Bowe Robert BergdahEl soldado estadounidense Bowe Robert Bergdah fue secuestrado por el Taliban en 2009. La Administración Obama quiere recuperarlo y estableció negociaciones que, curiosamente, llegan hasta Montevideo, Uruguay: 5 detenidos en el penal ilegal de Guantánamo llegarían al Río de la Plata. Ex representante de este país ante la ONU, Jorge Azar Gómez, explica el motivo.
MONTEVIDEO. El presidente José Mujica, disfrazado de paisano, le anunció al Uruguay que su sentido humanitario lo impulsaba a aceptar el pedido de Barack Obama, de recibir 5 presos de Guantánamo en condición de refugiados.
En este acuerdo, se confirmó que sería por un periodo de 2 años y que se les daría el status de refugiados, pudiendo trabajar y traer a sus familias.
Si bien Mujica aclaró que el no hace nada «gratis» (cosa que ya sabíamos), no aclaró la razón fundamental por la cual estos cinco talibanes vienen a Uruguay, y además que el tramite debe ser urgente (algo que aumenta el precio, obviamente).
Según me han dicho amigos que están en centros de poder en USA, este acuerdo le soluciona un grave problema a USA y a Obama.
Es que USA ha ofrecido a los talibanes afganos liberar a 5 presos de Guantánamo a cambio de que suelten al soldado Bowe Robert Bergdahl, secuestrado en 2009. Hasta el momento, Washington DC unca ha perdido contacto con los talibanes por esta cuestión y, de concretarse, Mujica debe dar «trámite urgente» a su resolución, ya que el intercambio debe hacerse antes de setiembre.
Bergdahl, de 27 años, es el único soldado estadounidense que se sabe que quedó cautivo en la guerra de Afganistán.
Él desapareció de su base, en el sureste de Afganistán, el 30 de junio de 2009 y se piensa que está retenido en Pakistán.
El Talibán afgano ofreció a USA poner en libertad a Bergdahl a cambio de 5 miembros de la organización que están presos en la cárcel de Guantánamo, como un gesto de conciliación.
Entre los 5 prisioneros que el Talibán ha pedido en repetidas ocasiones, y que posiblemente sean 2 de los5 que vendrían a Uruguay, se encuentran Khairulá Khairkhwa, ex gobernador talibán de Herat; y Mulá Mohamed Fazl, ex comandante militar Talibán, quienes estuvieron presos durante más de 10 años.
La oferta de intercambiar al sargento del ejército estadounidense Bowe Bergdahl por prisioneros afganos surgió luego de que el vocero del gobierno afgano dijo que el presidente Hamid Karzai está dispuesto a unirse a las conversaciones de paz planeadas con el Talibán, siempre y cuando se retire la bandera del Talibán y la placa de la oficina recién inaugurada del grupo miliciano en Doha, capital de Catar.
Karzai también quiere una carta formal de USA en la que exprese su apoyo al gobierno afgano.
Los planes que está preparando USA para influir en la vida política de Afganistán son una ilusión que pende de un hilo y de este intercambio.
Creo que si Uruguay se va a embarcar en una aventura de esta magnitud, no soy yo el que tengo que dar estos detalles «exclusivos», sino que debe ser el presidente Mujica, quien se debe sincerar con su gente y con la oposición.
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N. de la R.: Sin conocer el trasfondo de la negociación, el diario El Observador, de Montevideo, consultó a especialistas en Derecho Internacional sobre la viabilidad del traslado de prisioneros desde Guantánamo a Uruguay. El dato es que todos abordaron lo jurídico y ninguno lo político que es lo que, en definitiva, importa:
«La decisión del gobierno de dar una suerte de asilo o refugio a cinco presos de Guantánamo por dos años a pedido del gobierno de Estados Unidos, fue calificada por profesores de derecho penal internacional y en derecho internacional público como una novedad, una decisión política “rara” y “peligrosa”.
Los especialistas coincidieron en señalar a El Observador que se trata de una decisión en la que primó “una vez más lo político sobre lo jurídico”, ya que no hay ninguna norma ni tratado internacional que lo ampare. A su vez, si bien el gobierno explicó que serán “refugiados sui géneris”, los expertos afirmaron que no se los puede considerar refugiados porque no están en situación de persecución política en su país ni fueron ellos quienes pidieron el refugio, como establece la ley 18.076 (ver recuadro).
El excatedrático de Derecho Internacional Público, Heber Arbuet dijo a El Observador que aunque no hay ninguna norma en el derecho internacional público que impida tomar esta decisión tampoco tiene un sustento legal claro, por lo que a su juicio este es otro tema en el que “se coloca lo político por encima de lo jurídico”. Arbuet dijo que habría que conocer las razones por las cuales se toma esta decisión.
El abogado Carlos Álvarez Cozzi, experto en Derecho Penal Internacional, opinó que esta decisión “excede los tratados internacionales”. Si bien está vigente la Convención Internacional para el cumplimiento de condenas penales en el extranjero, que fue ratificado por Estados Unidos y Uruguay, esto excede este tratado.
Según explicó, la convención firmada por Estados Unidos en 2001 y ratificada por Uruguay en 2009 permite que una persona que comete un delito en un Estado pueda cumplir la condena en su país de origen, “pero no es este el caso”, aclaró. “Esto es una decisión de Estados Unidos impuesta a Uruguay que excede la convención”, señaló.
Indicó que al quedar libres en Uruguay se les está cambiando el estatuto jurídico porque son detenidos pero acá quedan libres sin poder salir del país. “Es algo absolutamente novedoso por no decir un mamarracho”, concluyó.
En la misma línea opinó el catedrático de Derecho Penal Miguel Langón: “No hay ningún amparo jurídico que permita realizar este tipo de trasiego de prisioneros. Es un acuerdo de gobierno a gobierno que deberá juzgarse de acuerdo a las normas internacionales”, dijo.
“No veo que Uruguay tenga algún beneficio desde el punto de vista humanitario” y agregó que “Uruguay se transformaría en una cárcel de Estados Unidos”. (…)».
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