En este presente oscuro de los dos, el Superclásico del martes 16 aparece en lo previo como uno de los más devaluados de la historia. Aunque Borghi, al menos, recuperó a Román, quien suele brillar en el Monumental
Lejos de la punta, lejos del buen fútbol que prometían; lejos de todo. El martes 16 en el Monumental se jugará un clásico devaluado. River y Boca no estuvieron, en los que va del Apertura, a la altura de su historia. Ambos técnicos, Angel Cappa y Claudio Borghi, podrían dejar su cargo ¡antes del Superclásico! Sin precedentes. Entre tanta pálida se enciende una ilusión: el regreso de Juan Román Riquelme ante Argentinos justifica el precio (caro) de una entrada para asistir al Monumental.
Es la ventaja que Boca tiene sobre River para la edición 187 del Superclásico del fútbol argentino que se disputará el martes, a las 19, en Núñez. Porque Riquelme volvió tras una cirugía en la rodilla izquierda por culpa de una osteocondritis, el sábado en la derrota de Boca por 2-0 ante Argentinos, y así y todo fue el mejor del equipo de Claudio Borghi.
Le sobra talento a Riquelme para destacarse, aunque llevaba un largo tiempo sin jugar. Se lo notó falto de ritmo, cansado, buscaba aire en la cálida tarde de la Bombonera. Fue el mejor. Es el mejor. Un par de pases al vacío, un tiro de esquina al travesaño, un remate desde afuera del área… Suficiente. Riquelme le lavó la cara a un Boca sin rumbo, sin ideas, sin interpretar lo que Borghi pide desde la fecha inicial. Aunque la derrota sobre el final haya amargado el regreso del ídolo.
Por Núñez la cosa no anda para nada bien. La derrota con All Boys dejó a Cappa tambaleando y a River hundido en Promoción, con una racha de siete partidos sin triunfos. La ilusión por el lado del Millonario pasa por aprovechar el mal momento de Boca, que en el mano a mano, en el análisis del juego y por el nivel que mostró cada uno, no hay grandes diferencias.
La diferencia la hace Riquelme, el único capaz de entusiasmar al público propio, al rival y al neutral, de ser espectador de un clásico que promete muy poco; tan solo el morbo de ver cuál de los dos cae más bajo. Román enamora a los de Boca, será el apuntado de los de River y mantendrá enganchados a los hinchas de otros equipos: ¿De qué será capaz?
La historia le da la razón a Riquelme, casi siempre brillante en los Superclásicos y casi siempre determinante en el Monumental. La última vez que se enfrentaron en Núñez fue 1-1. Marcelo Gallardo abrió el marcador de tiro libre y empató Palermo, de zurda, luego de un taco magnífico del diez… ¿Y el anterior? Una clase de Riquelme, en el 1-0 con el gol de Viatri, de cabeza. Esos fueron los dos clásicos que jugó en el Monumental tras su regreso al club.
Fuente: Clarín