Roxana Baldetti será desde enero la primera mujer en la historia de Guatemala que ocupa la vicepresidencia del país, plaza que se ganó ayer como escolta del electo mandatario, Otto Pérez Molina, en la fórmula que se impuso en el balotaje.
En esta segunda vuelta se dio la coincidencia de que los dos binomios que pulsearon por la presidencia y la vice tenían a una mujer en segundo término, porque Raquel Blandón acompañó al derrotado Manuel Baldizón.
De alguna manera, la llegada de Baldetti al segundo lugar de mando nacional refleja una progresiva, aunque muy lenta, incorporación de las mujeres a los cargos de poder.
No son las mujeres las que pueblan precisamente los puestos de mando y el Congreso es una buena marca de la tradicional postergación: para la próxima integración que arranca en enero habrá, de 158 bancas, apenas 21 mujeres, 10 reelectas y 11 nuevas, apenas poco más del 13 por ciento de los escaños.
Aún así, analistas locales destacan como una marca del cambio el hecho de que por primera vez en la historia guatemalteca el padrón tenía una leve mayoría de mujeres, un dato de no poca relevancia.
Es que en Guatemala no hay incorporación automática al padrón cuando se obtiene el documento de identidad, sino que es preciso registrarse como potencial votante, y esta apretada mayoría de mujeres parece relacionada con un progresivo proceso democratizador.
Desde hace algunos años las autoridades apuntan a sumar al padrón a sectores históricamente marginados: mujeres, población rural e indígenas.
Proveniente de una familia católica, de 49 años, Baldetti es docente y periodista, fundadora del Partido Patriota junto a Pérez Molina, y fue diputada nacional en tres períodos.
Télam
Imagen: C9