Asumió Pompei, pero el Globo no levanta. Se le escapó el triunfo y sigue en la Promoción. Goles de Cámpora y Obolo.
Cueste lo que cueste, insisten los hinchas. Y los jugadores de Huracán van, con lo que tienen, con vergüenza deportiva, con ganas de una buena entre tantas malas. Quedan en inferioridad numérica en el fondo, acelera los avances Monzón, volvieron Matute Morales y el Roly Zárate, pero no hay caso. Ni siquiera la energía positiva que acarrea la llegada de un nuevo cuerpo técnico le sirvió al Globo. Para colmo, enfrentó al equipo más paciente e incómodo del fútbol argentino. Vaya como vaya el resultado, el equipo de Alfaro seguirá haciendo la suya. Y le suele dar resultado.
Los quemeros despiden a su equipo con una cortina de silbidos. Y Roberto Pompei camina hacia el vestuario en medio de los insultos para la Comisión. El Globo no levanta. El buen arranque en el segundo tiempo, tras una primera etapa muy pareja, le regaló el gol de Cámpora, de cabeza, tras un centro potente de Maidana. Pero Arsenal siguió en la suya. Y Huracán, también. Empezó a tirarse a atrás y a padecer el partido, intentando que los minutos pasaran sin que pasara mucho. Y Obolo no lo perdonó. También de cabeza, empató el juego. Lo que quedó fue vértigo, muchos nervios y un ida y vuelta con más chances de 2-1 para Arsenal que para Huracán. Guerra lo tuvo abajo del arco, pero ni así pudo el Globo, que sigue sin aparecer.
Fuente; La Razón