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Valencia, nuevo descubrimiento chino

El Global China Business Meeting pone a la española Comunidad Valenciana en el mapa inversor del Gigante Asiático. Tanto así que ya se negocia la publicidad china para la camiseta del Valencia FC.

Las promotoras del Palau de Congressos de Valencia lo reconocían en privado: nunca antes habían tenido que estar tan temprano y con tanta anticipación en sus puestos de trabajo para inaugurar un congreso internacional. Pero el intenso horario del Global China Business Meeting estaba este martes (8/11) justificado: más de 400 empresarios chinos con ganas de hacer negocios convirtieron a Valencia en centro mundial de los negocios chinos en una cumbre internacional que, en palabras de su organizador -el jefe de Horasis, Frank Richter- ha servido para “colocar a Valencia en el mapa chino. Ahora, los chinos ya saben que Valencia existe, y eso es un buen paso para tener confianza de invertir aquí”, aseguró Richter.

El Mercantil Valenciano cuenta 2 anécdotas que bastan para ilustrar el olfato empresarial de estos tiburones del capitalismo rojo. Un pez gordo que iba de camino al Palau de Congressos vio el nuevo Mestalla (estadio del Valencia) sin acabar y preguntó si interesaba invertir en ese proyecto. Otro, mánager del mayor conglomerado privado de China (Fosun), nada más ver a uno de los coorganizadores del encuentro preguntó por cómo estaba el equipo de fútbol de la ciudad. Al enterarse de que había 2 clubes, se sorprendió. A los chinos el fútbol les interesa y les atrae empresarialmente.

Tanto así que el presidente del Valencia FC, Manuel Llorente, comenzó a cocinar en la noche del lunes una alianza entre la entidad deportiva e intereses inversores chinos. En el marco de la «Global China Business Meeting», el dirigente valencianista compartió mesa y mantel con varios empresarios asiáticos donde también estuvo presente la alcaldesa de la ciudad, Rita Barberá -como principal embajadora de una urbe vanguardista que interesa notablemente al gigante chino-.

Llorente aprovechó el encuentro para convenir con uno de los empresarios un preacuerdo que implicaría el patrocinio de las camisetas del Valencia Club de Fútbol que, hasta la fecha, están en blanco.

El presidente de la sociedad anónima deportiva apostó (pese a recibir varias ofertas por la esponsorización de la casaca valencianista) por arrancar la temporada 2011-2012 sin patrocinio. Las cantidades que llegaron al club de Mestalla no alcanzaron la cifra mínima que se requería, superior a los 3 millones de euros.

El acuerdo entre el Valencia y una compañía china no está rubricado y, hasta la fecha, no han trascendido la cifra que se pagaría al club, así como la duración del contrato. Llorente no tiene prisa excesiva y prefiere esperar unos meses hasta poder atar un contrato satisfactorio como el que puede ofrecer la firma china.

El cambio de horarios que se desarrolla en la presente temporada de la Liga española para acercar el fútbol nacional a China abre un abanico de posibilidades de negocio para los clubes. De hecho, la directora de marketing del Valencia, María Vanacloig, se desplazará el próximo mes de enero a China para cerrar el acuerdo de patrocinio y sondear otras opciones.

Las empresas chinas verían con buenos ojos invertir en una entidad que tiene una importante cuota de impacto en su país. Así, no es descartable que a propósito de la celebración de la «Global China Business Meeting» otras empresas apuesten por invertir en el Valencia ¿Cambiará el nombre del estadio también?

Volviendo al foro, más allá de las específicas mesas de debate que trataban asuntos económicos y financieros relacionados con China, el congreso se jugó en los pasillos. En ese ambiente informal, Zuo Qun Cai (vicepresidente de la Asociación de Empresarios Chinos en Valencia), ya había concertado una especie de visita personalizada por Valencia para el día siguiente «con 15 o 20 empresarios fuertes de China que tienen muchas ganas de invertir en Valencia, en energía, tecnología, turismo…», cuenta.

Uno de ellos podría ser Wayne Wang, presidente de la empresa CDP Group. Diplomático como suelen ser los chinos (acabar la mañana con 8 tarjetas de visita chinas en el bolsillo es normal), Wang afirma que «Valencia presenta buenas oportunidades para invertir. Yo me llevo un recuerdo muy bueno de Valencia, y ahora vamos a ver qué sector nos puede interesar», dice.

Muy cerca, el director en España del ICBC -el mayor banco del mundo y adquirente en Argentina del Standard Bank-, Liu Gang, destaca que “hay muchísimas empresas y chinos residentes en la Comunitat Valenciana, y Valencia tiene un puerto muy bien situado. Seguro que tendrá muchas oportunidades de expansión y de colaboración con los empresarios chinos”, aventura.

Si bien todos ambicionan el maná económico de China, su músculo financiero, obnubila, Emilio Mulet, que trabaja para el organismo comercial chino de la CCCPIT, advierte de posibles excesos “Es cierto que Europa ha de aprender de China a ser más competitivo y trabajar de forma más eficiente siguiendo su cultura del esfuerzo. Pero ¿por qué nadie explica en este congreso a los chinos cómo ha llegado Europa a tener su Estado del Bienestar? ¿O es que queremos ser como los chinos y trabajar 60 horas a la semana sin sindicatos que luchen por nuestros sueldos o por una sanidad pública? Si el crecimiento no va acompañado del desarrollo del bienestar, los ricos serán más ricos y los pobres, más pobres”, remata en tono crítico.

Es la excepción. Las voces oficiales chinas sólo encuentran parabienes para la ciudad que ha albergado la séptima edición de este encuentro internacional. El vicepresidente de la Federación china de Economía Industrial, Jian Yiren, alabó ayer de Valencia su «contexto favorable a la inversión extranjera” y subrayó que “los proyectos de colaboración seguramente van a prosperar”.

Eso sí: ojo con los negocios. El director del Instituto Confucio de la Universitat de València, Vicente Andreu, alerta de que “el gran fracaso de muchas relaciones de negocios está en la parte cultural. Fallos de protocolo o de trato personal pueden arruinar negocios. Eso le ocurrió a un empresario valenciano. El que iba a ser su socio chino lo invitó a su casa. Al entrar en ella, el valenciano le dio dos besos a la esposa del chino… y ahí se acabó el negocio. Hay que aprender el código cultural chino. Debemos conocernos mejor”.

Valencia quiere creer que ayer abrió la muralla del dinero chino. Los escépticos, siempre pueden aferrarse a un proverbio del sabio Laozi: “Un viaje de mil millas comienza con el primer paso”.

Para concluir, el editorial de J. Brines de ´El País´ quien se plantea si España (y probablemente sea aplicable a todo Occidente) puede competir con quienes celebran reuniones de 15 horas y cuyos  empresarios cuestionan abiertamente la democracia.

«Estos días se celebra en Valencia el Global China Bussines Meeting, una reunión a la que ha acudido un nutrido grupo de empresarios del país asiático. De su visita podemos aprender varias cosas, tanto por lo que dijeron como por el propio formato de las jornadas.

Una de las primeras cosas que llama la atención de esta reunión es el propio programa. La jornada celebrada ayer tenía su inicio a las 7:30 de la mañana, un comienzo temprano incluso para el más nórdico de los horarios. Pero, si de una jornada organizada por europeos se podría esperar que terminara a media tarde, el programa de la Global China Bussines Meeting no terminaba sus reuniones ¡hasta las 22.30 de la noche!. Ni el más presentista de los asalariados españoles podría superar una jornada de tanto tamaño. Había alguna pausa, y por supuesto tiempo previsto para comer y cenar, pero el programa no dejaba resquicio para perder el tiempo.

Esta es una muestra de la manera que tiene de trabajar una sociedad que es la que más peso está ganando en el pib mundial y cuyo estilo puede acabar marcando muchas pautas de comportamiento en la economía y la empresa a medio plazo. Sobre todo si, como vimos en reuniones como la de ayer, las administraciones están tratando de atraer inversiones chinas, que traerán sus estilos de gestión a las empresas españolas en las que participen.
No podemos perder de vista el estilo de gestión de un país que ha estado adquiriendo deuda pública española –tiene en torno al 12%-, por lo que está muy implicado en nuestra evolución económica.

Y va a ir a más. Si hasta hace pocos años veíamos a China como una fábrica del mundo, ahora hemos cambiado todos de posición. Ayer el ministro de Industria, Miguel Sebastián, afirmaba que el próximo domingo viajará a China y que «dentro de poco» se hará «algún anuncio positivo» relacionado con la inversión de empresas chinas en nuestro país. Otra frase suya es muy reveladora: “es el primer ahorrador del mundo y , por tanto, el primer inversor”.

Tampoco podemos perder de vista su sistema político. China ha sabido combinar la economía de mercado con el comunismo, y además su gobierno ha estudiado muy bien las características del mundo occidental, de manera que ha aprendido a jugar con sus cartas en nuestro terreno. Lo explica muy bien Loreta Napoleoni en su libro Maonomics (Paidós, 2011), que denomina a su sistema Capicomunismo.

En la jornada de ayer, el presidente del China Heilan Group, Zhou Jianping, cuestionó el sistema democrático. «Si se exagera con la democracia, discutiendo sobre algo durante uno o dos años, se pierde tiempo, no como en China», dijo para remarcar que Europa y los Estados Unidos tienen «un defecto muy grave en su sistema» socioeconómico. A su juicio, los políticos occidentales «prometen en campaña cosas que luego no cumplen» y además hay demasiadas personas que viven de las prestaciones sociales públicas. Una afirmación curiosa, vista desde nuestro punto de vista, para alguien que defiende el comunismo.
Que un ministro de un sistema como el nuestro aplauda la llegada de inversiones desde quienes hacen estos planteamientos da que pensar. Las cosas están cambiando.

Por cierto, el empresario chino terminó diciendo: «La mayoría de los chinos sabe que el dinero no cae del cielo, tienen que trabajar muy duro y ser creativos».

Urgente24

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