El índice de popularidad de la primera dama supera ampliamente la de los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos. Sin dudas, es una poderosa arma electoral
Michelle Obama desbanca en popularidad tanto al candidato republicano a las presidenciales de los Estados Unidos, Mitt Romney, como al demócrata, Barack Obama.
De hecho, tendrá un el papel central durante la convención demócrata a principios de septiembre, en Carolina del Norte, y en su intensa gira electoral por todo el país.
La primera dama es «una persona que nunca ha pedido estar en la escena pública y nunca aspiró a estar en la escena pública, pero ahora se encuentra cómoda», indicó David Axelrod, asesor de campaña de Obama, en una entrevista reciente.
Michelle, que fue duramente criticada en la campaña presidencial en 2008, se ha ganado a la opinión pública a fuerza de mantenerse al margen de asuntos polémicos y centrarse en causas como la lucha contra la obesidad y la ayuda a las familias de los militares.
La opinión pública respalda su «misión», a juzgar por las encuestas que la sitúan, una y otra vez, por delante en popularidad de su esposo, el presidente de los EEUU, Barack Obama.
Según la firma encuestadora Gallup, Michelle Obama ha mantenido una popularidad media del 66% desde el 2010, por encima del 47% que tendría Barack Obama y el 47% de Romney, según RealClearPolitics. Y la campaña de Obama no quiere desperdiciar ese potencial.
«La primera dama puede tener un papel único como embajadora del Presidente» indicó a finales del mes pasado el director de campaña de Obama, Jim Messina, a la cadena de televisión CBS.
Los republicanos lo saben y lo reconocen. «Michelle Obama es intocable en estos momentos, políticamente» dijo Matt Mackowiank, estratega del partido republicano, en declaraciones recientes al diario The Hill.
Infobae