Nicolás Maduro Moros es un mal candidato presidencial. La situación económica venezolana es pésima. Y Hugo Chávez Frías parece que cometió fraude electoral en los comicios que ganó en octubre. Con todo eso a cuestas, es muy posible que la situación resulte muy compleja para el Partido Socialista Unido de Venezuela, en especial si todos los venezolanos concurren a las urnas.
Nelson Bocaranda en su columna Run-Runes en el diario El Universo, de Caracas, publicó un fragmento muy interesante:
«A pesar de que desde el alto gobierno aseguran tener garantizado el triunfo las cifras que les llegan de las encuestadoras más serias, incluyendo las que están alineadas con el régimen, indican que la brecha entre Maduro y Capriles se va estrechando con el paso de los días. Mientras hace apenas un mes las diferencias parecían imposibles de alcanzarse hoy el optimismo en un lado y el pesimismo en el otro comprometen los días finales de campaña. Hay que considerar el embate con mucho dinero petrolero para gastar hasta el domingo. Ademas las condiciones impuestas desde el pote gobierno-psuv-instituciones-funcionarios. Hay que considerar el embate final del gobierno, con mucho dinero petrolero para gastar, a partir de hoy jueves y hasta el domingo. La estructura partidista montada en billete a diestra y siniestra es una realidad que cuesta vencer. Las amenazas a los funcionarios públicos que no asistan a las marchas y convocatorias son ciertas. Para hoy en la concentración de Caracas no solo se traen miles de buses para tratar de superar -difícilmente- la de HCR sino que dieron el día libre en las dependencias gubernamentales y esta vez si van a pasar lista completa para que quien no esté presente sea despedido el lunes, si repiten los rojos. El hecho de que el ungido tenga que apoyarse en artistas para montar su espectáculo indica las limitaciones que tiene frente a las masas. Comprueba cada vez más que no es Chávez. Sus falencias son demasiado obvias. ¿Terminó el bachillerato?. Sus promesas básicas están en atacar los principales problemas que dejó el caudillo, comenzando con la inseguridad y el crimen. Sus inventos de magnicidios diversos, primero contra Capriles y luego contra él mismo, no son creíbles. Igual pasó con la treintena de ellos que anunció Chávez y de los que nunca se presentó una prueba. Solo montajes. El guión es caliche. También por tres días montarán el cansón y aburrido show contra Capriles por “asaltar” la embajada de Cuba. Menos mal que en la Universidad Metropolitana habrá mañana un foro titulado “Otra mirada a los hechos de abril de 2002” donde se tumbarán una a una las repetidas mentiras de doce años. Hasta el general Raúl Baduel describirá las acciones, tras bastidores, de esos días. En fin el nerviosismo cunde y no es buen consejero. Que reine la paz el lunes, gane quien gane… (…)».
Fuente: Urgente24