El vicepresidente estuvo nueve horas en tribunales, de las cuales más de seis estuvieron destinadas a intentar darle explicaciones al juez Lijo por la causa Ciccone. Su “declaración de Facebook” y una situación que se complica cada día más
El primer vicepresidente de la Nación en ser indagado por cometer un delito mientras ejerce la función, bajó ayer las escalinatas de Tribunales, sonrió ante los flashes de la televisión y, como si fuera un mero show mediático y no una grave crisis institucional, dijo: “Gracias, muchas gracias por estar acá”.
Al poco tiempo, la sonrisa se le desdibujó. Amado Boudou estuvo nueve horas dentro de los tribunales, seis de las cuales estuvo frente al juez Ariel Lijo intentando dar explicaciones que durante dos años se negó a dar. Pese a que al salir exclamó que “nosotros (¿él, sus abogados, Cristina?) buscábamos el máximo nivel de difusión”, en la sala solamente estuvieron el vice, sus defensores Diego Pirota y Eduardo Durañona, el fiscal Jorge Di Lello, el magistrado y una secretaria.
¿Qué le dijo Boudou al magistrado? Con argumentos muy poco creíbles, el vicepresidente negó conocer a Alejandro Vandenbroele, presidente de The Old Fun, la empresa que se quedó con el 70% de Ciccone. Sin embargo, Vandenbroele vivió en un departamento que el vicepresidente tiene en el edificio Madero Center de Puerto Madero. Incluso pagaba el cable, el servicio de internet, el teléfono y pedía delivery de comidas.
Asimismo, también intentó desligarse del levantamiento de la quiebra de la exCiccone y del trámite de la AFIP: “No tuve ninguna participación en el levantamiento de la quiebra. Cuando fui consultado formalmente no me interese por el particular, ni siquiera realicé un análisis económico-financiero que hubiera sido propio de mi profesión y lo único que hice fue remitirme al dictamen jurídico que emitió el Departamento Jurídico del Ministerio de Economía”.
“La nota que yo suscribí fue emitida el 8 de noviembre de 2010. El trámite, o la parte relevante para esta causa, comenzó cuando la AFIP después de más de 100 ejecuciones fiscales tomó la decisión de pedirle la quiebra a la firma Ciccone. No sabía ni fui consultado y fue un trámite que se desarrolló íntegramente dentro de la AFIP”.
Boudou también intentó negar la acusación de que ordenó detener una licitación, lo que llevó a que la casa de la Moneda no tuviera capacidad operativa para imprimir billetes. Fiel al estilo K, no tuvo mejor idea que recurrir a la excusa de lo ocurrido durante el gobierno de Fernando de la Rúa, que dejó el poder en 2001. “El comienzo del deterioro podría ubicarse en el gobierno de la Alianza”, dijo Boudou. Y luego endilgó responsabilidades a la empresa Boldt y al gobierno de Eduardo Duhalde.
Después dijo desconocer, durante su gestión como ministro, cual era la empresa que había intervenido para reestructurar la deuda de 80 millones de dólares de Formosa, que finalmente terminó siendo The Old Fun, la misma que intervino en la exCiccone. “Era un hecho desconocido para mí cuando era ministro de Economía. Y tome conocimiento con los hechos acaecidos. De todas formas es una situación habitual que existan firmas financiero-jurídica analizando reestructuraciones o emisiones de deuda”, agregó.
Boudou hizo una larga exposición y luego respondió preguntas del fiscal Di Lello y del juez Lijo. El vicepresidente les pidió varias medidas de prueba relacionadas con el modo en que se financió el dinero para la compra de Ciccone. Además, solicitó que se realicen pericias contables sobre los bienes de la familia Ciccone.
Asimismo, pidió a las autoridades judiciales pericias caligráficas para comprobar si son verdaderas las firmas que los Ciccone estamparon en distintos documentos relacionados con la venta de la compañía. Otro requerimiento de Boudou fue volver a prestar declaración para ampliar lo expuesto en la jornada. «Será pronto», afirmó el funcionario al salir de tribunales.
Terminada la indagatoria, Boudou dejó Comodoro Py y adelantó que iba a difundir la declaración completa en su cuenta de Facebook. «Lo que se abordó hoy (por ayer) fue el análisis técnico-jurídico de la causa. Voy a ampliar mi declaración, me guardé cuestiones políticas para las próximas declaraciones», explicó.
Según trascendió, durante la indagatoria, Boudou estuvo muy nervioso. Varias veces pidió ir al baño, hubo preguntas del juez que no supo contestar y otras que las contestó de forma incorrecta. Suele decirse que las mentiras tiene patas cortas.
Vaivenes en el facebook
Como lo había adelantado mientras salía de los tribunales de Comodoro Py, en el barrio porteño de Retiro, el vicepresidente Amado Boudou publicó en su página de Facebook la transcripción de su testimonio ante el juez Ariel Lijo.
Sin embargo, los textos eran ilegibles y terminaron siendo eliminadas de la red social. Minutos después de las 22.30, sin dar explicaciones, Boudou borró la publicación de su «muro», pero las fotos quedaron entre el resto de sus fotos. El error quedó subsanado recién pasadas las 23, cuando la declaración fue publicada nuevamente en el Facebook de Boudou. Ahora sí se pudo leer con claridad lo expuesto por el funcionario ante el juez Lijo.
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