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Cameron perdió la votación para atacar Siria

El Parlamento británico ha rechazado por 285 votos en contra frente a 272 a favor la moción del primer ministro, David Cameron, que proponía una intervención militar «legal y proporcionada» en Siria. «Está claro que el Parlamento no quiere una intervención militar en Siria. Lo entiendo y el Gobierno actuará en consecuencia», dijo Cameron tras perder la votación en la Cámara de los Comunes.

David Cameron dejó claro que había entendido el mensaje: “Les puedo asegurar que creo firmemente en la necesidad de responder con contundencia al uso de armas químicas, pero también creo en el respeto a la Cámara de los Comunes”, afirmó tras la derrota. “Me queda claro que el Parlamento, reflejando la voluntad popular, no quiere ver al Ejército británico en acción. Lo entiendo y actuaré en consecuencia”.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). La presión de la oposición laborista y de algunos diputados de la coalición de Gobierno ya había obligado al primer ministro británico David Cameron a modificar su primera propuesta y a presentar el jueves 29/08 un texto que condicionaba a una 2da. votación en los Comunes la aprobación de un eventual ataque, una vez se conociera el informe de los inspectores de la ONU.

Aún así, la moción fue rechazada, poco después de que tampoco fuese aprobada una enmienda presentada por los laboristas que pedía «pruebas concluyentes» de los supuestos ataques con armas químicas del régimen de Bachar al Asad.

La enmienda laborista fue rechazada por 332 votos en contra y 220 a favor, en una muestra de la división de la Cámara de los Comunes acerca de una posible intervención militar en Siria.

La que propiciaba David Cameron, en base al supuesto de que existen pruebas “convincentes” sobre la implicación del régimen de Bachar el Asad en un ataque con armas químicas contra civiles el miércoles 21708 en las afueras de Damasco, fue derrotada por 285 votos a 272.

En declaraciones a la cadena BBC, el ministro de Defensa, Philip Hammond, señaló que USA «estará muy decepcionado porque el Reino Unido no se involucre» en esa posible intervención, pero que no cree que ello «paralice ninguna acción» contra Siria.

Cameron dejó claro que había entendido el mensaje: “Les puedo asegurar que creo firmemente en la necesidad de responder con contundencia al uso de armas químicas, pero también creo en el respeto a la Cámara de los Comunes”, afirmó tras la derrota. “Me queda claro que el Parlamento, reflejando la voluntad popular, no quiere ver al Ejército británico en acción. Lo entiendo y actuaré en consecuencia”.

El 75% de los británicos se opone a una intervención militar en Siria. Los autores de juegos y test electrónicos UsVsTh3m crearon un mapa titulado ‘¿Dónde está Damasco? No nos pregunte a nosotros’, donde los internautas pueden hacer clic en el lugar que les parezca correcto y ubicar la capital siria. 19 de las 1.150 respuestas recibidas en la mañana del jueves llegaron a través de los servidores informáticos del Parlamento británico, dijo Rob Manuel de UsVsTh3m. En uno de ellos pareciera que la capital de Siria se ubica en el interior de Mongolia. «Espero que esta persona no sea responsable de ningún asunto militar», comentó Manuel.

El desarrollo del debate indicaba que Cameron podía perder: “Las pruebas deben preceder a la decisión, y no la decisión a las pruebas”, subrayó el líder del Partido Laborista, Ed Miliband, añadiendo que los argumentos del primer ministro le parecían insuficientes.

Miliband insistió en que el Reino Unido no puede aceptar “un calendario artificial”, en alusión a la inminencia con la que el presidente estadounidene Barack Obama y el propio Cameron habían planteado una intervención en Siria, antes de que este último topara con el obstáculo de su Parlamento. También destacó que debe existir “una base clara en el derecho internacional”.

En su regreso adelantado del receso estival, los parlamentarios británicos protagonizaron un dilatado e intenso debate, marcado por la sombra de la guerra de Irak. En el Reino Unido, la sociedad y los políticos todavía se encuentran conmocionadas por las divisiones que provocó aquella acción contra Sadam Husein y su (falsa) posesión de un arsenal de armas químicas y biológicas (mentira de Tony Blair, socialdemócrata muy aliado de George W. Bush).

Cameron tuvo también que lidiar con la rebeldía de un sector de sus propios diputados conservadores. “No veo cómo lanzar unos misiles en dirección a Siria va a reducir el sufrimiento de su población. Creo que más bien lo incrementará y potenciara la guerra civil”, dijo el antiguo secretario del Foreign Office y correligionario conservador de Cameron, Lord Hurd.

Al igual que en el caso de algunos parlamentarios liberales-demócratas —socios del Gobierno de coalición británico—, preocupa a esos rebeldes tories la imposibilidad de que la ONU apruebe una resolución procurando cobertura legal al ataque.

“No estamos preparados para firmarle un cheque en blanco al primer ministro”, dijo el ‘ministro de Asuntos Exteriores en las sombras’, el laborista Douglas Alexander, sobre el estado de ánimo entre los escaños más hostiles a la demanda del jefe del Gobierno.

“No tenemos una certeza del 100% sobre quién es responsable [del ataque con armas químicas], pero ustedes tienen que emitir un juicio”, conminó Cameron a los miembros de la Cámara baja. Él dijo estar convencido sobre la autoría de Bachar el Asad, algo que sostuvo apoyándose no solo en los informes procurados por sus servicios de inteligencia sino también en material que se ha difundido públicamente como vídeos en YouTube. Esas imágenes mostraban los efectos del ataque contra la población civil, pero no pruebas sobre quién lo perpetró. Al igual que ocurrió en el caso de Irak, el hecho de que Cameron utilice referencias vagas a informaciones de espionaje para justificar una solución militar despierta muchas suspicacias en el Reino Unido.

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