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Scioli: el máximo temor de CFK

Desde la Casa Rosada hacen desesperados intentos por levantar a Randazzo, pero los gobernadores y los intendentes le dan la espalda. Un holgado triunfo de Scioli en las elecciones, dejaría fuera del juego al kirchnerismo

En la mesa chica del gobierno bonaerense, vienen analizando con detenimiento las diferentes medidas que fueron orquestadas desde la Casa Rosada para intentar esmerilar la candidatura presidencial de Daniel Scioli.

Según pudo saber Hoy, en las últimas jornadas, se habrían incrementado las maniobras para intentar frenar la caída de Florencio Randazzo en las encuestas. Para lograr ese objetivo, el último miércoles oficialismo obligó a que se suavice un informe de la Auditoria General de la Nación (AGN) sobre las escandalosas contrataciones de material ferroviario a China que, si bien estaba centrado en las gestiones de Ricardo Jaime y de Juan Pablo Schiavi, también podría salpicar al hombre de la eterna sonrisa en caso de haberse difundido la versión original.

De hecho, desde que asumió como responsable de Transporte, lo único que hizo Randazzo fue hacer sospechosas contrataciones millonarias en el gigante asiático, prometer una “revolución ferroviaria” que nunca llegó y mantener un absoluto silencio sobre los actos de corrupción de sus antecesores, que hoy se encuentran sentados en el banquillo de los acusados por distintos escándalos que van desde el cobro de coimas hasta el siniestro de la estación Once, donde murieron 52 personas.

Al manto de impunidad se le suman los constantes llamados a intendentes y gobernadores para intentar que apoyen a Randazzo en las primarias del Frente para la Victoria. Hace dos semanas apretaron al gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, quien le recomendó a Scioli que no vaya a los festejos de su reelección. Ni lerdo ni perezoso, al otro día, el gobernador salteño ratificó su respaldo a la candidatura del bonaerense.

Eso no es todo: el histórico operador del PJ, Juan Carlos “El Chueco” Mazzón, que fue echado del gobierno nacional por apoyar a Scioli, sigue alertando que Cristina esté dispuesta a hacerle una maldad mayúscula a ex motonauta, como podría ser impedirle ser candidato en la horas previas al cierre de listas, algo que ocasionaría una crisis política con muy pocos precedentes. Claro que, lo que parece no tener en cuenta el kirchnerismo, es que el tablero político no puede amoldarse en función de meros caprichos. En el PJ nadie está dispuesto a jugar con un candidato puesto a dedo sabiendo de antemano que los conducirá a una estrepitosa derrota.

La actitud de Urtubey es la misma que está adoptando la gran mayoría de los intendentes del Conurbano, donde se concentra el caudal electoral que definen los comicios, que no comen vidrio y no quieren saber nada con Randazzo. Su permanencia en el poder está atada a tener un candidato competitivo en la contienda para suceder a Cristina: hoy por hoy Scioli es el único postulante del oficialismo con el caudal de votos suficientes para imponerse en los comicios presidenciales. Es más, en caso de introducir algunas variantes en su estrategia, que apunten a tomar cierta distancia de la Casa Rosada en busca del voto independiente, estaría muy cerca de ganar en primera vuelta. Esto es, precisamente, lo que le aterra a Cristina Kirchner, quien tiene muy presente el hecho de que, tanto en 2007 como en 2011, Scioli cosechó más votos que ella en la Provincia de Buenos Aires.

Una clara muestra del juego de los intendentes es la actitud de Raúl “El vasco” Othacehé, el eterno jefe comunal de Merlo (están en el cargo desde 1991), a quien ayer no le tembló el pulso en romper con el Frente Renovador de Sergio Massa, al que se había sumado en febrero del año pasado, para volver a las filas del PJ bonaerense y gritar, a los cuatro vientos, que apoya a Scioli. Poco le importó hacer esta definición en un encuentro en el que estuvieron presentes el ministro Julio de Vido y el secretario general de la Presidencial, el camporista Eduardo “Wado” de Pedro.

Según pudo saber Hoy, en las últimas jornadas, los operadores de Scioli lograron soplarle el apoyo de Othacehé a Randazzo. Y algo similar podría ocurrir con el intendente de Olavarría, José Eseverri, que podría romper con Sergio Massa para sumarse al Frente para la Victoria. Eseverri ayer elogió a Randazzo, pero muchos operadores no descartan que a la hora de la verdad termine recalando en Villa La Ñata. Otro de los jefes comunales del Frente Renovador que también podría pegar el salto es Carlos Selva, el mandamás de Mercedes, abiertamente enfrentado a La Cámpora

Si algo ha caracterizado al Partido Justicialista en las últimas dos décadas en su pragmatismo: sus dirigentes son leales a quienes detentan el poder y manejan la billetera del Estado. Precisamente, a partir del 10 de diciembre, Cristina ya no podrá disponer de los recursos para castigar o premiar a gobernadores o intendentes según su posicionamiento político. Tampoco tendrá a su disposición la estructura de la AFIP ni los servicios de inteligencia, que tanto le sirvieron para apretar críticos, opositores, medios independientes y adoctrinar jueces y fiscales para que le garanticen impunidad.

Los K temen que Scioli haga lo mismo que hizo Néstor Kirchner con Duhalde, cuando rompió la alianza que lo llevó al sillón de Rivadavia pocos meses después de asumir como presidente. En política, el único poder es aquel que se ejerce y en la Argentina está demostrado que no hay lugar para el doble comando.

Fuente: www.diariohoy.net

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