KAMPALA — Tras 25 años en el poder en Uganda, Yoweri Museveni pidió a sus compatriotas el viernes que voten por él de nuevo y le concedan así cinco años más de liderazgo.
El presidente pidió que se apueste por él, no como un tradicional dictador africano sino como el presidente que generó paz, crecimiento y estabilidad.
Museveni, un ex comandante rebelde que tomó el poder como líder de un ejército guerrillero en 1986 criticó una vez a los líderes africanos que se aferran al poder durante décadas.
Una revuelta popular acabó la semana pasada con la expulsión del presidente de Egipto tras casi 30 años en el poder. Los líderes que ahora quedan en el continente – como Moamar Gadafi en Libia (desde 1969) y Robert Mugabe en Zimbabue (1980) – ahora temen episodios similares en sus países.
Museveni, de más de 60 años y siempre visto con un sombrero, no ha enfrentado de momento ese tipo de ira a pesar de renegar de la promesa de retirarse en el 2001 y acabar con un límite de dos años a la presidencia para poder presentarse de nuevo en el 2006.
«Se le podría calificar como un autócrata o un tradicional dictador africano», dijo Frederick Golooba-Mutebi, un investigador en la Universidad Makerere de Kampala.
Sin embargo, aunque el gobierno de Museveni ejerce la corrupción y usa las mismas tácticas armamentísticas que otros líderes africanos, el líder de Uganda ha sabido gustar más a Occidente que otros, dijo Golooba-Mutebi.
Uganda implementó un programa para combatir el sida y envió miles de soldados a Somalia para enfrentar a los milicianos relacionados con al-Qaeda.
«Tiene muchas más dotes de relaciones públicas», dijo Golooba-Mutebi. «Esa es la principal diferencia».
Fuente: elnuevoherald.com