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Los aliados rechazan ampliar las operaciones militares en Libia

La alianza atlántica se resigna a una larga guerra en Libia pero se ha comprometido a no ceder ante el régimen de Gadafi; pide para ello a sus miembros más aviones e incluso tropas de asalto, aunque no secunda la exigencia franco-británica de elevar el nivel de fuego. Fuentes americanas parecen entender que no sería tal la urgencia.

«Esto muestra nuestro claro y potente compromiso con el cumplimiento del mandato de la ONU y la protección del pueblo libio», ha asegurado el responsable político de la alianza en la primera reunión del nuevo concepto estratégico, acordado recientemente en Lisboa, pese a las advertencias de llegar a un punto muerto en el teatro de operaciones entre rebeldes y fuerzas de Gadafi.

Cambiando de campo de batalla, el secretario general de la OTAN ha hablado también de «una nueva fase» en Afganistán pero ha rehusado comparar el traspaso de poderes al nuevo régimen «con una retirada» occidental, «permítanme ser muy claro en esto», ha insistido Anders Fogh Rasmussen ante los aliados.

La Organización del Tratado del Atlántico Norte se prepara para una larga guerra en su flanco sur y, una vez reducida toda posibilidad operativa al ataque aéreo, el almirante norteamericano James Stavridis y sus mandos han solicitado a su secretario general que colecte un mayor número de aparatos entre sus socios.
Tres puntos de una declaración conjunta

El objeto expuesto en tres puntosde una declaración conjunta es el cese de los ataques de las fuerzas de seguridad contra la población, la retirada de éstas a sus cuarteles y el libre acceso a la ayuda humanitaria de zonas aisladas por los combates entre rebeldes y leales al régimen personal libio.

En su misión, la OTAN seguirá «degradando la capacidad militar de Gadafi mediante ataques aéreos sin pausa» y, refiriéndose al líder de la revolución socialista, agregó que «no nos quedaremos mirando mientras ataca a su propio pueblo con carros, artillería y francotiradores». En paralelo, y desde la ciudada libia asediada de Misrata, un portavoz rebelde advertía de 23 muertos en el día y una «masacre inminente» de no producirse una intervención más decisiva de la OTAN.

Fuentes oficiosas estadounidenses han desmentido en los pasillos que los mandos operativos estuviesen necesitados del incremento de potencia de fuego, presuntamente reclamado por franceses y británicos. «Tenemos las fuerzas que necesitamos, por lo que respecta a la OTAN y por lo que respecta a los EEUU», dijo anónimamente un responsable de Washington a la agencia Ap, agregando que «si los mandos sienten que necesitan más capacidad, la pedirán» y «por el momento no hay una demanda» por parte de éstos.

A la firma de la declaración han figurado los ministros de Asuntos Exteriores de los 28 países aliados, y otros seis asociados a la iniciativa militar en Libia, reunidos en Berlín. Pese a las claras diferencias entre la opción más militar, defendida por París y Londres, y la vía diplomática preferida por Berlín, tanto Angela Merkel y Hillary Clinton como los representantes de los gobiernos han querido expresar que «sólo una solución política» resolverá la crisis y ésta pasa por la salida de Gadafi.
«Queremos una Libia libre y democrática»

Esto sería necesario «a fin de que el pueblo libio pueda decidir sobre el futuro de Libia», ha concluido Rasmussen. «Queremos una Libia libre y democrática», ha dicho a su turno el ministro alemán Westerwelle. Antes los ministros habían escuchado exponer el cambio de táctica de las fuerzas de Gadafi, al amparo de la población civil.

Evitar nuevos daños colaterales, como matanzas de civiles por parte de la alianza, requerirá el despliegue de «un equipamiento más sofisticado» y, por tanto, de «unos cuantos nuevos aparatos de ataque al suelo».

La canciller alemana, que se ha desmarcado polémicamente de sus aliados en la intervención en Libia, ha insistido en que su gobierno «se siente plenamente comprometido en el rotundo cumplimiento de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU».

A seguido de la reciente reunión en Doha del llamado Grupo de Contacto sobre Libia, asisten a la cita de Berlín junto a la OTAN los ministros de Jordania, Marruecos, Suecia, Ucrania y los Emiratos Árabes.

La secretaria de Estado norteamericana ha salido en respaldo de Merkel ante la prensa, argumentando que «compartimos el mismo objetivo de lograr el fin del régimen de Gadafi. Y contribuimos en muy distintas maneras a verlo realizado». También el ministro francés

Alain Juppé ha restado hierro a la devaluación del eje franco-alemán en este conflicto: «Ha habido también diferencias antes y no es un drama… compartimos el mismo objetivo, pero por diferentes vías».

Fuente: abc.es

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