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Leyes y políticas

Moreno y Kicillof se metieron a los gritos en la asamblea de Clarín

El secretario de Comercio Interior y el viceministro de Economía ingresaron a los gritos en el edificio de Tacuarí del diario Clarín. Explicaron que las acciones que tiene la Anses del Grupo les daba derecho a participar de la asamblea de accionistas. «No son buenos hombres de negocios», sermoneó Moreno.

El viceministro de Economía, Axel Kicillof, el secretario de Comercio, Guillermo Moreno y el síndico General de la Nación, Daniel Reposo se irrumperon hoy a los gritos en las oficinas del Grupo Clarín, argumentando que venían a hacer valer sus tenencias minoritarias (9% a través de la Anses) en la Asamblea Anual que debía aprobar la Memoria y Balance 2012.

Junto a los funcionarios oficiales también ingresaron a la Asamblea, sin poder para hacerlo, el titular de la Comisión Nacional de Valores (CNV), Alejandro Vanoli y la esposa de Moreno, Marta Cascales, más otros funcionarios y periodistas de medios oficiales.

La asamblea estaba citada a media tarde en el auditorio del edificio de la calle Tacuarí al 1800 en el barrio de Barracas.

Los visitantes pidieron la palabra en nombre de la minoría y mientras Kicillof centró sus críticas en el análisis macroeconómico que planteaba la Memoria del Grupo Clarín porque «no representa lo que es la Argentina»; Moreno se dedicó a criticar los resultados económicos de la compañía, ademas de montar uno de sus habituales show reclamando el ingreso de la Policía Federal, porque dijo que «el viceministro» fue amenazado por empleados del Grupo. «Comuniquese con el comisario que nunca mas amenacen al viceministro», le dijo a un policía al que hizo entrar al salón donde se desarrollaba la asamblea.

Era muy evidente la incomodidad de Kicillof ante los despliegues de Moreno, quien manejaba a los camarógrafos de los medios kirchneristas como si fueran sus empleados. «Filmame bien a ese que me parece que es el espía de Papel Prensa, filmamelo bien», pedía el secretario de Comercio Interior. «Se van a volver todos famosos», chicaneaba a los directivos del grupo, mientras las cámaras tomaban la mesa principal.

«No son buenos hombres de negocios», sermoneó Moreno desde la primera fila cuando vio que en 2012 Clarín obtuvo menos utilidades que en 2011.

«El ordenador básico de un hombre de negocios es ganar plata», agregó y advirtió: «Los llamo a la reflexión, tengan cuidado». Luego subiendo de temperatura desafió: «Váyanse de la conducción de la compañía», lanzó ante la mirada gelida del vicepresidente del grupo, José Aranda, que presidía la reunión.

Con Aranda Moreno tuvo un round aparte, cuando acusó a la compañía de cometer «delitos de lesa humanidad» y se enredó con el directivo de Clarín en una discusión.

La visita no fue casual: en la madrugada se sancionaron la ley que crean los tribunales de casación en todos los fueros y la que limita los amparos contra el Estado. Dos instrumentos que tendrá el Gobierno para ganar la batalla contra Clarín.

Moreno no sólo ordenó filmar «a los que filman», sino que pidió acción a sus taquígrafos y salió a la vereda para solicitarle a un policía que facilite la entrada de camarógrafos y noteros de C5N y del programa «6, 7, 8».

También Reposo dijo lo suyo en la Asamblea y acusó al Grupo Clarín de «hacer política y atentar contra las instituciones» y agregó que «también atentaron contra mí, publicaron muchas mentiras», en referencia a su frustrada candidatura a la Procuración.

Más allá de los gritos, ironías y amenazas veladas de Moreno, la presencia de Vanoli fue interpretada como una advertencia del Gobierno, que podría intentar aplicarle al Grupo Clarín la Ley de Regulación del Mercado de Capitales, recientemente aprobadas.

En noviembre del año pasado, el kirchnerismo introdujo un agregado al proyecto original que aprobó el Congreso, por el cual los accionistas minoritarios de las empresas cotizantes pueden denunciar supuestas irregularidades ante la CNV y obtener de ella un veedor con poder de veto o el desplazamiento de la Administración por 180 días.

En tanto, las compañías no podrán acudir a la Justicia para defenderse, sino que tendrán como única instancia administrativa de apelación, nada menos que al ministro de Economía, Hernán Lorenzino, protagonista del día por su deslucido papel ante una periodista griega.

Fuente: La Politica Online

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