Con el triunfo en Ohio, según proyectaron todas las encuestas, junto al triunfo en otros estados claves como Virginia y Pensilvania, Barack Obama conseguía esta noche su reeleción al superar los 270 electores que garantizan su triunfo. Los demócratas conservaban el Senado y los republicanos Diputados, consolidando un poder muy repartido que refleja la cerrada elección para ganar.
Por Ignacio Fidanza (Washington DC, enviado especial de www.lapoliticaonline.com)
Lo que amenazaba con converirse en una pesadilla de demandas cruzadas y una elección empantanada, tuvo su desenlace a las 23.15, cuando todas las grandes cadenas de televisión proyectaron un triunfo de Barack Obama en Ohio, el más clave de los estados claves, garantizando asi su reeleción.
Luego que la noticia se extendiera, esta madrugada la centrica U Steet se concentraban los festejos democrátas por el triunfo de Obama. Bocinazos y gritos de alegría alteraban la habitual tranquilidad de Washington.
Es que fue un final cabeza a cabeza y recién a la 1 de la madrugada de Washington cuando Romney reconoció públicamente su derrota, la elección quedó oficialmente cerrada.
Obama consiguió su reelección, como anticipó LPO, al confirmarse su triunfo en Ohio, el más clave de los estados claves. En la historia de la democracia norteamericana ningún candidato republicano llegó a Presidente luego de perder este estado.
Pero Obama también se aseguró triunfos claves en los «propios» distritos demócratas como Virginia y Pensilvania, estados en los que Romney había logrado una gran recuperación y amenazaba el triunfo de los seguidores de Obama.
Sin embargo, el triunfo de Obama no es completo. La cerrada elección demuestra que el país sigue dividido, ya que a nivel de votos la elección era casi un empate: Obama se imponía por 49,4% contra un 49,1% de Romney.
Sin embargo, por el sistema de elección indirecto con colegio electoral, el que gana un estado aunque sea por un voto s elleva todos los electores. Así aún con un resultado en votos tan parejo, Obama se alzaba esta noche con 303 electores contra 203 de Romney. La gran diferencia la obtenía por triunfar en estados claves como Florida y Ohio -dos habituales distritos republicanos- y asegurarse además territorios como Virginia, Pensilvania, New Hampshire y Wisconsin.
Romney confiaba en ganar en estos ultimos tres estados y así lograr bloquer la reelección de Obama.
«Esto sucedió gracias a ustedes, gracias», se presuró a publicar en Twitter Obama cuando la tendecia ya asomaba irreversible.
La amplitud de su triunfo en términos d electores sirvió además para liquidar el riesgo de una elección empantanada que terminar resolviendose en los tribunales, como ocurrió con la pelea Bush-Gore, un fantasma que preocupaba enormemente a la clase política de esta ciudad.
Pero si aún quedaba alguna duda sobre el resultado final, poco despues de la 1 de la madrugada esta se despejó cuando el propio Romney reconió su derrota.
El candidato reveló que llamó a Obama para felicitarlo y que le pidió que extendiera sus felicitaciones a su mujer y sus hijas, al hablar ante la multitud reunida en su comando de campaña de Boston.
“Este es un tiempo de grandes desafíos para America y rezo para que el Presidente tenga éxito en guiar a nuestra nación», dijo Un Romney muy entero, que sólo se quebró cuando al agradecer a su mujer, afirmó: «Hubiera sido una gran primera dama».
Un país dividido
Sin embargo, la elección sigue sind esbloquer lo que aquí se conoce como «balance de poder», esto es una situación de suma cero entre los dos partidos que tienen el poder necesario para bloquear las iniciativas del otro sin poder imponer su propia agenda.
Es que los demócratas se quedaron con la Casa Blanca y el Senado, pero perdieron por mucho la Cámara de Diputados donde tendrán 159 legisladores contra 213 republicanos.
Obama que habló a la multitud reunida casi media hora después que Romney, pareció reconocer esta situación al anunciar que en los próximos días se reunirá con Romney -a quien elogió calidamente- para ver la manera de ponerse de acuerdo y «sacar este peís adelante».
Lo mismo pareció entender Romney, quien en su discurso buscará que «democratas y republicanos en el gobierno, en todos los niveles, pomgan a la gente antes que la política».
Se trata de una vieja promesa de Obama, la idea de superar las disputas políticas canibales para acordar una agenda bipartidista. hasta ahora no logró ese objetivo, aunque hay que reconocer que todo intento de acuerdo fue sistemáticamente detonado por los extremistas republicanos de Tea Party.
El voto latino y de las mujeres
Como se esperaba, en la victoria de Obama fue decisivo el creciente voto de los latinos, como el de las mujeres que lo apoyaron mayoritariamente. Por caso en el muy clave estado de Florida -que aporta 29 electores- se impuso gracias a los latinos. Los sondeos estimaban que en todo el país, el 75% de los latinos votó por Obama.
Obama se impuso en una de las elecciones más asperas y parejas que se recuerden que superó todos los récord en términos de dinero -se estima que s egastaron más de 1.000 millones de dólares-.
El clima crispado incluso se trasladó a los medios, sobre todo a las grande scadenas de televisión, con FoxNews alineada con los republicanos y CNN y Msnbc con los demócratas.
La descontrolada inyección de dinero que hubo en esta campaña fue canalizada en gran medida por medio de los cuestionados Super PaCs, una suerte de ONG autorizadas por la Corte Superma, que pueden recaudar fondos casi de manera ilimitada. Se tratan en rigor de organizaciones monitoreadas por las cúpulas de los partidos, un atajo para evitar los controles al financiamiento de las campañas.
«Fue un triunfo de la clase media», afirmó a LPO una integrante del staff de un diputado latino de Arizona, en los festejos que la cúpula del partido demócrata organizó en el avant garde hotel Liaison, ubicado a cuadras del Capitolio.
Pero aún los seguidores del Presidente saben que acaso este sea su mandato más duro. Es que ya no habrá margen para seguir culpando a George W. Bush por los problemas de la economía y ahora sí deberá cumplir su promesa de reducir el desempleo y equilibrar la economñia, las preocupaciones centrales de los norteamericanos según las encuestas.
Fuente: La Política Online