El presidente de Subterráneos de Buenos Aires (SBASE), Juan Pablo Piccardo, indicó que, una vez que finalice el traspaso del servicio al ámbito porteño, se realizará una audiencia pública y se pondrá en discusión «qué contrato queremos para la Ciudad».
En declaraciones a la prensa, el presidente de la empresa dependiente del gobierno capitalino que administra el servicio explicó que tuvieron «en cuenta la decisión de llamar a una audiencia pública para analizar el contrato, por eso se lo planteamos al ente encargado, y esa institución resolvió que la audiencia se ponga en marcha una vez que finalice el traspaso de los subtes».
Piccardo aclaró que el llamado a audiencia pública será recién en 90 días y, a partir de esa instancia, se pondrá a discutir la conformación de «un nuevo contrato» para las seis líneas del subterráneo y el Premetro.
«Debemos volver a analizar qué contrato queremos para la Ciudad. Si buscamos que la empresa concesionaria del servicio (actualmente Metrovías) mire al Estado como su cliente o que mire a los usuarios», señaló.
Además, el presidente de SBASE remarcó que «hasta hoy, como el gobierno nacional aportaba dos tercios del valor del boleto, y los pasajeros el tercio restante, su cliente era el Estado. Esto redunda en una mala calidad del servicio porque la empresa se fija como objetivo demostrar que tiene muchos gastos» para recibir más subsidios.
En ese sentido, Piccardo aseguró que la administración macrista irá en búsqueda de «un sistema donde la empresa concesionaria esté muy preocupada por mejorar el servicio, y para eso le tendrá que interesar que más usuarios entren en el sistema, con una tarifa razonable».
Respecto del nuevo valor del pasaje que aumentó de 1,10 a 2,50 pesos, Piccardo volvió a justificar la suba. «La Ciudad no cuenta con ese dinero en su presupuesto, por eso debimos aplicar el incremento», indicó.
Sin embargo, el funcionario remarcó que la anterior tarifa «era casi ridícula» y «estaba muy deprimida».
A modo de ejemplo, citó que en la última década «la mayoría de los bienes y servicios sufrieron alzas de entre el 300 y el 700 por ciento -como la carne o el pan- mientras que el subte fue de poco más del 50 por ciento».
«La tarifa del subte estaba muy retrasada, tenía un valor muy bajo, por eso todo de golpe», fundamentó.
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