Para Godoy Cruz eran todas buenas desde hace un tiempo a hoy. Elogiado por su juego vistoso, el equipo mendocino pasó pronto a ser animador del torneo local, llegó a la Libertadores y tuvo un debut internacional con un triunfo. Sí, venía dulce, hasta que se encontró con Peñarol, que le ganó 3-1 y le hizo tomar el primer trago amargo en la Copa. Así, el Carbonero trepó a la punta del grupo 8 junto a su víctima e Independiente -mañana visita a Liga de Quito-, todos con tres puntos.
Lo que no tienen de juego lo tienen de historia los uruguayos y anoche se lo demostraron al Tomba. Antes del minuto ya ganaban: un pase milimétrico encontró solo a Olivera, que no tuvo problemas para fusilar a Torrico.
Con sus armas, el equipo del Polilla Da Silva se repuso, se acomodó en la cancha, consiguió la pelota y empezó a generar llegada. Por eso logró el empate: tras un lateral, Núñez mandó un centro pasado desde la derecha y Rubén Ramírez cabeceó solo a bajo, contra el palo.
Pero Peñarol fue práctico y maximizó las contras. Así, a los 41 se puso otra vez en ventaja con Olivera, esta vez de cabeza, luego de un centro desde la izquierda. Y ya en el segundo tiempo, un córner local terminó con una corrida de Martinuccio y la exquisita definición de Aguiar para el 3-1. Antes de que se apagaran por un rato las luces del estadio, Godoy Cruz sabía que no sería su noche…
Fuente: La Razón