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Macri rompe con Cristóbal López y pide cobrarle impuestos

El jefe de gobierno porteño convocó a los legisladores para buscar una manera de cobrarle ingresos brutos al zar del juego, a dos años del fallo de la Corte que lo habilitó a gravar los casinos flotantes y el hipódromo de Palermo. “Vos los defendés y estos me matan por sus canales”, le dijo el líder del PRO a su socio máximo, “Nicky” Caputo.

“Vos los defendés y estos me matan por sus canales”, le dijo Mauricio Macri a su amigo más cercano Nicolás “Nicky” Caputo, en referencia a Cristóbal López, el zar kirchnerista del juego dueño de C5N y Radio 10, entre otras empresas.

El jefe de gobierno porteño se hartó del trato que recibe de los medios que maneja Cristóbal -entre otras cuestiones- y ahora quiere cobrarle impuestos por la explotación de las casas de juego más importantes de la Ciudad, como el Hipódromo de Palermo y los dos barcos Casino de Puerto Madero, salas que operan violando diversas normas y sostenidas en amparos judiciales, que según reconocen en la propia industria le imprime a ese redituable negocio «seguridad jurídica cero».

Macri convocó hoy a los presidentes de los bloques de la Legislatura a una reunión para el viernes “para intercambiar ideas y encontrar un camino que le permita a la Ciudad la posibilidad de cobrar el impuesto a los ingresos brutos al juego en el ámbito porteño”.

El objetivo es Cristóbal, que maneja la explotación de los casinos flotantes de Puerto Madero y las 5000 máquinas tragamonedas del hipódromo de Palermo, gracias al decreto que Néstor Kirchner firmó antes de dejar la presidencia para cederle el control hasta 2032 y en una decisión delirante lo «obligó» a multiplicar por más de 10 las máquinas que ya tenía el Hipódromo, que enfrenta además gran cantidad de juicios de mujeres víctimas de la ludopatía que genera, que ha provocado la ruina de numerosas familias.

Sumas leoninas

Por un convenio entre el Instituto del Juego y Lotería Nacional, Cristóbal le deja a la Ciudad una suma inferior a los 300 millones de pesos anuales en concepto de canon, pero nunca pagó impuestos a la Ciudad.

En agosto de 2011, Macri dejó que se renovara automáticamente el leonino convenio sin renegociar las condiciones con el zar de las tragamonedas. Según cálculos de la oposición, Macri le debería cobrar a Cristóbal no menos de 2000 millones de pesos de canon por año.

Este escenario estuvo cerca de cambiar a fines de 2011. La semana pasada, más precisamente el 25 de octubre, se cumplieron exactamente dos años de un fallo histórico de la Corte Suprema en favor de la autonomía de la Ciudad, que habilitó al gobierno porteño a cobrarle ingresos brutos a los casinos flotantes y a las tragamonedas de Palermo.

A mediados de noviembre de 2011, tras el fallo de la Corte, el gobierno porteño había comenzado el proceso administrativo para el cobro del gravamen. Para eso, la Agencia Gubernamental de Ingresos Públicos (Agip) que encabeza Carlos Walter dio de alta a Cristóbal como sujeto a cobro de impuestos de la Ciudad y lo intimó.

Pero Cristóbal aprovechó las intimaciones de la Agip y presentó un nuevo amparo -su modus operandi habitual en esta temática- para que el Juzgado en lo Contencioso Administrativo Federal N° 9, conducido por Pablo Cayssials, frenara el proceso y devolviera el conflicto al ámbito judicial.

Tras esa medida cautelar, el juez ordenó al gobierno porteño a «abstenerse de dictar cualquier acto administrativo o adoptar cualquier conducta que implique ejercer una pretensión de cobro del impuesto a los ingresos brutos sobre las actividades que desarrolla la actora en los buques Estrella de la Fortuna y Princess”.

Desde entonces, el tema cayó en manos de la Procuración General de la Ciudad, que no pudo revertir el amparo, como sucede hace décadas con aquellos que sostienen la irregular operación de los barcos casino que violan de manera flagrante la autonomía porteña.

Bronca

Pero varias razones lo hicieron cambiar de idea a Macri tras años de no hacer nada para cobrarle impuestos a Cristóbal. Según la oposición, la Ciudad debería retenerle 1.000 millones de pesos en concepto de ingresos brutos por año -otros cálculos estiman que en rigor deberían ser 2.000 millones-.

Además de la bronca por el trato que recibe de los medios afines al Gobierno que maneja Cristóbal, Macri apunta al socio de Cristóbal en el hipódromo de Palermo, Federico Achával.

Achával tiene una fluida relación con Caputo, que integra la mesa chica de negocios de Macri. El jefe de gobierno cuestiona que Achával aportó mucho más dinero para la campaña de Martín Insaurralde en la provincia que el que aportó para el PRO, pese a que los grandes negocios de ese empresario se perpetran en la Ciudad.

Para colmo, el hijo de Achával trabaja junto al intendente de Pilar, Humberto Zúccaro, que está alineado con el nuevo enemigo de Macri, Sergio Massa.

“Al final Achával y Cristóbal hacen un juego triple con todos los Gobiernos pero nos pegan a nosotros solos”, dijeron a LPO fuentes del PRO.

En este contexto, Cristóbal se quedó sin la banca de Macri. José Torello es el único aliado real que le quedó en la mesa chica del macrismo: el apoderado del PRO es acaso el macrista más cercano al zar del juego.

Se suma a esta situación otro problema para Cristóbal: Su influencia en La legislatura porteña se vio menguada por la salida de los legisladores que le cuidaban sus intereses, un dato clave que podría incidir en el avance del tema en el parlamento porteño luego de la visita de Macri del próximo viernes.

Fuente: La Politica Online

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