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En 1 año y 1 mes, Kicillof deshizo más de lo que hizo

Pasó apenas un año y un mes desde la asunción de Axel Kicillof y poco menos desde la expropiación de YPF, pero ya todos se preguntan qué ha sido del joven ministro. O mejor, ¿a dónde se perdió su fama? Ayer, durante la llegada de la Fragata Libertad, su arribo pasó inadvertido, engendró pocos abrazos y muchas menos sonrisas. Solo, se limitó a escuchar a Cristina Fernández, la mujer que lo llevó a esa cima cada vez más difusa.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) «La llegada de Axel Kicillof pasó casi inadvertida, con pocos abrazos y sonrisas. Durante el acto no se lo vio rodeado de funcionarios de renombre».

Así lo contó el sitio ‘0223.com.ar’ de Mar del Plata en un artículo sobre la intimidad de los políticos durante la llegada de la Fragata Libertad ayer. Entre tanta fiesta y tanto bombo, sonó triste el pasar del funcionario que hace menos de un año tocaba el cielo con las manos.

En efecto, desde que asumió el 10 de diciembre de 2011 como número dos de Economía, Axel Kicillof fue avanzando con un ilimitado hambre de poder.

Se quedó con 3 subsecretarías y 24 direcciones de esa cartera. Además, se llevó la estratégica Dirección de Gestión Empresaria (que dependía de la secretaría de Finanzas) a la subsecretaría de Competitividad, a cargo del economista Augusto Costa.

También, a través de la secretaría de Planificación y Programación, Kicillof maneja la autorización para las compras de bienes de uso y contrataciones que hacen las jurisdicciones y entidades oficiales.

Desde la Secretaría de Política Económica, Kicillof también comanda un holding con participación en 41 empresas en las que el Estado tiene acciones a través de la ANSeS. Juntas suman unos $ 14.400 millones. Como si fuera poco, también controla Cammesa, la empresa mayorista del mercado eléctrico, y concibió el plan de construcción de viviendas Procrear.

Para completar el cuadro, es director por el Estado en Siderar, la empresa del grupo Techint.

Este joven doctor en Ciencias Económicas egresado de la Universidad de Buenos Aires supo años atrás crear un centro de estudios, el CENDA, desde el cual criticó duramente la convertibilidad y también realizaba una medición de precios alternativa ante la desconfianza en los números que comenzó a dar el Indec a partir de 2007. Sus guarismos, claro, arrojaban cifras similares a la de los consultores privados, dos o tres veces superiores a las oficiales.

Pero ello no le impidió que con el tiempo abrazara el dogma K de negar los aumentos de precios. Más aún, pese a que lo negó, luego se sumó a la campaña oficial a favor de la pesificación de la economía. Es decir, pedirle a la gente que se deshaga de sus dólares y use pesos, pese a que según los números que hacía el propio Kicillof dos años atrás, el peso pierde alrededor del 20% de su valor por año (por la inflación).

Sin embargo, entre tanto cargo y avanzada, Kicillof no supo menos que caer en error tras error y ligó más de un reto de la Presidente Cristina Fernández. Y eso no sería tan grave sino fuera porque en su avanzar sumó más enemigos que amigos.

Entre ellos, el inefable secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, que cuenta con peor fama (aunque no menor) pero con varias batallas en su haber. Alec le dice irónicamente el funcionario con quien por ahora logró convivir.

¿Qué le depara este 2013 al funcionario de las patillas?

Este diciembre, al sepultar el Gobierno las medidas que Kicillof había implementado para el mercado del biodiesel en su caracter de comandante de la Comisión creada por el decreto 1.277 que intervino el mercado de combustibles, comenzaron a surgir los rumores de que perdería el estrellato y que podría ser corrido de varias decisiones importantes.

Por ahora, no arrancó bien. En efecto, fue el 1er funcionario kirchnerista denunciado de 2013.

Según el sitio ‘Será Justicia’, se le imputa la presunción de delitos de “incumplimiento de los deberes de funcionario público, extorsión, violación de secreto” por haber fogoneado una serie de investigaciones para conocer quiénes integran una millar de empresas que desarrollan actividades en la Argentina.

La denuncia contra el vice ministro de Economía quedó a cargo del juez federal Luis Rodríguez e involucra también a otros funcionarios allegados a Kicillof y al administrador de la Inspección General de Justicia, Norberto Berner.

La presentación fue formulada en una comisaría por el dirigente justicialista Juan Ricardo Mussa, a raíz de la publicación el pasado lunes en el diario ‘La Nación’ de un artículo titulado: «La Cámpora pidió datos sensibles de mil empresas privadas».

La nota revelaba que «en silencio y por fuera de los canales formales», miembros de la agrupación kirchnerista que ocupan cargos clave en el Ministerio de Economía solicitaron a la Inspección General de Justicia (IGJ) información sensible sobre las 1000 empresas más importantes del país, entre las cuales se incluyen los balances de compañías como Jumbo, General Motors, Shell, Coto, Walmart, Falabella, Coca-Cola, Pepsi, Nike, Massalin, Siemens, Peugeot, Fiat, Mercedes-Benz y La Caja de Seguros, entre otras.

Ahora, la Justicia deberá investigar si esas gestiones pudieron haber incurrido en un delito, tal como lo denunció Mussa.

La denuncia -que el juez Rodríguez trasladará a la fiscalía para que ésta se pronuncie sobre la posibilidad de avanzar sobre un eventual delito- plantea que los funcionarios actuaron como «Justicieros» que se buscaron hacerse «de información contables de las empresas para así obligarlas a funcionar bajo la extorsión» y conseguir «de manera irregular, prebendas, beneficios económicos, tanto de orden institucionales o bajo apriete».

«Como son comerciantes ellos no van a decir a nadie que como están en un año electoral, se los extorsionan para que ayuden a su partido el Frente Para La Victoria con dádivas tanto con mantenimiento de precios en artículos de primera necesidad o dinero», escribió Musa y añadió que los ‘aprietes’ incluirían inspecciones fiscales.

Fuente: Urgente24
Imagen: NA

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