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El Gobierno está lejos de poder nombrar un nuevo integrante de la Corte Suprema

De no alterarse la decisión anunciada por el bloque radical y compartida con el resto de la oposición, le resulta imposible al oficialismo reunir los 48 votos que necesita para habilitar el pliego de cualquier postulante que elija para remplazar a Raúl Zaffaroni.

El anuncio formulado este fin de semana por el presidente del bloque radical del Senado, Gerardo Morales, respecto a que han tomado la decisión de no darle a este Gobierno la posibilidad de nombrar a un nuevo integrante de la Corte Suprema de Justicia parece haberle cerrado definitivamente las puertas al tema al menos por lo que resta del mandato kirchnerista.

No es por lo que decidan los radicales, no alcanza con eso. Erróneamente se ha dicho los últimos días en muchos medios que sin el aval del radicalismo en el Senado no es posible para el oficialismo designar jueces. El bloque de la UCR tiene once miembros; trece, si se cuenta a los catamarqueños del Frente Cívico, radicales más allá del nombre que mantienen para su bancada en el Senado. Insuficientes para amenazar los dos tercios necesarios para esos casos especiales de designación de jueces o procuradores. Hacen falta reunir 25 voluntades para rechazar un nombramiento de ese tipo.

Pero Morales fue contundente al asegurar que la decisión del radicalismo es compartida con el resto de la oposición y ahí sí es suficiente para cerrar cualquier puerta.

La bancada kirchnerista tiene en el Senado, la Cámara más afín del Congreso, 32 miembros, a saber: Eduardo Aguilar; Hilda Aguirre; Walter Barrionuevo; Rolando Bermejo; Rosana Bertone; Inés Blas; Salvador Cabral; Julio Catalán Magni; Graciela de la Rosa; Liliana Fellner; Aníbal Fernández; María Cristina Fiore Viñuales; Marcelo Fuentes; Silvina García Larraburu; Sandra Giménez; Ruperto Godoy; Pablo González; Pedro Guastavino; Marcelo Guinle; Juan Manuel Irrazábal; Sidrid Kunath; María Esther Labado; María Laura Leguizamón; Teresita Luna; Sergio Mansilla; José Mayans; Daniel Pérsico; Miguel Pichetto; María Inés Pilatti Vergara; Marina Riofrío; Beatriz Rojkés y Rodolfo Urtubey.

A esos senadores suelen sumarse en general los que se denominan “aliados tradicionales”. Los dos santiagueños, Gerardo Zamora y Ada Itúrrez de Cappellini; la peronista pampeana María de los Angeles Higonet; la liberal correntina Josefina Meabe; el correntino José María Roldán (radical disidente), la santafesina Roxana Latorre y el salteño Gerardo Moreno.

Con todos ellos suma 39 y le faltan otros nueve para llegar a los dos tercios.

La oposición se distribuye hoy en el Senado de esta manera. Once radicales: Eugenio “Nito” Artaza; Marta Borello; Mario Cimadevilla; Silvia Elías de Pérez; Juan Carlos Marino; Alfredo Martínez; Laura Montero; Gerardo Morales; Luis Naidenoff; Ángel Rozas y Ernesto Sanz. Los dos del Frente Cívico y Social de Catamarca son Oscar Castillo y Blanca Monllau.

El Interbloque FAP-UNEN-CCARI tiene seis integrantes: Rubén Giustiniani; Luis Juez; Jaime Linares; Norma Morandini; Magdalena Odarda y Fernando “Pino” Solanas.

El Peronismo Federal cuatro: Roberto Basualdo; Liliana Negre de Alonso; Adolfo Rodríguez Saá y Juan Carlos Romero, a los que hay que sumar a la chubutense Graciela Di Perna, al pampeano Carlos Verna y al santafesino Carlos Reutemann.

Unión Pro cuenta con los porteños Gabriela Michetti y Diego Santilli, y el entrerriano Alfredo De Angeli.

Hay aliados ocasionales con los que el kirchnerismo podría contar en un caso como la designación de un nuevo integrante de la Corte. Estos son los neuquinos del MPN Guillermo Pereyra y Lucila Crexell, el fueguino Jorge Garramuño y, si lograra hacerlo ir al recinto, el expresidente Carlos Menem.

Con esos eventuales cuatro miembros, quedaría a cinco de los dos tercios. Habría que hurgar más en detalle entonces en la oposición, donde el kirchnerismo no podría hacerse ilusiones con los 19 que totaliza el interbloque Unen, ni tampoco con Roberto Basualdo, Graciela Di Perna y Carlos Reutemann, hoy cercanos a Sergio Massa, que se mostró contrario a habilitar un nombramiento. Como tampoco lo harían los macristas, a menos que Mauricio Macri quisiera dar la nota en ese sentido.

Podrían hacerlo los dos senadores puntanos, Adolfo Rodíguez Saá y Liliana Negre, en una muestra de independencia del resto de la oposición, pero tendría que ser muy atractivo el nuevo miembro sugerido.

Así y todo seguiría faltándole mucho al Gobierno para llegar a los dos tercios.

Recordemos que cuando fue el nombramiento de Daniel Reposo, en esa oportunidad el kirchnerismo tuvo que retirar el pliego al percibir que no llegaba a los dos tercios. En el camino, Liliana Negre dijo entonces que no revelaría anticipadamente su voto, y la senadora salteña Sonia Escudero, habitualmente crítica del Gobierno, se había mostrado remisa a revelar cómo votaría hasta escuchar al miembro propuesto, abriendo margen para votar a favor, pero llegado el momento se mostró como una de las más incisivas contra Reposo en la audiencia pública y planteó luego su rechazo.

En esa oportunidad, el radicalismo reunía 14 miembros, más los 2 integrantes del Frente Cívico y Social de Catamarca, 4 representantes del FAP, María Eugenia Estenssoro (Coalición Cívica), Graciela Di Perna (peronismo disidente), Sonia Escudero y Carlos Reutemann (dicho a su círculo de asesores), sumaban 24 voluntades. Solo les faltaba un voto para rechazar el pliego y el mismo llegó de parte de la santafesina Roxana Latorre.

Así las cosas, habrá que imaginar que para que el kirchnerismo pueda revertir el status quo planteado necesitará, cuanto menos, una figura de pergaminos suficientes como para no albergar ningún tipo de reparos y revertir así el rechazo que hoy por hoy se le plantea.

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