A un mes del inicio de la intervención francesa en República Centroafricana (RCA), los interrogantes crecen en Francia por la demora de las tropas para cumplir su misión de desarmar a milicias y evitar que el conflicto derive en un enfrentamiento interconfesional a gran escala.
La noche del 5 de diciembre pasado, el presidente Francois Hollande anunció una campaña militar «rápida» para «restablecer el orden» en la antigua colonia gala, después de que el Consejo de Seguridad de la ONU diera luz verde a la operación en medio de temores a una guerra total entre musulmanes y cristianos.
El dispositivo de 1.600 soldados previsto por el ministro de Defensa Jean-Yves Le Drian es considerado «insuficiente» por la oposición conservadora, que apoya la operación pero achaca al mandatario «escasa influencia internacional» por no conseguir apoyos de sus aliados europeos.
A la espera de una misión de Naciones Unidas comandada por la Union Africana (UA), Francia contará con el apoyo de 900 soldados de Burundi, de la misión de la UA (Misca).
El diario francés Le Monde afirmó hoy que los militares franceses y el gobierno socialista «subestimaron la dificultad de la tarea» y que fue «un error pensar que la superioridad numérica y de equipos enviada podría obtener el desarme de las rebelión musulmán Seleka.
Ex colonia francesa hasta 1960, la República Centroafricana cuenta con importantes reservas minerales, principalmente oro, diamante, uranio y petróleo
Seleka derrocó en marzo de 2013 al presidente-general Fancois Bozizé, quien había llegado al poder hace una década mediante otro golpe de Estado.
Los rebeldes musulmanes infligieron lo que calificaron de «venganza histórica» contra la mayoría cristiana, atacando distintas ciudades y matando a cientos de personas, lo que desencadenó la creación de milicias populares y a otros grupos de autodefensa tradicional para resistir a Seleka.
Francia es acusada por la comunidad musulmana centroafricana de apoyar a los cristianos al marcar como su prioridad desarmar primero a los rebeldes Seleka, quienes temen quedar a merced de represalias.
El conflicto causó la muerte de dos soldados franceses en la primera semana de intervención mediante una emboscada en la capital, Bangui.
Le Monde remarcó que las tropas galas se encuentran replegadas en la capital, evitando enfrentamientos en las últimas dos semanas e interviniendo principalmente en la asistencia a los extranjeros que dejan RCA.
En este contexto, el apoyo de los franceses a la operación se desplomó rápidamente, según un sondeo del instituto Ifop publicado ayer por Sud Ouest Dimanche, donde el 41% de los franceses aprueba la intervención militar, cuando hace tres semanas el apoyo de los galos alcanzaba el 51%.
Los consultados esgrimen en sus respuesta la «singularidad del conflicto» en RCA «con objetivos de guerra y enemigos poco identificables», sostiene Ifop.
Ex colonia francesa hasta 1960, año de su independencia, la República Centroafricana cuenta con importantes reservas minerales, principalmente oro, diamante, uranio y petróleo. Sin embargo, es considerada uno de los países más pobres del mundo.
El ministro de Defensa reconoció la «dificultad» de la operación en la región de Bria, en el centro del país, donde se encuentran las minas de diamantes, una región considerado por Le Drian el «bastión» de Seleka.
Entretanto, el Alto Comisionado de la Organización de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) alertó la semana pasada sobre el creciente número de desplazados, que cifra en 935.000 (el 60% niños) en un país de poco mas de 4.6 millones de habitantes.
La mitad de los desplazados se encuentra en precarios asentamientos en las márgenes de la capital, escenario cotidiano de saqueos, barricadas, venganzas y ataques a civiles por creencias religiosas, según las pocas ONG`s aún presentes en el terreno.
La ONG Médicos Sin Fronteras denunció la semana pasada que a diario hay tiroteos y que unas 30 personas mueren cada día, en un comunicado firmado en Bangui.
Desde su llegada al poder en mayo 2012, el socialista Hollande lanzó o continuó operaciones militares en África: Costa de Marfil, Somalia, RCA y Mali, esta última en enero de 2013 para combatir a grupos islamistas que amenazaban al gobierno central.
Un año después, todavía mantiene a 3.000 soldados en Mali.
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