La estadounidense Anne Collier es una referente internacional. Viene a dar una charla a la Argentina y derriba mitos: en Internet, el control no sirve.
Chicos cada vez más chicos navegan cada vez más en la Web. Usan herramientas que los padres desconocen. «Viven» en las redes sociales. Hay miles de pedófilos que acechan en Internet. ¿Están más expuestos hoy al peligro que hace 20 años?
«Definitivamente no». La que lo dice, contundente, es la estadounidense Anne Collier, una referente internacional en alfabetización digital. Presidente de la ONG Net Family News y asesora en temas de tecnología online del gobierno de Barack Obama, también integra los consejos asesores de Facebook y Snapchat. Participará con otros especialistas en el Primer Encuentro Regional de Ciudadanía y Alfabetización Digital, que con inscripción gratuita organizan Chicos.net, Save the Children y RedNatic mañana y pasado en Tecnópolis. Allí expondrá sus ideas, que tiran por la borda lo que muchos adultos creen: el control online a los hijos no sirve. Y, más que controlarlos, hay que enseñarles a formarse como ciudadanos digitales, que aprendan pautas de convivencia y de comportamiento al interactuamos en los entornos virtuales.
Entrevistada vía mail por Clarín antes de su llegada, Collier da 10 consejos para que los padres sepan guiar a sus hijos (y no se pierdan ellos) en esta selva virtual. Pero, antes, aclara algunos conceptos. «Los adultos estamos en problemas cuando vemos Internet como una especie de realidad alternativa –empieza Collier–. Para los jóvenes, el mundo real y el virtual están mezclados. Lo que los padres y educadores ven online de la vida de nuestros chicos son pequeñas expresiones de sus intereses y vidas sociales. Como la punta de un iceberg».
–¿Los chicos de hoy son diferentes a los de las generaciones pasadas?
–No lo creo. Tienen las mismas preocupaciones y problemas. Lo que es diferente es el entorno de los medios en los que están creciendo. Además de los cambios físicos y psicosociales de la adolescencia, tienen que lidiar con toda la información que les llega las 24 horas los siete días, de sus amigos, sus familias, escuelas, gobiernos, los medios. ¡Es duro! ¡Necesitan un montón de amor y contención!
–¿Y la escuela está preparada para estas nuevas realidades?
–No hay nuevas realidades ni nuevos chicos. Los términos «cyberbullying» y «sexting» son lo nuevo. Confundir estos términos le hace un daño a la gente que tiene años trabajando con chicos, pero que no tiene mucha experiencia con la tecnología. Los directivos, consejeros y psicólogos están mucho más preparados para tratar con los comportamientos anti sociales de lo que ellos creen. Se necesitan, sí, diferentes tipos de expertise. Lo mejor que pueden hacer los docentes es empezar a usar las redes sociales ellos, para sacarle el misterio. Si no quieren hacerlo, otra opción es que alguna gente joven les muestre cómo funciona una app o un juego. Es un comienzo. Lo importante es entender que el problema real no son los medios, es el comportamiento, qué pasa en ese grupo de pares.
Collier se apoya en estadísticas de su país para demostrar que los chicos de hoy no son más víctimas de abusos sexuales, bullying, violencia escolar o suicidio que décadas atrás. Dice también que los padres son cada vez más conscientes de que deben incorporar el uso de los medios sociales a la vida familiar. Y a esos padres les habla al enumerar su decálogo para que sepan ayudar a sus hijos a convertirse en verdaderos ciudadanos digitales:
- La ciudadanía digital no es sólo digital. Nuestras experiencias online reflejan nuestra vida social offline. Lo que les enseñan a sus hijos respecto de ser buenas personas aplica a la parte digital de sus vidas también.
- La ciudadanía digital no es sólo un asunto de chicos. No podemos esperar que sean buenos ciudadanos digitales si no los modelamos como buenos ciudadanos en sí. «Hacé lo que yo hago» es mucho más poderoso que «hacé lo que yo digo» en cualquier aspecto de la paternidad.
- Alfabetícese usted en el social media. Comience jugando con sus grupos de pares (amigos, familia, círculos profesionales). Así, jugando, es como los chicos se aproximan a estas herramientas. Puede disfrutarlas y quizás empezar a entender por qué sus hijos también lo hacen.
- Colaboren en familia. Pregunte a sus hijos cuáles son sus apps y servicios favoritos y únase usted. Pídales que les enseñen cómo funciona. Hable de cómo usted sabe de la alfabetización de la vida y ellos de la alfabetización digital y cómo se necesitan las dos en el mundo ahora.
- Sea amigo de sus hijos donde es apropiado. Puede ser «amigo», pero no comentar públicamente en sus páginas. Esto puede hacerlos sentirse incómodos y mandarlos «bajo tierra»: algunos chicos tienen cuentas públicas para interactuar con sus padres y privadas con sus amigos. Le tenemos miedo a lo que no conocemos y el miedo hace que sobreactuemos: los chicos quieren estar lo más lejos posible del miedo y la sobreactuación de los padres.
- Sepa que se necesita contexto. Antes de tomar una acción cuando ve un comentario negativo online, tenga en cuenta de que raramente tenemos el contexto de ese comentario porque no somos parte del grupo de pares de nuestros hijos. Lo que a nosotros nos parece cruel puede ser sólo una broma en el grupo.
- Sus hijos necesitan una alfabetización social más que nunca. Es esencial para la prevención del bullying online y offline. No alcanza sólo con el social media. Las habilidades que reducen el bullying son la confianza, la autoestima, la conciencia social, el crear buenas relaciones y tomar buenas decisiones.
- Prohibir las redes sociales puede causar problemas sociales. Algunos padres piensan que alejando a sus hijos de las redes sociales van a estar seguros y no es así si la mayoría de sus círculos sociales lo están. Si les prohíbe las redes, en realidad está incrementando las chances de que ese chico sea excluído socialmente. Lo mejor es ayudarlos a desarrollar sus habilidades sociales practicando donde están sus amigos.
- No piense lo peor. No hay ningún beneficio para nuestros chicos en pensar en los peores escenarios que vemos en los medios son su experiencia con las redes sociales. Para la mayoría de los chicos, las experiencias son positivas la mayoría de las veces. El resto, las negativas, podemos manejarlas juntos, como lo hacemos con los problemas offline.
- No trate de jugar a ser Dios. La vigilancia y el control les enseñan a nuestros hijos que son las soluciones a los problemas sociales y la manera de que la gente esté segura: no lo son. En este ambiente cada vez más manejado por el usuario, los salvaguardas internos son los más poderosos.
Collier reconoce que la pedofilia existe, pero afirma que un chico tiene mucho menos riesgo de ser explotado sexualmente a través de un medio digital que por alguien que conoce offline. «Las investigaciones muestran que la mayoría de los menores tiene una respuesta adecuada ante el grooming. Si los padres están preocupados de todos modos, pueden compartir con sus hijos las noticias del tema y hablar sobre ellas. Los chicos que son vulnerables al grooming, son vulnerables de otras formas también: los que sufrieron grooming online eran demasiado vulnerables emocionalmente para ver un riesgo en esa interacción».
«Los primeros 20 años de la seguridad de Internet en mi país estuvieron enfocados casi exclusivamente en las herramientas de seguirdad externas, como los filtros y el software de monitoreo, controles parentales y leyes. Tienen su lugar, pero las herramientas que salvaguardan a los chicos online y offline toda su vida son la empatía, la ética, la alfabetización social y digital y la resiliencia. Si les removemos todo riesgo de su vida, no podrán desarrollar la resiliencia o practicar sus habilidades de ciudadanos», remarca Collier sobre el control. «No es el mejor foco, porque les enseña a los chicos cosas equivocadas: el control total es imposible en el ambiente social de hoy», insiste.
Fuente: Clarin