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Falleció el ex vicepresidente de Lula da Silva, José Alencar

El ex vicepresidente de Brasil José Alencar falleció hoy, a los 79 años, tras una larga batalla contra el cáncer que en los últimos años lo obligó a someterse a 18 intervenciones quirúrgicas y numerosas sesiones de quimioterapia y hemodiálisis.

Alencar, que acompañó como vice al presidente Luiz Lula da Silva en sus dos mandatos (2003-07 y 2007-11), falleció hoy en el hospital Sirio-Libanés de San Pablo donde había sido internado nuevamente ayer a raíz de fuertes dolores abdominales producto de una nueva crisis de su enfermedad.

Desde que le fue diagnosticado el cáncer, hace casi tres lustros, Alencar fue sometido a 18 operaciones quirúrgicas, y recientemente interrumpió por recomendación médica el tratamiento de quimioterapia.

A lo largo de los ocho años en que fue vicepresidente de Brasil, Alencar conquistó enorme popularidad entre los brasileños a raíz de su resistencia al cáncer y al buen humor que lucía pese a la enfermedad.

Una de sus últimas apariciones públicas se produjo en San Pablo, cuando recibió un homenaje que encabezó la recientemente asumida Dilma Rousseff junto a su antecesor Lula da Silva y dirigentes oficialista y de la oposición.

Su deceso ocurrió en momentos en que tanto Lula da Silva como su sucesora se encuentran fuera de Brasil, en visita a Portugal.

La incorporación de Alencar, el mayor empresario textil de Brasil, a la fórmula que en 2002 lo llevó a la vicepresidencia significó para el triunfante Partido de los Trabajadores (PT) dejar atrás sus raíces de izquierda clasista para establecer una alianza con la fuerte burguesía nacional.

Nacido en Rosário da Limeira, Minas Gerais, el 17 de octubre de 1931, Alencar se inició como comerciante en su adolescencia y prosperó gracias a negocios con telas y cereales.

Vinculado al centroderechista Partido Liberal (PL), hizo carrera como líder gremial empresario al alcanzar primero la presidencia de la Federación de las Industrias de Minas Gerais y luego la vicepresidencia de la Confederación Nacional de la Industria.

El vicepresidente comandaba Coteminas, la mayor empresa textil de Brasil, con activos por 500 millones de dólares y 16.500 empleados en sus plantas de Minas Gerais, Santa Catarina, Rio Grande do Norte y Paraíba, sin contar la ex Grafa de La Banda, Santiago del Estero, Argentina, que había comprado hace años.

En 1998 fue elegido senador y en 2002 su partido, afín a la poderosa Iglesia Universal del Reino de Dios, con millones de seguidores y cientos de medios de difusión, pactó una coalición con el PT de Lula. Alencar fue proclamado candidato a la vicepresidencia y tomó posesión de ese cargo el 1 de enero de 2003.

Entre 2004 y 2006 ejerció simultáneamente el cargo de ministro de Defensa y en ese último año fue reelecto como vicepresidente de Lula para el período 2007-2011.

En 2005 renunció al PL «contrariado e incómodo» por denuncias de corrupción contra miembros de esa fuerza y se afilió al Partido Municipalista Renovador (PMR) un mes después de que esta agrupación fuera creada por la misma iglesia evangélica que preside el obispo Edir Macedo desde Los Angeles, Estados Unidos.

El PMR se transformaría en el Partido Republicano (PR) en la campaña por la reelección de Lula-Alencar.

En 2002, Lula ya marchaba primero en las encuestas como para dejar cómodamente atrás el fantasma de un cuarto fracaso en su intento por alcanzar la primera magistratura, pero la incorporación de Alencar le daba garantías de gobernabilidad.

“Los liberales no representan la derecha; queremos aliarnos a ellos no sólo para ganar las elecciones sino para gobernar», declaró Lula a principios de ese año para explicar el giro de su partido y la búsqueda del senador Alencar, un personaje disputado también por el principal candidato de oposición de entonces y de ahora, José Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).

Pero también les dijo a quienes desde la izquierda del PT veían con desconfianza esa alianza: «El PT no nació para ser oposición o un partido pequeño toda la vida, porque así nunca llegaremos al poder. Hoy somos un partido maduro y responsable.» También Alencar definió entonces el por qué de su opción por el PT, ya convertido en un partido socialdemócrata de centroizquierda: «La elección de un ciudadano como Lula significará entregar Brasil a los brasileños», afirmó.

Alencar también fue un duro crítico de las políticas económicas «ortodoxas» que impulsó Lula desde el gobierno, sobre todo de las altas tasas de interés que impuso como medidas monetarias contra la inflación.

De fuerte cuño desarrollista, el vicepresidente hizo oír fuerte su voz en respaldo del empresariado brasileño que clamaba por créditos más baratos y mayor impulso al crecimiento económico.
Fuente: diariohoy.net

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