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Leyes y políticas

Los chicos y la violencia escolar, un problema en aumento

Un informe realizado por UNICEF Argentina y la Flacso, revela que siete de cada diez chicos, presenciaron una pelea a golpes de puño dentro del aula. Las causas que llevan a este nivel de agresión en el sistema educativo y por qué la Argentina necesita de la educación para poder pensar un futuro diferente y cargado de optimismo.
En los últimos años, hemos acudido a un brutal descenso de la calidad educativa en la Argentina, por lo que se hace necesario que desde el Estado se planteen políticas acordes a lo que necesita la ecuación hoy en día, y la escuela vuelva a tener el papel preponderante que se merece en cualquier sociedad que se dicte civilizada.

Se vuelve necesario que desde el Esatdo se brinden las armas precisas para que que todos los chicos que acuden al colegio puedan aprender con igualdad de oportunidades, y eso sólo se hace con decisión política y encarando políticas activas que tiendan ala inclusión y que permita el acceso y permanencia de los estudiantes.

La inequidad, la falta de igualdad de oportunidades, el alto desempleo, la pobreza, la marginación, la desigualdad, la desnutrición infantil, son algunas de las causas que han llevado a que la situación de la educación en la Argentina esté pasando por un estado terminal y se precisen política de Estado rápidas y precisas que sirvan para la solución de un problema que se ha ido agravando con el correr de los años y sin vistas de arreglo en el corto plazo.

Un informe realizado por UNICEF Argentina y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), con una investigación que abarcó un muestreo de 1.690 estudiantes en la Capital Federal y el conurbano bonaerense, ayuda a entender un poco más las causas que revelan una falla en el sistema educativo argentino, que las autoridades nacionales y provionciales no han podido detener.

El estudio de estos organismos, denominado “Clima, Conflictos y Violencia en la Escuela”, indica que el 71,5 por ciento de los alumnos presenció peleas a golpes de puño en los establecimientos educativos, lo que marca el alto grado de violencia que se vive en la sociedad en su conjunto, y que en la escuela estalla en los más chicos.

El tema de la violencia en las escuelas es algo cotidiano, que se manifiesta en los espacios públicos y privados, y que tiende a ser reproducida en las aulas u otras dependencias de la escuela. Los modelos que los chicos ven cotidianamente, no se aprenden a través de la palabra sino a través de las acciones. Es decir que el chico no aprende lo que uno le dice que haga, sino lo que observa. Los maestros pueden decirles “no seas violento, no les pegues a tus compañeros”, pero si el padre en su casa tiene algún problema con el vecino y le grita o le pega una trompada, lo que el chico aprende no es lo que el padre le dice, sino lo que el ve que hace en determinadas ocasiones.

Si el chico vive en una sociedad que es agresiva, que es violenta, donde estos actos no son castigados, si hay impunidad para los violentos, lo que el chico termina aprendiendo es “yo respondo violentamente, y socialmente no tengo ningún tipo de castigos”. Ni que hablar si observa que en lugar de ser castigados los violentos, por ahí se tiene éxito con ese tipo de conductas. Todo esto no hace más que reforzar la posibilidad que tienen los chicos de conducirse en forma agresiva.

El problema de la violencia se ha generalizado, hace veinte años atrás había “zonas violentas”, en la actualidad esta situación se ha extendido hasta globalizarse. Existe violencia social, familiar e institucional. Lo terrible es que la violencia viene de afuera hacia adentro y sin darnos cuenta nos va invadiendo, haciéndose poco a poco endémica.

En un país en el cual casi el 30% de la población está por debajo del nivel de pobreza, y un tanto por ciento no especificado apenas por encima del mismo, no es de asombrarse que en los chicos, ya sea por experiencia propia o ajena, exista falta de alimentación adecuada, desnutrición, normalización de situaciones atípicas, cambio de valores.

La situación de desigualdad social que vive la Argentina hoy en día, queda marcada en que es el 25% más rico de la sociedad el que tiene las mayores posibilidades de acceder a la educación, en contraste con el 25% más pobre, a los que les cuesta más tener acceso a los métodos educativos y al proceso tradicional de escolarización.

Los más pobres son los más desprotegidos, por lo que da muestra que la democracia en la que vivimos, es hoy en día, más teórica que práctica. La misma propone igualdad de oportunidades, educación gratuita y libre acceso social a las profesiones, pero la libertad que de verdad poseemos es mucho más libertad para los que disponen de más medios que para otros. Los otros, los pobres, los que nacieron humildes y condenados al fracaso, no tuvieron acceso a un sinnúmero de oportunidades, por lo tanto es mentira que la mayoría sean incapaces, sólo tuvieron distinta suerte.

Hoy los valores son distintos, por lo cual las bases que sustentan a la sociedad son diferentes. Es difícil promover en nuestros chicos comportamientos que sean socialmente aceptados, cuando la televisión da un discurso totalmente distinto, bombardeándonos continuamente con modelos negativos. En esta realidad, los chicos se están formando.

Es necesario que desde el Estado se planteen políticas acordes a lo que necesita la ecuación hoy en día, y la escuela vuelva a tener el papel preponderante que se merece en cualquier sociedad que se dicte civilizada. Se deben brindar las armas para que se pueda aprender Con igualdad de oportunidades, y eso sólo se hace con decisión política y encarando políticas activas que tiendan ala inclusión y que permita el acceso y permanencia de los estudiantes.

Un país sin educación, es un país fácil de dominar y de someter, por lo que es una tarea pendiente por parte del Estado (y lo ha sido desde el regreso de la democracia allá por 1983), brindar todas las armas del conocimiento necesarias a la población, para que de esa manera el individuo se pueda desarrollar y crecer en la vida.
Fuente: www.agenciacna.com

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