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Leyes y políticas

Con un acto en Capital, el operativo por la reelección de Cristina avanzó otro paso

Encabezó la presentación de un edificio de la Uocra en Villa del Parque, donde escuchó pedidos de reelección desde el público y el escenario, donde un cartel impreso la reclamó por cuatro años más. Gerardo Martínez repitió esa frase. En privado, la presidenta pide clamor pero advierte que, “como siempre”, mantendrá el suspenso hasta el final.

Por segunda vez en una semana, Cristina Kirchner visitó Capital Federal, esta vez para inaugurar viviendas -que en rigor la gestión macrista ya había inaugurado- y se prestó encantada a la coreografía premeditada del reclamo del «público» para que se presente para la reelección, como ocurrío días atrás en Santa Fe.

Sólo que esta vez la prédica no se limitó a los cánticos de los militantes, sino que avanzó un paso en la institucionalización del previsible «Operativo Clamor». La mesa principal estaba tapizada con carteles prolijamente diseñados e impresos, que en eltras blancas sobre fondo azul rezaban la infantil frase: “Xfi, por cuatro años más”. Incluso el mensaje se pasaba en la pantalla gigante hubicada a sue spalda, mientras hablaba.

La presidenta no dudó en dar señales de que va en esa senda. «Es un veranito que ya va a pasar el verano, ya lleva ocho años y todavía tenemos que recuperar las décadas perdidas para que haya más igualdad, más educación y más viviendas», afirmó en su discurso, articulando un golpe a los economistas que vaticinaban allá por el primer mandato de Kirchner una pronta recesión, con la necesidad de continuar en el Gobierno.

Según pudo saber LPO, Cristina blanqueó su anhelo reeleccionista días atrás ante integrantes de La Cámpora que la consultaron sobre los pasos que debían dar en Capital. Los interrogantes iban desde su propia reelección hasta si debían jugar fuerte por Amado Boudou o Daniel Filmus. La Presidenta les dijo que había que trabajar fuerte en el armado político, pero sin apurar las definiciones públicamente. “Vayamos manejandolo hasta el final, como hicimos siempre”, dijo Cristina.

La frase es importante porque revela que los rumores sobre si será o no candidata, que sus hijos le piden que desista, que esta depimida y otras fantasías que publican algunos medios, son funcionales a la estrategia del Gobierno de alentar el suspenso y potenciar así su candidatura, monopolizando la agenda pública.

Algo parecido a lo que hicieron en el 2005 cuando se especulaba con que podía ser senadora, o en el 2007 cuando se jugaba con la incógnita «Pingüina o Pingüino» o en el propio 2009, cuando Kirchner estiró el anuncio de su candidatura a diputado nacional.

«Además ¿Qué sentido tendría que lance ahora su candidatura presidencial, faltando nueve meses para la elección?», agregó con una lógica demoledora una fuente kirchnerista a LPO.

En rigor, la estrategia del kirchnerismo no es ninguna genialidad. Repite casi hasta el calco el juego que hizo Carlos Menem en 1995, cuando dejaba crecer las incógnitas sobre su reelección -alimentando señales en uno y otro sentido-, mientras desde el Gobierno se ponía todo el aparato del Estado y del partido en función de ese objetivo.

«Todos tenemos que tener un gran compromiso con este modelo político, porque todavía faltan recuperar a algunos argentinos que no están registrados, o que están en las garras de los que esclavizan», agregó esta noche en Villa del Parque. El metamensaje es claro: para evitar esos males y avanzar en el progreso, hacen falta como rezaban los carteles cuatro años mas.

«Vamos por el proyecto de los 12 años», les dijo Cristina a los jovenes de La Cámpora.
Los adversarios y el armador de los actos

El acto también le sirvió a Cristina para marcar su advesarios internos y externos. Que en menos de una semana haya realizado un segundo acto en Capital no parece casual, como tampoco el lugar y el motivo elegido.

La presentación de un complejo de viviendas financiadas en parte por la Nación, buscaron marcar un contrapunto conceptual con Mauricio Macri, retomando la discusión que quedó abierta con la crisis habitacional que se expresó en la toma del Parque Indoamericano.

Lo paradójico es que las viviendas inauguradas hoy forman parte de un programa que articularon la Nación y la Uocra, pero también la gestión macrista del Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC) y que ayudó a financiar en gran parte el Banco Ciudad.

Pero este segundo desembarco se suma al acto que encabezó la semana pasada en el recuperado Club Albariños de Villa Lugano, otro emblema de las tomas de fin de año.

En Lugano, Cristina pidió a los militantes que dejen de cortar las calles y hoy pidió a los sindicalistas que la escuchaban desde el escenario, nada menos que Hugo Moyano y Gerardo Martínez, prudencia en las protestas para no atentar contra el progreso del «modelo», como días atrás lo hizo en Santa Fe cuando cuestionó el bloque a los puertos.

Lo notable es que en ambos actos la presidenta está realizando un sutil giro al centro, pero en clave netamente electoral. Es un ajuste de esterategia en línea con lo que reflejaron las encuestas luego de la crisis del Indoamericano. La mayoría d elos consultados rechazaba las tomas, los cortes de calle y todo tipo de acción directa ya sea de piqueteros o gremialistas.

El acto también sirvió para mandarle un mensaje a Daniel Scioli. Cristina ubicó justo atrá suyo al diputado Carlos Kunkel, visible así en todas las transmisiones por televisión. Kunkel es hoy visto por el equipo del gobernador como el hombre que agita las movidas para condicionarlo y si es posible disminuirlo electoralmente.

Entre los funcionarios se encontraba el secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli. Este funcionario es el encargado de organizar la logistica del operativo reelección que tiene un ADN concreto: exhibir a la Presidenta en actos de gestión, que terminan teñidos de calor electoral, con pedidos del «público» para que busque otro mandato.

El primero fue la semana pasada en Santa Fe, donde con la excusa de asistir a la inauguración de una autovía que une a esa capital con Paraná, se alentó desde el público su reelección. Hoy todo fue más explícito -al mejor estilo sindical- y directamente la recibieron con carteles impresos pidiendo que siga cuatro años más.

Y sobre el final, el propio Gerardo Martínez se encargó de poner en blanco sobre negro el objetivo político del acto, por si todo el cuidadoso juego de gestos y señales se le había escapadao a algún distraído: «Porfi Cristina, por cuatro años mas», dijo al cerrar su discurso
Fuente: lapoliticaonline.com

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