Las fuerzas de seguridad británicas están operando bajo «alerta roja». El ala política del grupo disidente irlandés declaró públicamente a la reina una «criminal de guerra» pasible de ser ejecutada por sus delitos.
Las fuerzas de seguridad británicas están operando desde ayer bajo la más estricta «alerta roja» en respuesta a una advertencia del servicio de inteligencia nacional MI5, que considera «altamente probable» que se cometa un atentado terrorista durante la boda del príncipe Guillermo y Catherine Middleton, para la cual faltan sólo tres días.
La alerta fue recibida poco antes de que un vocero del Movimiento de Soberanía de los 32 Condados, el ala política del grupo disidente Real IRA, declarara públicamente a la reina una «criminal de guerra» pasible de ser ejecutada por sus delitos.
Isabel II tiene previsto realizar una visita de tres días -la primera de Estado de un monarca británico desde la instauración de la república irlandesa en 1922- el próximo 17 de mayo.
«La reina de Inglaterra es una criminal de guerra y nunca será bienvenida en suelo irlandés. Nos encargaremos de que tanto ella como su entorno reciban este mensaje en forma clara y contundente», advirtió el vocero paramilitar en un discurso, pronunciado con el rostro cubierto por un pasamontañas, en el cementerio norirlandés de Derry, donde se encuentran enterrados muchos de los paramilitares caídos durante los 30 años de conflicto sectario que desgarró a esa provincia.
La ceremonia, protagonizada por una docena de hombres a rostro cubierto, había tenido por fin marcar el 95° aniversario del alzamiento de las Pascuas (Easter Rising) que condujo a la independencia de Irlanda.
El Real IRA se opone al proceso de paz iniciado en las Pascuas de 1998 y puso su rechazo de manifiesto mediante un atentado que costó ese año la vida a 29 personas, incluidos dos bebes aún no nacidos, en la ciudad norirlandesa de Omagh.
Se cree que hace sólo dos semanas una de sus unidades colocó la bomba que mató a un joven católico de 25 años, Ronan Kerr, calificado ayer por el Real IRA de «traidor» por haberse enrolado en las filas de la nueva fuerza policial provincial que reemplaza a la considerada sectaria Policía Real del Ulster (RUC, Royal Ulster Constabulary).
Ahora se teme que este minúsculo grupo disidente busque frustrar el viaje de la reina a Irlanda aun antes de que se lleve a cabo.
Con la asistencia de 1900 miembros de la realeza, personalidades políticas y del mundo del espectáculo internacional, más la presencia de hasta 600.000 personas en las calles londinenses, la boda real se presenta ahora como la ocasión ideal para emprender una «ofensiva disuasiva».
Tan seriamente consideran las autoridades esta hipótesis que el comisionado de Scotland Yard, sir Paul Stephenson, dejó el hospital donde se encontraba recuperándose de una intervención quirúrgica para hacerse cargo personalmente de la coordinación de las medidas destinadas a garantizar la seguridad del evento.
Fuente: 26noticias.com