El precandidato presidencial republicano Mitt Romney aterrizó hoy en New Hampshire con la vista en la primaria estatal de la semana próxima, y dijo que su triunfo de ayer en la primera interna muestra que será mucho más rival de Barack Obama en noviembre que cualquiera de sus rivales.
En la interna más peleada de la historia estadounidense, y con un escrutinio rodeado de circunstancias insólitas, el empresario Romney, de 64 años, venció anoche en el «caucus» de Iowa al ex senador Rick Santorum por sólo ocho votos, seguidos los dos en tercer lugar por el veterano congresista Ron Paul.
Horas después del caucus, que dio la campana de largada al año electoral en Estados Unidos y a la larga interna estado por estado de los republicanos, la congresista Michele Bachmann anunció hoy que abandona la carrera luego de su magro sexto puesto en Iowa.
La decisión de Bachmann, vinculada al movimiento ultraconservador Tea Party -que fue crucial para que el Partido Republicano retomará el control parcial del Congreso en 2010-, abre una puja para captar a sus seguidores entre Romney y Santorum, de 53 años, quien busca convertirse en la alternativa conservadora a Romney.
Romney es claramente el favorito de la corriente tradicional del partido, y hoy recibió el respaldo de otro miembro del establishment republicano, el ex senador John McCain, el candidato presidencial de la agrupación que perdió con Obama en 2008.
«El liderará desde el frente, así como lo hizo Ronald Reagan, no desde atrás, como está haciendo este presidente», dijo McCain al compartir un escenario con Romney en Manchester, la capital de New Hampshire, estado que celebra su primera el próximo martes.
El ex embajador en China John Huntsman, quien se salteó la interna de Iowa para centrarse en New Hampshire, desestimó la importancia del respaldo de McCain.
«A nadie le importa», dijo, citado por la cadena CNN.
Para Santroum, su desempeño en Iowa coronó un ascenso desde el fondo de los sondeos hasta un segundo puesto que da impulso a su campaña, aunque Romney lo aventaja largamente en respaldo a nivel nacional, aparato y recursos económicos.
Romney, de un conservadurismo relativamente moderado, es gran favorito en New Hampshire, mientras que las primarias de Carolina del Sur y Florida de fines de enero son más promisorias para los candidatos que apelan a los votantes más conservadores, como Santorum.
Luego de Ron Paul, el cuarto puesto en el caucus republicano de Iowa fue para el presidente del Congreso Newt Gringrich, seguido del gobernador de Texas, Rick Perry, y de Bachmann.
El triunfo de Romney en Iowa se confirmó recién a la 1.45 (las 4.45 En Argentina) luego del escrutinio más largo y peleado que se recuerde para un caucus del estado, y que mostró circunstancias sin precedentes, casi surrealistas.
En un momento de la noche, con Santorum ligeramente por encima de Romney, el escrutinio quedó detenido al anunciarse que estaban «perdidos» los votos del caucus del condado iowano de Clinton, los únicos que faltaban.
En un hecho singularísimo, los dos presentadores de la cadena CNN que realizaban la cobertura en vivo de la interna se comunicaron telefónicamente con las dos mujeres presidentas primera y segunda del caucus de Clinton, quienes aclararon la increíble confusión.
Una de las mujeres contó que 20 minutos antes de la comunicación con CNN recibió una llamada del Partido Republicano de Iowa para preguntarle qué había pasado con los votos. Esta mujer a su vez trató de llamar a la presidenta primera, pero tuvo que ir hasta su casa porque ésta había desconectado el teléfono y ya dormía.
Una vez juntas, se dieron cuenta que no habían enviado bien el mail con la información de los resultados, así que llamaron a los funcionarios partidarios estatales y se los comunicaron, según relataron a los presentadores de la CNN.
«Entonces, ¿quién ganó?, preguntó el presentador John King.
«Romney», contestó muy tranquila la presidente primera, Carolyn Tallet, dando la cifra de votos.
«Señores, Romney ganó el caucus de Iowa», anunció entonces King a la teleaudiencia, algo que fue confirmado unos 15 minutos después por el presidente de los republicanos de Iowa.
Gingrich, quien durante semanas disputó a Romney el primer lugar en todos los sondeos nacionales, dijo ayer que a partir de ahora hará una campaña más agresiva contra el ex gobernador, a quien vinculó con una serie de ataques a través de avisos publicitarios.
«Sé que los ataques van a venir y que ahora se van a volver más rápidos y furiosos», dijo Romney en una entrevista matinal con la cadena de noticias ABC, luego de su victoria sobre Santorum por 30.015 votos contra 30.007.
Gingrich calificó ayer a Romney de «mentiroso» y Santorum dijo que es un «moderado», algo que es considerado un insulto por muchos de los republicanos más conservadores.
En su entrevista con ABC, Romney se presentó como el más capaz de derrotar a Obama el 6 de noviembre y dijo que posee el equipo de campaña y los fondos necesarios como para soportar la costosa y larga marcha hacia la convención republicana que en agosto proclamará oficialmente al candidato presidencial del partido.
«Eso es algo que creo que los otros muchachos de esta carrera van a encontrar un poco más difícil de lograr», señaló Romney.
Luego de su sexto puesto, Bachmann convocó a la prensa en Iowa anunció que decidió «hacerse a un lado» de la carrera presidencial, pero agregó que continuará dando pelea contra lo que calificó de «políticas socialistas» del presidente Obama.
Al igual que Bachmann, Perry también tuvo un flojo paso por Iowa, y anoche había dicho que volvería a su estado para ver si continuaba en el carrera.
Hoy, el gobernador de Texas anunció por Twitter que decidió seguir adelante y que se dirigirá a Carolina del Sur para hacer campaña para las primarias del 21 de enero en ese estado.
Télam