La canciller afirmó que el caso de espionaje estadounidense a su país, que intervino hasta su propio teléfono móvil, fue un gesto inaceptable «entre amigos».
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La canciller alemana, Angela Merkel, reiteró este jueves ante el parlamento que el caso de espionaje estadounidense a su país, que intervino hasta su propio teléfono móvil, fue un gesto inaceptable «entre amigos», y sugirió que Washington no permitió concertar un acuerdo de prohibición.
Merkel hizo esas declaraciones ante una comisión parlamentaria que investiga el espionaje masivo de Estados Unidos en el país que reveló en 2013 el ex analista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos Edward Snowden.
En su intervención, la mandataria reiteró el «no está bien espiar a los amigos» que lanzó cuando se supo que también ella había sido objetivo del espionaje telefónico de la inteligencia estadounidense.
«Mi norma es que no puede aceptarse el espìonaje entre amigos, y si se da, tenemos que intervenir», especificó. El incidente provocó un altercado diplomático entre Berlín y Washington y agrió por un tiempo las relaciones mutuas.
Alemania buscó en ese momento acordar un acuerdo de no espiarse mutuamente, pero el intento fracasó. Interrogada al respecto, aseguró que estaba convencida de que su país había trabajado «muy intensamente» sobre esa línea, un modo de derivar la responsabilidad a Estados Unidos.
Antes de ser interrogada por los diputados, Merkel destacó la importancia de salvaguardar la esfera privada pero al mismo tiempo de proteger a la ciudadanía de la amenaza terrorista.
«Al final siempre se trata de encontrar el equilibrio entre libertad y seguridad», dijo la canciller.
Télam