Miles de griegos opuestos a las medidas de ajuste exigidas por el FMI forzaron la cancelación del desfile militar anual que conmemora el ingreso del país a la Segunda Guerra Mundial, tras interrumpir al presidente y a otros funcionarios al grito de «traidores» y obligarlos a retirarse.
El hecho -la primera vez que se suspende el desfile desde que comenzó a realizarse- ocurrió en Tesalónica, la segunda ciudad entre las más grandes de Grecia, y además de cortar el discurso del presidente Karolos Papoulias, algunos manifestantes escupieron a oficiales militares retirados.
En varias otras ciudades griegas también hubo incidentes menores como abucheos o interrupciones de discursos de autoridades, pero la mayor parte de los desfiles se completó como estaba programado, dos días después de que los líderes europeos anunciaran un reforzamiento del plan de asistencia financiera para Grecia.
En Tesalónica, los manifestantes bloquearon la ruta del desfile, lo cual obligó a la policía a intervenir para proteger a los funcionarios hasta que se evacuó la tribuna donde se encontraban.
Papoulias esperó unos 30 minutos en la tribuna y cuando finalmente se fue, criticó a los manifestantes por frustrar el desfile que conmemora el rechazo de Grecia al ultimátum dado en 1940 por la Italia de Benito Mussolini para que el país se rindiera y aceptara el despliegue de tropas italianas en su suelo.
«Cuando tenía 15 años, peleé contra el nazismo y los ocupantes alemanes. ¿Quiénes son ellos para llamarme traidor? Debería darles vergüenza», dijo el presidente a periodistas, citado por la cadena de noticias CNN.
Papoulias, de 84 años, se unió a la resistencia griega en 1944, en los últimos meses de los tres años que duró la ocupación alemana del país.
Entre los manifestantes había activistas de izquierda, anarquistas, neonazis y en general gente indignada por las medidas de austeridad adoptadas por el gobierno socialista, además de hinchas del club de fútbol local Iraklis, que fue obligado a descender de la primera categoría por irregularidades financieras.
Consultado sobre si las protestas estaban justificadas ante las medidas aprobadas en el tercer año seguido de recesión, Papoulias dijo que los manifestantes representan a «una pequeña minoría».
«La gran masa del pueblo acepta estas medidas de austeridad porque tienen esperanza en un día mejor, cuando superaremos la crisis y pondremos nuestra casa en orden», agregó el presidente.
La policía dijo que los manifestantes violentos se mezclaron con las miles de personas que se habían congregado para ver el desfile y que por eso se les hizo difícil impedirles su acción.
En el caos posterior a la ida de los funcionarios, algunos oficiales retirados quisieron seguir marchando, pero un grupo de anarquistas se acercó a ellos y comenzó a escupirles, aunque la mayoría de los manifestantes los aplaudieron.
Un desfile de estudiantes en Atenas para conmemorar la fecha terminó sin incidentes, aunque algunos portaron carteles que decían «No al remate de nuestro país» y «Merkel igual a Hitler», en referencia a la jefa de gobierno alemana, la canciller Angela Merkel, quien jugó un rol central en el plan de «rescate» griego.
Los estudiantes marcharon con los puños en alto aferrando cintas negras en señal de rechazo a las medidas de ajuste.
La banda municipal también marchó con cintas negras atadas a sus instrumentos y dejó de tocar al llegar al podio donde estaba la ministra de Educación, Anna Diamantopoulou.
Las protestas fueron condenadas por el gobierno y partidos de la oposición conservadora, aunque también justificadas por agrupaciones políticas de izquierda.
«Esto fue una subversión de las instituciones democráticas», dijo el vocero del gobierno, Elias Mossialos.
«Esta es una calamitosa respuesta a políticas calamitosas.
Sólo a nuestros enemigos les gustaría vernos así de divididos», dijo el líder opositor de derecha Antonis Samaras.
Ayer, la Unión Europea (UE) acordó otorgar a Grecia un segundo préstamo de 130.000 millones de euros para evitar su bancarrota.
Un primer paquete de 110.000 millones de euros ya le fue concedido en 2010 por países de la eurozona, el FMI y el Banco Central Europeo, a cambio de varios y muy impopulares ajustes con rebajas de salarios y jubilaciones, aumento de impuestos y despidos de estatales.
Télam