El presidente de Francia, François Hollande, afirmó, durante una visita relámpago a la capital de la República Centroafricana, que la intervención militar francesa en ese país es necesaria para evitar que se produzca «una masacre», ya que está al borde de «guerra civil».
«La misión es necesaria si queremos evitar que se produzca una masacre», dijo Hollande al llegar a Bangui, luego de que París confirmó la muerte de dos de sus soldados en el país africano, las primeras bajas desde el inicio de la intervención el viernes pasado.
La cadena francesa BFN TV, mostró cuando Hollande -que hizo una escala en la República Centroafricana después de asistir al funeral homenaje a Nelson Mandela celebrado en Johannesburgo- dedicó unas palabras de duelo a los dos soldados muertos anoche en una emboscada.
El mandatario, quien viajó a Bangui acompañado por su pareja, Valerie Trierweiler, y por el canciller, Laurent Fabius, insistió en que la intervención en República Centroafricana, donde Francia fue potencia colonial hasta que se independizó en 1960, busca «pacificar esta ciudad y este país».
«Los enfrentamientos toman una dimensión religiosa con riesgo de guerra civil», agregó Hollande ante varias decenas de uniformados franceses en la RC, un país donde cerca del 80% de la población es cristiana.
La presidencia francesa, que no comunicó el viaje del mandatario al país africano hasta el último momento por motivos de seguridad, dijo que Hollande tiene previsto reunirse con las autoridades centroafricanas de transición y con las tropas francesas.
La crisis en la RC se precipitó el 24 de marzo pasado, cuando la capital fue tomada por el grupo Séléka, integrado por milicias musulmanas, que asumieron el poder en el país provocando la huida del presidente François Bozizé al exilio y formaron un gobierno encabezado por Michel Djotodia, líder de los rebeldes.
La violencia tras el golpe ya causó 400 muertos en la RC, donde en las últimas semanas se intensificaron los choques entre partidarios de Séléka y los del mandatario derrocado, agrupados en las milicias cristianas «Anti-Balaka» («antimachete» en sango, la lengua nacional).
Desde el viernes, Francia tiene 1.600 soldados desplegados en la RC y a ellos se sumaron unos 3.000 efectivos de varias naciones africanas.
En París, todos los grupos parlamentarios apoyaron hoy la intervención militar en la nación africana para devolver la estabilidad al país, pero con reservas ante la falta de un sustancial apoyo militar y financiero de la comunidad internacional.
No obstante, ayer Estados Unidos aprobó el envío de transporte aéreo desde Burundi para ayudar a las tropas galas y 40 millones de dólares.
«La decisión de comprometer a nuestras tropas es siempre grave» y «la unidad de la nación y de las fuerzas políticas es indispensable», declaró ante el parlamento el primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault.
La constitución francesa establece que el presidente puede decidir una intervención armada exterior, con la única obligación de informar a los parlamentarios en los tres días siguientes.
Sólo es necesario el voto parlamentario si quiere prolongar la operación más de cuatro meses.
Según Ayrault, la operación gala en la República Centroafricana era necesaria para evitar el «reclutamiento de niños soldados, las exacciones, las ejecuciones sumarias y las violaciones», tal como denunció ayer Médicos Sin Fronteras (MSF).
Fuente: Télam