El presidente venezolano murió en Caracas como consecuencia de un cáncer en la zona pélvica. Tenía 58 años y estaba en el poder desde 1999. Nicolás Maduro asumirá la presidencia y deberá llamar a elecciones en 30 días. El vice ordenó un dispositivo militar para garantizar la paz.
El presidente venezolano falleció este martes en Caracas. Así lo anunció el vicepresidente Nicolás Maduro desde el vestíbulo del Hospital Militar de Caracas. A ese lugar había ingresado el 18 de febrero luego de ser intervenido en La Habana tras la detección de un tumor en la región pélvica.
Su muerte abre un escenario complejo para los venezolanos. La Constitución prevé que al morir el mandatario asuma su lugar el presidente del Parlamento, Diosdado Cabello, quien debe convocar elecciones en el plazo de un mes. Sin embargo, al considerarse que el nuevo mandato no comenzó formalmente -Chávez nunca juró-, el que queda al mando es Maduro, que fue designado vicepresidente poco después de las elecciones del año pasado.
Maduro ordenó un dispositivo militar y policial especial para garantizar «la paz» en el país caribeño. «Se ha previsto un despliegue especial de toda la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), quien en este mismo momento se encuentra desplegándose para acompañar y proteger a nuestro pueblo», señaló el vicepresidente.
El vice pidió calma, paz y respeto. “Que no haya odios, sino que predomine el único sentimiento que anidó en el corazón del comandante Chávez, el amor”.
Al momento de su muerte, Chávez contaba con 58 años de edad. En junio de 2011 le fue detectado un tumor por el cual recibió cuatro intervenciones quirúrgicas en La Habana, pero al final el cáncer fue más fuerte que él.
Chávez se sometió a tratamientos con radio y quimioterapia. Aunque la mayor parte de la asistencia médica recibida fue mantenida en secreto. En todo este tiempo incluso se negó a revelar qué tipo de cáncer padecía y qué órganos de su cuerpo habían sido afectados por la enfermedad.
«Seremos dignos del comandante. Que no haya flaqueza, violencia ni odio. Que anide el amor, como lo tuvo Chávez. Amor, paz, unidad y disciplina. Unidad, batalla y victoria. Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos. A partir de este momento es prohibido llorarlo», indicó Maduro en una cadena de Radio y TV transmitida desde el vestíbulo del Hospital Militar de Caracas.
Y continuó: «Cuente este pueblo que tiene un gobierno comprometido. A los que no apoyaban a Chávez les pedimos que respeten este tiempo de paz. Hoy sólo les pedimos respeto. Respeto. Respeten el dolor del pueblo. Mucha fortaleza, mucha oración. Honor y gloria, Hugo Chávez. Que viva por siempre, Hugo Chávez».
Su enfermedad en extremo hermetismo
Un gran hermetismo respecto a la evolución de su salud siempre rodeó su figura, desde el diagnóstico respecto al cáncer que padecía hasta sus cuatro operaciones a las que fue sometido en un año y medio.
Ayer, el ministro de Comunicación e Información de Venezuela leyó el último parte médico del mandatario: «Presenta una nueva y severa infección en las vías respiratorias. Existe un empeoramiento de la función respiratoria relacionada con el estado de inmunodepresión del presidente». Lo peor se temía.
Más temprano, Maduro había hablado en cadena nacional. Se mostró junto a la cúpula política y militar venezolana en el palacio presidencial de Miraflores. Allí aseguró que la dirección político-militar de la revolución «está subordinada absolutamente de manera leal a Chávez».
El vicepresidente aseguró que la enfermedad de Chávez formaría parte de la conspiración. Acusó a Estados Unidos de buscar apoyo en las fuerzas armadas y expulsó a un agregado militar de ese país.
«No tenemos ninguna duda de que llegará el momento indicado en la historia de que se conforme una comisión científica de que fue atacado por esta enfermedad» por «enemigos que buscaron atacarlo», afirmó Maduro.
Su último triunfo político
Chávez ganó las elecciones presidenciales el pasado 7 de octubre, en una campaña en la que dosificó sus apariciones. Debía jurar su cargo el pasado 10 de enero, pero ante la imposibilidad física de hacerlo el Tribunal Supremo del país permitió que ejerciera de presidente ausente. Ni siquiera tras su regreso a Caracas, el pasado 18 de febrero, estuvo en condiciones de cumplir el trámite constitucional.
Antes de partir a La Habana para operarse por última vez, el pasado 10 de diciembre, Chávez trató de dejar la situación bajo control en Venezuela y designó como sucesor al vicepresidente, Nicolás Maduro, un chavista de primera hora, dirigente sindical, diputado desde 1999, ex presidente del Parlamento y ex ministro de Exteriores, quien demostró su lealtad a Chávez hasta el último momento.
“Si algo ocurriera, que me inhabilitara de alguna manera, Nicolás Maduro no solo debe concluir el periodo, como manda la Constitución, sino que mi opinión firme, plena como la luna llena, irrevocable, absoluta, total, es que en ese escenario, que obligaría a convocar a elecciones presidenciales, ustedes elijan a Nicolás Maduro como presidente. Yo se los pido desde mi corazón”, dijo Chávez en televisión en tono solemne, antes de desaparecer para el público durante más de dos meses.
Nadie volvió a verlo hasta que el 16 de febrero el Gobierno venezolano hizo públicas tres fotografías en las que se le veía en el hospital, sonriente con sus hijas y un ejemplar del diario Granma como fe de vida. Después, el secreto envolvió de nuevo al presidente al regresar a Caracas. El Gobierno ha defendido una y otra vez que Chávez, hospitalizado y blindado, se encontraba con dificultades pero en vías de recuperación, y ha justificado el silencio del presidente en las secuelas que le provocaba tener que respirar por una cánula. La ocultación había disparado el nerviosismo en Venezuela en las últimas semanas.
La Constitución venezolana prevé que ahora debe asumir provisionalmente el mando del país el presidente del Parlamento, Diosdado Cabello, hasta la convocatoria de nuevas elecciones. Cabello estuvo ausente durante el anuncio del fallecimiento de Chávez, pues su propia madre murió el pasado domingo.
El principal líder opositor, Henrique Capriles Radonski, expresó sus condolencias y su solidaridad a la familia a través de su cuenta de Twitter. «En momentos difíciles debemos demostrar nuestro profundo amor y respeto a nuestra Venezuela! Unidad de la familia venezolana!», expresó el ex gobernador del estado de Miranda.
El desvelo de Chávez fue que su ausencia no pusiera en riesgo la estabilidad del régimen. “En cualquier circunstancia, debemos garantizar la marcha victoriosa de la revolución bolivariana, construyendo la democracia nueva, la vía venezolana al socialismo”, dejó dicho a los suyos.
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