Al menos nueve jóvenes murieron este viernes cuando miles de sirios volvieron a salir a las calles para demandar el fin del gobierno de Bashar Al Assad, cuyo partido lleva casi medio siglo en el poder, y fueron violentamente reprimidos por tropas del ejército, pese al acuerdo alcanzado por Damasco con la Liga Árabe para poner fin a la violencia.
Los comités de coordinación local, plataforma de activistas opositores, indicaron que las fuerzas de seguridad circundaron las principales mezquitas de Homs, Latakia, Dayr az Zor, Hama, Banias, Damasco y sus suburbios, Daraa.
Para la jornada de este viernes se espera en esas localidades grandes manifestaciones contra Assad, bajo el lema «Alá es grande».
Uno de los grupos opositores, el Movimiento para la Construcción del Estado Sirio, pidió a las organizaciones de derechos humanos del país que documenten «todo disparo, toda detención y todo secuestro venga de la parte que venga».
Los datos serán entregados, dicen, a la Liga Árabe, que el miércoles pasado llegó en El Cairo a un acuerdo con el gobierno sirio para poner fin a la violencia e iniciar un diálogo entre el gobierno y la oposición.
Concretamente, la Liga Árabe dio a Damasco dos semanas de plazo para retirar al Ejército de las ciudades, y liberar todos los detenidos durante las manifestaciones.
En tanto, los medios estatales afirman que la revuelta ha sido prácticamente conjurada.
La agencia de noticias Sana informó que el plazo para que se registren los candidatos a los comicios municipales fue prorrogado hasta el 12 de diciembre, debido a la gran afluencia de interesados.
Desde el inicio en marzo de las protestas contra Assad, que en el 2000 heredó la presidencia del país de su padre Hafiz al Assad, más de 3.000 personas fueron asesinadas, y donde la mayoría de las víctimas son civiles.-
Télam