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Ni Aníbal ni Julián garantizan la victoria y Cristina pensaría en fórmula única

Cristina tiene un verdadero problema en la provincia de Buenos Aires. Se le quemaron los papeles cuando Florencio Randazzo rechazó su ofrecimiento de ser candidato único en el principal distrito electoral del país. Así fue como la dejó con dos precandidatos muy flojos que no le garantizan la victoria: uno con altísima imagen negativa (Aníbal Fernández) y el otro con altísimo nivel de desconocimiento (Julián Domínguez). Con el avance del PRO de Mauricio Macri llevando a Eugenia Vidal como candidata y una muy buena intención de voto, Cristina estaría evaluando unificar candidaturas del FpV pero manteniendo a la cabeza al titular de la Cámara baja que tiene mayor apoyo peronista y la bendición del Papa Francisco, nunca desdeñable. Dos análisis apoyan la versión.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).- La interna entre Aníbal Fernández y Julián Domínguez se recalentó la semana pasada con fuertes cruces entre ambos precandidatos a gobernador de la provincia de Buenos Aires. Los dos son sobrevivientes del “baño de humildad” que pidió Cristina Fernández a nivel de candidaturas presidenciales y en territorio bonaerense. Luego, la primera mandataria tuvo que conformarse con ellos ante la inesperada negativa de Florencio Randazzo a conformarse con la precandidatura a gobernador, incluso con el ofrecimiento a competir en las PASO sin rivales internos. Lo único que pudo hacer Cristina fue reducir a dos las opciones del Frente para la Victoria ubicando a Fernando Espinoza como acompañante de Domínguez. Luego, Martín Sabbatella completó la fórmula encabezada por el Jefe de Gabinete y que sería de su predilección al lado del dúo Domínguez-Espinoza mucho más identificado con el peronismo y mucho más afable que el titular de la AFSCA, un enemigo de los intendentes del PJ.

Pero a medida que avanza la fecha para las primarias en provincia de Buenos Aires, ni Aníbal y Julián garantizan la victoria. El PRO de Mauricio Macri corre con ventaja con María Eugenia Vidal. Cuenta con mayor conocimiento público que Domínguez y mejor imagen que Aníbal.

Por eso, Cristina estaría pensando en una última jugada desesperada: juntar a Aníbal con Julián. Cree que uno le sumará el conocimiento que el otro no tiene y el revés, calcula que el titular de la Cámara baja atenuará la mala imagen pública del Jefe de Gabinete.

El que encabezaría la fórmula unificada sería el diputado nacional, que además podría mantener y ampliar su base peronista sin olvidar el respaldo del Papa Francisco. Afuera quedan Sabbatella y Espinoza, este último hombre de la decisiva La Matanza que además ya eligió a su sucesora.

Dos ánalisis que sustentan la ‘unificación’, primero Eugenio Paillet en La Nueva Provincia, de Bahía Blanca, plantea lo siguiente:

(…) uno de esos altos funcionarios y estrecho colaborador del gobernador dijo que la doctora jugará «muy fuerte» a favor de la dupla Aníbal Fernández-Martín Sabbatella.

Y que, en cambio, el mandatario provincial tendría preferencia por la otra dupla, la que integran Julián Domínguez y Fernando Espinosa.

Dicen que ese binomio «representa más al peronismo» que el que encabeza el Jefe de Gabinete.

Agregan un dato que no es desconocido: los intendentes bonaerenses en su mayoría «odian» a Sabbatella, que siempre jugó contra ellos.

Y además, Scioli vería con agrado el «padrinazgo» que el Papa Francisco ejerce sobre el jefe de la Cámara de Diputados.

Por último, se mencionó en esa reunión que la presidenta le dio orden a La Cámpora de «no meterse» en esa interna.

Una novedad explosiva (¿una sola fórmula para agradar al Vaticano?) podría detonar antes de las PASO.

Por su parte, Sergio Crivelli en La Prensa agrega:

Hay por otra parte cuestiones clave por resolver como la candidatura a gobernador bonaerense. En este punto la negativa de Randazzo sumió en la impotencia a la presidenta. Ahora tiene dos candidatos -Aníbal Fernández y Julián Domínguez- que están lejos de asegurarle la victoria.

Por eso la polémica pública está subiendo de tono. Mientras Fernández acusa a Domínguez y a los intendentes del conrubano de hacerle trampa, Domínguez le responde que a él no le han encontrado «nada sucio, nada poco transparente».

El riesgo de ir a las PASO con dos candidatos que miden poco, en particular Domínguez, consiste en que mejoran las chances de la candidata del PRO, María Eugenia Vidal. Por eso presionan a Fernández para que renuncie a su candidatura y sume sus votos a los del escasamente prometedor Domíguez. Pero para conseguir eso no sirve dar órdenes, sino ser persuasivo. A la presidenta le sobra aquí un «comisario» (Zannini) y le falta un «tejedor», al estilo de Juan Carlos «el chueco» Mazzón.

Al que eso no le ocurre es a Scioli. El gobernador está empezando a diseñar una maniobra de reanimación del peronismo para asegurar la gobernabilidad. Su estrategia excluye a la Cámpora e incluye a los gobernadores con quienes toma contacto el salteño Juan Manuel Urtubey.

En la campaña Scioli se presenta como kirchnerista, pero si llega a la presidencia gobernará como peronista, es decir, sin otra ideología que el pragmatismo ni otra meta que la preservación del poder.

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