Los candidatos republicanos apelaron a una campaña caracterizada por mensajes divisorios del estilo de Donald Trump y perdieron en Nueva York (alcalde), Nueva Jersey (gobernador) y Virginia (gobernador). Una alerta roja para el Grand Old Party (GOP) de cara a las elecciones de medio término en 2018.
Por Urgente 24
Foto: REUTERS/Dominick Reuter
El Partido Demócrata tuvo sus primeras grandes victorias en la era de Donald Trump, con candidatos que triunfaron en Virginia, Nueva Jersey y Nueva York.
Phil Murphy se quedó así el martes 7/11 con la gobernación del estado de Nueva Jersey -recibió un amplio apoyo de las bases latinas de votantes-, venciendo a su contrincante republicana, Kim Guadagno, por un margen de 56% contra 43%, habiéndose escrutado el 98% de los precintos.
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Bill de Blasio fue reelegido como alcalde de Nueva York, derrotando a la republicana Nicole Malliotakis por casi un 65% de los votos contra el 29%, con el 80% de las mesas escrutadas. De Blasio se ha mostrado como uno de los principales críticos del Presidente, y contó con el apoyo del senador por Vermont y excontrincante de Hillary Clinton en la interna del Partido Demócrata, Bernie Sanders.
Bill de Blasio, alcalde reelecto de Nueva York. REUTERS/Stephanie Keith
Bill de Blasio, alcalde reelecto de Nueva York. REUTERS/Stephanie Keith
Pero la corona le llegó a los demócratas esa noche en Virginia, donde el veterano del Ejército, Ralph Northam, se impuso al republicano Ed Gillespie. Habiéndose escrutado el 99% de los precintos, se concluyó que Northam le ganó por casi 9 puntos de diferencia a su rival. «Trump esperaba una victoria republicana para preservar el legado de Virginia, en referencia a su condición de confederada», explica Sandro Pozzi del diario El País.
Según Jonathan Martin y Alexander Burns de The New York Times, Northam ganó gracias a votantes moderados y liberales que querían enviarle un mensaje a Trump en el estado que lo había rechazado ya en 2016. «Su performance dominante ofreció una catársis momentánea para los demócratas más allá de las fronteras del estado que han estado hambrientos por encontrar éxito político este año y representó una severa advertencia para los republicanos de cara a las votaciones del año que viene sobre el peligro de apoyar el enfoque de Trump», explican Martin y Burns. «La campaña entre un par de políticos de bajo perfil del establishment cobró vida cuando Gillespie le inyectó una serie de asuntos divisorios, desde la inmigración hasta la iconografía de los Confederados, a la carrera. Pero los votantes en los centros urbanos prósperos y altamente educados de Virginia rechazaron esas tácticas, otorgándole a Northam márgenes enormes en las localidades más ricas de votantes dentro del Estado», agregaron.
En el caso de Nueva Jersey, el triunfo de Murphy -un ex ejecutivo de Goldman Sachs-, puso fin al mandato tumultuoso del gobernador Chris Christie. «Tanto en Virginia como Nueva Jersey, los votantes rechazaron una ola de anuncios provocativos que conectaban a la inmigración con el crimen, indicando las limitaciones de las tácticas hard-edge en la clase de estados prósperos y principalmente suburbanos que serán clave en las elecciones de medio término del año que viene», agrega el Times.
Recordemos que el 6/11/2018 habrá elecciones al Senado estadounidense, en las que serán disputados 33 de sus 100 asientos.
«La votación tuvo resonancia nacional también -escribieron Gregory S. Schneider, Laura Vozzella y Fenit Nirappil de The Washington Post en relación a la elección de Virginia-. Los demócratas -y algunos republicanos moderados- hicieron campaña detrás de Northam como un mensaje contra el nativismo anti-inmigrante y el populismo enojado alimentado por la sorpresiva victoria de Trump el año pasado. Gillespie, en cambio, le echó mano al libro de recetas de Trump con fuertes mensajes en pos de la ley y el orden, pero intentó mantener su distancia del Presidente en un estado que ahora se inclina hacia el azul.» Trump, tras conocerse la derrota de Gillespie, no tardó en adjudicársela a la distancia que el candidato mantuvo de él, escribiendo en Twitter que Gillespie «no me apoyó ni a lo que yo represento.»
«Más que un referéndum sobre Trump, las elecciones a gobernadores ayudarán a entender las posibilidades que tienen los demócratas para trastocar dentro de un año el poder de los republicanos en el Capitolio. Las encuestas realizadas a pie de urna muestran que para la mitad de los electores que votaron este martes, Trump fue un factor en su decisión por uno u otro candidato», explica Pozzi.