La justicia de Barcelona decidió reabrir una causa relacionada con bombardeos realizados por la aviación de Italia, que apoyaba al fascismo falangista. El ex juez Baltasar Garzón fue expulsado por pretender esclarecer hechos similares.
Por: Tiempo Argentino
La justicia española ordenó por primera vez investigar crímenes cometidos durante la cruenta Guerra Civil (1936-1939). En respuesta a una demanda presentada por una asociación de italianos antifascistas residentes en Barcelona, la Audiencia de la capital catalana decidió ayer reabrir una causa relacionada con bombardeos llevados a cabo por el ejército italiano, que pueden ser considerados delitos de lesa humanidad y crímenes de guerra.
La decisión judicial entendió que los bombardeos estuvieron dirigidos contra objetivos civiles en áreas densamente pobladas y alejadas del frente de guerra, y estimó que, al igual que el bombardeo de la alemana Legión Cóndor sobre la ciudad vasca de Guernica, el ataque italiano fue una prueba piloto –un «laboratorio de pruebas», dice el expediente judicial– para futuras operaciones de exterminio civil.
La demanda de la asociación Altra Italia (Otra Italia) y familiares de las víctimas, está dirigida contra 21 pilotos de l’Aviazione Legionaria (la aviación de la Italia fascista) que apoyó al dictador Francisco Franco. Para ejecutar sus crímenes, los pilotos italianos utilizaron nombres falsos. La suerte de la investigación dependerá, además, de que algunos de esos pilotos sigan vivos. En ese caso, Italia podría ser forzada a extraditarlos.
Los bombardeos sobre Barcelona habrían dejado al menos 5000 civiles muertos. La querella italiana, presentada hace un año, había sido archivada anteriormente por un juzgado de instrucción, pero ahora la Audiencia catalana decidió reabrirla e invitó al Ayuntamiento de la ciudad y al gobierno regional a participar en la causa como parte perjudicada.
Los jueces consideraron que no cabe la menor duda de la certeza de los hechos denunciados, que fueron «investigados y contrastados por numerosos historiadores de distintas nacionalidades». La querella cuenta con las acusaciones particulares de Alfons Cànovas, que el 19 de enero de 1938 perdió a su padre en uno de los bombardeos, y de Anna Raya, que el 1 de octubre de 1937 resultó herida al caer una ola de bombas en la escuela de su ciudad.
Los bombardeos de la aviación italiana violaron todas las normas internacionales. Fue una intervención militar extranjera sin que mediara ninguna declaración de guerra por parte de Italia (ver aparte). La decisión de la Audiencia «rompe el muro de silencio e impunidad sobre este oscuro episodio», comentó Altra Italia, que agrupa a italianos progresistas residentes en Barcelona. La entidad se felicitó porque es «la primera vez que un tribunal acepta examinar algunos de los crímenes perpetrados por el bando fascista».
Se trata, en efecto, de la única vez que un tribunal español aplica la legislación internacional sobre crímenes de guerra para investigar delitos cometidos durante la Guerra Civil, para los que fue aprobada en 1977 una ley general de amnistía. En 2008, el ex juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, pretendió abrir una investigación sobre los crímenes de la guerra y del franquismo, pero la justicia española no sólo se lo impidió sino que lo expulsó de su seno. «
Dpa, Télam
toneladas de bombas sobre barcelona
Barcelona fue brutalmente bombardeada (más de 1000 toneladas de bombas) entre febrero de 1937 y enero de 1939. Los ataques se lanzaron desde la isla de Mallorca, donde se estableció el cuerpo de l’Aviazione Legionaria. La unidad contaba con 6000 pilotos que usaron 759 aviones. «Fue una intervención militar extranjera sin que mediara ninguna declaración de guerra» por parte de Italia, dijo Jaume Asens, abogado de la querella
Como Italia no había declarado formalmente ninguna guerra a España, utilizó nombres en clave para sus aviadores y modificó las matrículas reales de los aparatos. «El principal objetivo de aquellos bombardeos fue el de provocar terror entre la población civil», dice la querella. «Así lo prueba un telegrama remitido por el Ministerio de Relaciones Exteriores italiano a su general en jefe de las tropas desplazadas a España, que dice: La Aviación Baleares será reforzada y tendrá el deber de aterrorizar la retaguardia roja y especialmente los centros urbanos.»
Las acciones nunca fueron investigadas en Italia. Además, ya en la época, los ataques violaban la Convención de la Haya, firmada en 1899 y ampliada en 1927, que prohibía «los bombardeos de ciudades y poblados indefensos».
Fuente: Infonews