Legisladores del oficialismo no quieren hablar de fechas para el tratamiento del proyecto sino que piden ser “prudentes”, con la intención de alcanzar los consensos para reunir los votos necesarios.
El inicio formal del tratamiento del Presupuesto en el Congreso mostró un pantallazo de lo que le espera al Gobierno en el debate más importante que tiene por delante en lo que resta del año. Una oposición áspera y sin la menor intención de darle contemplaciones al Gobierno se exasperó este jueves cuando al iniciarse la reunión de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, a las 14.30, no estaba presente el ministro de Hacienda.
Con su parsimonia habitual el presidente de la comisión, Luciano Laspina, detalló la manera como se llevaría adelante la reunión, con la exposición inicial de los dos secretarios y el subsecretario que habían concurrido. Nicolás Dujovne vendría después, directamente a responder las preguntas con las que lo esperaban. Y de yapa, Laspina adelantó el deseo de que el ministro pudiera ser “liberado” entre las 16.30 y las 17. Parecía mucho, teniendo en cuenta que el día anterior se había calculado que el trámite demandaría alrededor de ocho horas.
La oposición reaccionó exigiendo a viva voz la presencia del ministro, y los reclamos se exacerbaron a medida que fue avanzando el monocorde informe del subsecretario de Coordinación de Políticas Macroeconómicas, Federico Filippini. A continuación, se desataron los fuertes cuestionamientos de parte de la oposición por la ausencia de Dujovne, y no hubo caso con la explicación oficial de que en realidad era solo un retraso por cuestiones de tráfico.
Quedó la sensación de que hubiera bastado con una aclaración previa de parte de las autoridades de la comisión, que de todos modos no hubiera moderado la reacción crítica de los diputados de la oposición, que parecieron dar por caída la reunión durante los minutos que demoró la llegada del ministro. Quien al final se quedó hasta las 19.43.
En el transcurso, varios aprovecharon la oportunidad de adelantar sus críticas al proyecto y hasta pedir ampliar las presencias previstas para exponer en torno a la “ley de leyes”. Así, reclamaron desde actores de la producción, como pidió un diputado puntano, a la participación de los movimientos sociales, como sugirió Agustín Rossi. Claro está que semejante abanico de asistentes extendería el tiempo de análisis del proyecto de un modo que el Gobierno no quiere, apurado como está para exhibir más temprano que tarde la ley de leyes aprobada y dar tranquilidad al Fondo Monetario Internacional y los mercados.
Tampoco se prevé, por el mismo motivo, que esta vez el debate en comisión comprenda la asistencia de otros ministros, como sucedió con los anteriores dos proyectos de presupuesto que elaboró Cambiemos. Ahora, más allá de la obvia asistencia de Dujovne, está prevista solo la del ministro del Interior, Rogelio Frigerio, muy activo en todo lo que fue la previa de la elaboración de este presupuesto, con su trabajo con los gobernadores. Será el miércoles que viene. Los demás, serán funcionarios de menor rango: el jueves irá a la Comisión el director general de la Oficina de Presupuesto del Congreso, Marcos Makón, y ese mismo día expondrá el secretario de Finanzas, Santiago Bausili, que al final no pudo hablar este jueves. El jueves se sumó, fuera de programa, el ahora secretario de Energía, Javier Iguacel.
El deseo oficial es poder firmar dictamen la semana siguiente, el 2 de octubre, lo que dejaría habilitado el proyecto para tratarlo a la semana siguiente, el miércoles 10. Ese sería el máximo deseo, pero solo se cumplirá si logra consensuar con la oposición. De no ser así, no se trataría el miércoles siguiente -17 de octubre, la fecha no sería la más indicada para tratar el Presupuesto-, y quedaría para el 24. Luego será el turno del Senado, y la fecha para que sea ley dependerá de lo que suceda en Diputados.
Pero la realidad es que desde Cambiemos piden “no hablar de fechas” sino focalizar los esfuerzos en las negociaciones para garantizar los votos necesarios al proyecto. Por ahora prevén poder reunir 135 votos.
“Lo que esperamos es que haya Presupuesto y que el Legislativo y el Ejecutivo se hagan cargo de tenerlo”, señaló a parlamentario.com una encumbrada fuente del interbloque oficialista, que da por seguro que “algunos lo votarán por convicciones provinciales; otros no lo convalidarán, pero saben que es una herramienta para el Gobierno”.
“Somos responsables”, remarcó otro legislador del oficialismo en diálogo con este medio. Experimentado en estas lides, el diputado señaló que “nosotros no estamos preocupados por los discursos, sino por el Presupuesto. No vamos a ser autores provocadores de un debate que exceda los límites”. Por eso, el diputado sugirió que “hay que ser prudentes, cuidadosos”.
Los legisladores de Cambiemos confiaron que “el esfuerzo está puesto en que se apruebe en general, pero sobre todo en particular”. Pasa que, explicó un legislador clave, “si nos voltean 20 artículos sustanciales del proyecto” durante ese debate, todo el esfuerzo habrá sido en vano.
Con todo, los diputados del oficialismo se mostraron confiados en que se pueda aprobar el Presupuesto, conforme en líneas generales al texto elaborado, y el mensaje que transmiten es que “la responsabilidad si no hay presupuesto no es solo del Gobierno”. Y más en las actuales circunstancias.
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