  ha empezado a  cuestionarse  lo que podríamos llamar su derecho a seguir gobernando.   En Bolivia ya  se sabe  lo que eso quiere decir.

-¿Cómo explicar esta cadena suicida de decisiones y la persistencia  del gobierno ?. Se ha dicho  que el gobierno había adquirido fuertes compromisos que le han atado  las manos. Es plausible pero difícilmente verificable. Nosotros preferimos  una clave  que nos parece decisiva. El gobierno ya no es el que fue, y la línea de separación  es  la victoria electoral aplastante  de diciembre de 2009, que le produjo tal sentimiento   de  ser poder, que    le hizo  creer que todo le estaba permitido. Se produjo un giro del ideologismo indigenista hacia el pragmatismo de los nuevos intereses de poder de los que están el poder, que descubrieron que había inviabilidades en la Constitución  que habían impuesto al país. Se abrió un desfase   entre el pasado reciente del ritualismo a la “madre-tierra”  y el presente de  desarrollismo estatista y  depredador.

En tales condiciones era inevitable  el distanciamiento, luego la ruptura,   con  los pueblos indígenas,  que se patentizó ya el pasado año, cuando  que el gobierno  afirmó sorprendentemente que se trataba de una  “minoría” que pretendía una representación política privilegiada  al exigir el cumplimiento de la Constitución.  En el conflicto actual el gobierno espetó que   los marchistas indígenas  estaban haciendo “turismo”. Sólo la arrogancia del poder puede explicar este gesto despectivo,  que le hizo pensar que podía prescindir de sus obligaciones legales con los pueblos afectados; o que no temiera  que su gente “intercultural” declarara que los “reventarían” si persistían en la marcha , o que  se diera  pié para que un alto dirigente social oficialista los llamara  “salvajes” por oponerse al progreso ,  reproduciendo un “neocolonialismo” anclado en las estructuras mentales  más profundas. Es esta misma arrogancia que  les hizo concebir la  segmentación de  la  carretera  para poner a los indígenas ante  “ le fait accompli”. Los indígenas se habían convertido en un estorbo.

Pero como se sabe, la arrogancia  del poder es patológica y produce su propia ceguera, que en este caso  le impide al poder    entender lo que le pasa ni lo que pasa en el país, e inventa compulsivamente conspiraciones  por todos los lados. Más el poder se cree poder hacia arriba y más se aleja de la sociedad, hacia abajo.

En los hechos parece ser que la   población, o una buena parte de ella,  está  llegando a su propio límite de aguante,   que es a su vez es el límite del poder. En este sentido,  los próximos  resultados electorales en menos de  dos semanas puede sellar el  destino  de un gobierno.

Autor de Nota: Infolatam
Agenciacna.com

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